Sigifredo

La alta accidentalidad con un elevado número de muertos y heridos que se viene registrando en Neiva debe servir a las autoridades para examinar lo que está pasando, especialmente con motociclistas, las principales víctimas. La accidentalidad se está convirtiendo en un problema de salud pública. Nada más grave para la confianza en la Justicia que cometer un error y persistir en ello, afectando de paso el sagrado derecho a la libertad de un ser humano. El caso del ex diputado y ex secuestrado Sigifredo López tenía todos los visos de una monumental injusticia, soportada en mentirosos testimonios, amañadas versiones, obstinación de un fiscal regional de Cali en su acusación, montaje siniestro de un personaje incrustado en algunas esferas incluso oficiales y algunas ligeras coincidencias increíbles, como aquella de un hombre de su pueblo natal, Pradera, sumamente parecido al acusado. Ha hecho bien el señor fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre, en reconocer el error, asumir de cara al país su responsabilidad como cabeza del ente investigativo y anunciar que se revoca la medida de aseguramiento que existía desde hace un mes y medio en contra de Sigifredo López, por el proceso que se le adelantaba por su presunta participación en el secuestro de sus once compañeros de Asamblea en2002. Fuerte sustento de la medida considerar que los cuatro testimonios que se tuvieron en cuenta para asegurar al ex diputado del Valle “presentaban incoherencias y contradicciones”, lo que los hacía no confiables. Pero lo más grave: Estas declaraciones no “tuvieron sustento probatorio alguno”.  Por eso se ordenó investigar a los cuatro testigos por el delito de falso testimonio teniendo en cuenta que faltaron a la verdad y confundieron a la justicia en este proceso. De todos modos quedan persistentes dudas en torno a este insólito caso, el de un hombre que debió padecer como el que más la tortura del secuestro durante largos y penosos años, sin contar con el permanente dolor de su familia. Ni siquiera Franz Kafka en su obra maestra El Proceso hubiese podido describir un hecho como el vivido durante los últimos meses por Sigifredo y sus seres queridos. Si bien se puede señalar que la confusión de esta investigación se debió, en buena parte, a que se tramitó por el anterior sistema penal, que dejaba en la Fiscalía las parcializadas funciones de investigador y juez al mismo tiempo, y que la manera de valorarlas pruebas distan mucho de las garantistas que hoy se tienen con el sistema penal acusatorio, no es menos importante decir que la misma Fiscalía deberá indagar, a fondo y con toda seriedad, contra esos testigos mentirosos, contra sus patrocinadores y hacia el mismo fiscal regional que adelantó el proceso y envió a prisión al ex diputado. Queda el enorme manto de duda acerca de las verdaderas intenciones de estos personajes, incluyendo al servidor público investigador. Y revive las figuras de los falsos testigos. Muchos advirtieron desde el comienzo todas las incongruencias pero la terquedad imperó hasta ayer. Destacado “Ha hecho bien el señor fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre, en reconocer el error, asumir de cara al país su responsabilidad como cabeza del ente investigativo y anunciar que se revoca la medida de aseguramiento que existía desde hace un mes y medio en contra de  Sigifredo López”. EDITORIALITO La alta accidentalidad con un elevado número de muertos y heridos que se viene registrando en Neiva debe servir a las autoridades para examinar lo que está pasando, especialmente con motociclistas, las principales víctimas. La accidentalidad se está convirtiendo en un problema de salud pública.