Aguas negras vertiendo descontroladamente sobre la quebrada La Toma, olores fétidos emanando de la misma y una considerable mortandad de peces, padecen los habitantes ribereños de la Comuna Cinco de Neiva. Aguas negras vertiendo descontroladamente sobre la quebrada La Toma, olores fétidos emanando de la misma y una considerable mortandad de peces, padecen los habitantes ribereños de la Comuna Cinco de Neiva. Los pobladores expresaron su preocupación por el posible brote de enfermedades, especialmente de los niños que crecen alrededor de las aguas putrefactas. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Los malos olores que emanan de la quebrada La Toma en la Comuna Cinco de Neiva son inaguantables. La ruptura del alcantarillado en el deprimido sector de la ciudad originó un vertimiento descontrolado de aguas negras sobre el afluente, lo que ocasionó una considerable mortandad de peces. Los habitantes ribereños a la quebrada expresaron su preocupación por el posible brote de enfermedades, especialmente de dengue, y por la demora en la atención de la emergencia sanitaria y ambiental que afrontan. Algunos menores ya presentaron fiebres y perjuicios estomacales, según denunciaron sus angustiadas madres. Los niños juegan cotidianamente alrededor de las aguas contaminadas, en un extenso recorrido que inicia en la Calle 11 hasta la Carrera 34, atravesando los barrios Siete de Agosto, La Independencia, Veinte de Julio y Primero de Mayo. Los pobladores del sector aseguraron que la crítica situación inició hace más de una semana y que desde entonces han buscado infructuosamente la atención de las autoridades locales. Libardo López Ospina, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Siete de Agostó, manifestó que la situación es alarmante. “El agua baja verdosa formando espuma, los poquitos peces que hay se están muriendo, abundan los mosquitos y zancudos. Por la contaminación está en peligro la salud de niños y adultos. Tenemos mucho temor por un brote de dengue”, expresó López. Al respecto Alexander Soto, subgerente Técnico de las Empresas Públicas de Neiva (EPN), aseguró que la entidad tuvo conocimiento de la situación en el día de ayer y que inmediatamente desplegó un equipo de varillas en el sector para que evaluara con detalle la situación. “No fue posible el arreglo inmediato de la red de acueducto y alcantarillado, en el que se evidenció un taponamiento de casi el 90 por ciento. Lo catalogamos como una emergencia y programamos los arreglos con dos equipos especializados para el día jueves (mañana). Si es necesario descalzar la tubería lo haremos”, dijo Soto. El Subgerente Técnico expresó que las causas de la emergencia se relacionarían con el manejo inadecuado de las basuras por parte de los pobladores del sector. “Frecuentemente arrojan las basuras de las viviendas directamente en los sifones y cuando se revuelven con la materia orgánica, se genera el tapón. Como la zona está en pendiente, se presentaron los represamientos y los posteriores daños”, manifestó. “El taponamiento es de gran magnitud, por eso dispusimos los mejores equipos técnicos con los que contamos. Si es necesario tendremos que destapar por la parte superior. La comunidad debe tener la seguridad que solucionaremos oportunamente la situación”, dijo Soto. LA NACIÓN oye a la gente Guillermo González, habitante del Siete de Agosto: “La problemática es muy seria. Es mucha la cantidad de peces muertos. Necesitamos la intervención de las autoridades, porque en el sector afrontamos malos olores, basuras en la quebrada y mucha inseguridad. Los niños se están enfermando”. Claudia Patricia Rueda, habitante del Siete de Agosto: “No cuidamos la quebrada como se debe y los malos olores son constantes. Este sector lo tienen olvidado. Aquí al hueco no entra nadie porque les da miedo. Ni siquiera las autoridades. Los niños viven en medio de esta situación y tenemos miedo que se enfermen”. Ejemplo de cuidado ambiental Andrea y Gustavo son dos niños de 12 y 10 años de edad respectivamente, que recorren diariamente las putrefactas aguas de la quebrada de La Toma en el barrio Siete de Agosto, para salvar a los pequeños peces que mueren diariamente por la contaminación en el sector. Sin medidas de protección y exponiendo peligrosamente su salud, los pequeños entran a las aguas negras para evitar que más pescados perezcan. Mientras sus familiares creen que juegan en el parque, los niños depositan los peces en bolsas plásticas para llevarlos a un improvisado acuario que les construyeron. Una considerable mortandad de peces se registra en la quebrada La Toma, en el recorrido por la Comuna Cinco. Los pobladores temen por un brote de enfermedades, especialmente en la población infantil del sector. Fotos Sergio Reyes El vertimiento de las aguas negras afecta a los ribereños de los barrios Siete de Agosto, La Independencia, Veinte de Julio y Primero de Mayo. Los pobladores del sector retiran los peces muertos ante la constante presencia de gallinazos. En las lamosas aguas perecen decenas de peces de todos los tamaños. Ciudadanos piden protección ambiental.