MONTEVIDEO (AFP) – El proyecto de ley del gobierno uruguayo para regular la producción y venta de marihuana apunta a la “reducción de daños” en el consumo social de sustancias nocivas, como el cannabis, el alcohol o el tabaco, dijo a la AFP el viceministro de Salud, Leonel Briozzo. MONTEVIDEO (AFP) – El proyecto de ley del gobierno uruguayo para regular la producción y venta de marihuana apunta a la “reducción de daños” en el consumo social de sustancias nocivas, como el cannabis, el alcohol o el tabaco, dijo a la AFP el viceministro de Salud, Leonel Briozzo. Con la propuesta de legalización impulsada por el presidente izquierdista José Mujica, se pretende “disminuir el riesgo del consumo de marihuana haciendo que en los lugares donde se pueda comercializar se hagan políticas de reducción de riesgos y daños”, explicó Briozzo. La marihuana “representa uno de los temas más graves que existen, en el sentido de lo que genera, no en función de la violencia sino que la clandestinidad del consumo lleva al narcotráfico violento. Y eso es lo que se quiere cortar con la racionalización del uso y la estatización de la comercialización y venta del producto”, añadió. El proyecto para regular la producción y venta de marihuana llegó principios de agosto al Parlamento, donde se prevé un duro debate ya que aún no está asegurado que sea respaldado por la bancada oficialista, que tiene la mayoría necesaria para aprobarlo. El texto -que tiene un único artículo- no especifica los mecanismos de regulación que serían utilizados de aprobarse la ley, pero desde el Poder Ejecutivo se ha insistido en que se aplicarían fuertes controles. Datos oficiales señalan a la marihuana como la tercera droga más consumida por los uruguayos -detrás del alcohol y el tabaco- y se estima que unas 20.000 personas la consumen habitualmente, de un total de 3,3 millones de habitantes. El consumo abusivo de alcohol, “un flagelo gravísimo” Otro frente de batalla abierto por el Poder Ejecutivo en la lucha contra las adicciones es un cambio en la reglamentación nacional sobre el consumo de alcohol. Para ello la Junta Nacional de Drogas trabaja en la redacción de un proyecto de ley que incluirá la fiscalización del consumo abusivo de la sustancia y cambios en la regulación de la publicidad, entre otras medidas que pretenden concientizar a la sociedad sobre el tema. El gobierno se dispone a presentar el proyecto en las próximas semanas y espera que se apruebe este año. El consumo abusivo de alcohol “es un flagelo gravísimo que vive nuestra sociedad, sobre todo los jóvenes” y el problema es que “hay una percepción social mucho menor con respecto al daño potencial que genera el alcohol en relación al del tabaco”, comentó Briozzo. Según el jerarca, para vencer la resistencia social a colocar al consumo de bebidas alcohólicas como un problema han sido fundamentales “las campañas en torno al tránsito y la utilización de mensajes que no sean alcohol sí, alcohol no”, sino que apunten “a disminuir los riegos del consumo”. La lucha contra el tabaco marca el camino La preocupación por legislar sobre las adicciones surgió con fuerza en el anterior gobierno de izquierda, con la decisión del mandatario Tabaré Vázquez de poner en práctica un duro paquete de medidas antitabaco en 2006. Pese a que las normas expusieron al país a una demanda internacional aún en trámite de la tabacalera estadounidense Philip Morris, la lucha contra el consumo de tabaco “llevó a lograr un cambio cualitativo en la percepción social existente sobre el tema y ya tenemos los primeros resultados que son altamente gratificantes”, reflexionó Briozzo. Una encuesta reciente de la consultora local Cifra, encargada por el Ministerio de Salud Pública (MSP), señaló que entre 2009 y este año los fumadores uruguayos mayores de 16 años disminuyeron un 10%, bajando de 30% a 20% de la población. Además, el 87% de los consultados aprueba las acciones implementadas por el gobierno -suba de impuestos, prohibición de publicidad de cigarillos e inclusión en las cajas del producto de fotografías que muestran los daños que produce-, y un 72% de los fumadores comparte las medidas.