A la edad de 68 años falleció ayer en Pitalito el dirigente deportivo Medardo Castro León, uno de los más queridos entrenadores y promotores del baloncesto. Por su valiosa gestión en ese campo, en el 2010 recibió el premio ‘Mingo Pinzón’ como huella deportiva, la misma que dejó como locutor, docente y reconocido entrenador. Quizá lo que más ha generado controversia alrededor de las primeras puntadas del proceso de paz que ya se ha iniciado entre el Gobierno Nacional y las Farc, ha sido la decisión –del presidente Juan Manuel Santos – de adelantar las conversaciones sin pactar de entrada un cese del fuego, es decir que todas las discusiones se harán con el ruido de la las balas y las bombas zumbando alrededor de los negociadores. Muchos sectores nacionales exigen que tal cese de hostilidades sea condición primaria para la iniciación de las discusiones, como un elemento clave de disposición de paz de los alzados en armas, en tanto que otros señalan los evidentes peligros para el proceso que se derivarían de ese silenciamiento de los fusiles. Lo que estamos viviendo ahora es un proceso quizá atípico y sui géneris comparado con todos los casos anteriores, exitosos algunos, en los que los grupos violentos contra el Estado se sentaron a la mesa con el Gobierno. Pero lo que debe observarse de fondo es que tenemos al frente de la institucionalidad a un gobernante de formación pragmática, analítico y con cabeza fría para conducir esta que es quizá la última oportunidad real de alcanzar acuerdos para la finalización real del largo conflicto nacional. Y ese pragmatismo del presidente Santos es lo que seguramente marca, y marcará, con énfasis, la línea de las conversaciones; y si nos atenemos a ello, resulta mucho más práctico, con todos sus riesgos y sus espinas, que los diálogos continúen mientras cada parte sigue haciendo lo suyo en la guerra. Es decir, los soldados y policías manteniendo el orden y ejerciendo el poder legítimo de las armas, y los guerrilleros intentando asestar golpes. Y las partes seguirán poniendo sus muertos, inevitables en una confrontación armada. ¿Cuántos más harán falta para terminar la guerra? ¿Pero porqué resultará más práctico, efectivo y saludable al proceso seguir disparando? Vale decir que un cese del fuego en un país con tantos actores armados ilegales, de tantos grupos organizados y no tan organizados, e incluso con fuerzas oscuras de extrema derecha esperando torpedear estos acercamientos, quedaría pendiendo de un hilo. Ante la primera bomba o el primer disparo a una población o a un grupo de fuerza pública, y sin la posibilidad de verificar con certeza la autoría de ese ataque, el proceso quedaría trunco y lejos de volver a reiniciarse. Es doloroso por supuesto, asumir que mientras se negocia la paz, haya más muertos y más víctimas de ese conflicto que se intenta terminar, pero los riesgos de manejar un cese de hostilidades en este escenario tan complejo son mucho más altos que la misma decisión de hablar mientras se dispara. Ahora bien, resulta importante destacar que sea la guerrilla y no el gobierno como ocurría antes, la que exija que esa interrupción de los fusiles se haga antes de comenzar la segunda etapa de los diálogos, puesto que señala la ventaja estratégica que quieren obtener y la fortaleza que, a su vez, han adquirido nuestras Fuerzas Armadas en la correlación de poder armado. ¿Tocará dialogar con el ruido de las balas? DESTACADO “Y las partes seguirán poniendo sus muertos, inevitables en una confrontación armada. ¿Cuántos más harán falta para terminar la guerra?” Editorialito A la edad de 68 años falleció ayer en Pitalito el dirigente deportivo Medardo Castro León, uno de los más queridos entrenadores y promotores del baloncesto. Por su valiosa gestión en ese campo, en el 2010 recibió el premio ‘Mingo Pinzón’ como huella deportiva, la misma que dejó como locutor, docente y reconocido entrenador.