El jefe de la misión de acompañamiento electoral de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Carlos Álvarez El jefe de la misión de acompañamiento electoral de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Carlos Álvarez, dijo que Venezuela dio una “demostración ejemplar” y “una lección al mundo” con los comicios del domingo, en los que el mandatario Hugo Chávez resultó reelecto. CARACAS (AFP) – Hugo Chávez ganó con comodidad los comicios para gobernar Venezuela por seis años más, pero la oposición salió fortalecida con un líder, Henrique Capriles, que por primera vez reúne a casi la mitad del país, que se opone al proyecto socialista del presidente. Chávez, desde 1999 en el poder, se impuso a Capriles por más de diez puntos, 55% a 44,3% y una diferencia de 1,5 millones de votos, según los últimos datos del Consejo Nacional Electoral, con el 95,5% de las papeletas contabilizadas. El diario opositor Tal Cual editorializó en su edición que el presidente “no puede olvidar que tiene frente a sí y contra él a la mitad del país. Venezuela está desgraciadamente partida en dos mitades. Un país así no puede prosperar”. Prueba de esa fractura, Venezuela amaneció nuevamente el lunes con dos caras totalmente opuestas, entre la mitad que aupó a Chávez y la otra que por primera vez había creído en la posibilidad de derrotar al poderoso mandatario a la luz de algunas encuestas prometedoras que, sin embargo, erraron de plano. La televisión oficial VTV difundía en bucle imágenes de la victoria de Chávez al son de una música festiva y triunfal, mientras en el este de Caracas, bastión de la oposición, las calles lucían desiertas, excepto algunos vecinos que departían desanimados en la acera. “¡Cómo puede ser! Tanta ignorancia. Mira, aquí no hay nadie, la gente está muy deprimida”, dijo a la AFP Jesús Fajardo, un jubilado en el acomodado barrio de Chacao. “Tenemos que mantener el ánimo”, dijo una mujer al escuchar a Fajardo, antes de alejarse con lágrimas en los ojos. La victoria del presidente, cuya imagen se había visto debilitada en los últimos meses por un cáncer del que asegura haberse curado, reafirma que sigue contando con un gran apoyo popular, especialmente entre los pobres que acudieron en masa a votar. La participación, del 80%, fue “masiva. Se desplazaron en masa los sectores D y E, los más pobres, que apoyan al presidente”, dijo a la AFP el analista político Farith Fraija. Pero la oposición, que en las últimas presidenciales de 2006 fue barrida por 25 puntos por el presidente, dio un salto incuestionable de la mano del joven ex gobernador Henrique Capriles, de 40 años, dieciocho menos que Chávez. Chávez, al frente del país con las mayores reservas de crudo mundiales, tendió tras su victoria la mano a la oposición e hizo un llamado a la unidad nacional, pese a la polarización que ha marcado su discurso en la última década. Capriles, elegido candidato en unas inéditas primarias en un proceso que consolidó la unidad opositora, prometió el domingo tras reconocer la derrota que no dejará solos a los más de seis millones de venezolanos que votaron por él. “Chávez, monstruo de la política “Hay una oposición más consolidada, con un liderazgo claro y con muchas opciones para el futuro”, dijo a la AFP el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León. “Chávez ganó sin duda, es un monstruo de la política, pero no es la misma elección que en 2006. Ahora tiene un líder en la oposición que puede capitalizar la unidad” de sus detractores, insistió León. No obstante, ambos campos plantean dos proyectos diametralmente distintos: el presidente apuesta por hacer irreversible su revolución socialista, frente al programa progresista de Capriles, inspirado en el de la izquierda brasileña. Chávez, que ha personificado el poder y mantiene una conexión casi personal con las clases populares, prevé además potenciar el Estado comunal, despojando según sus detractores de competencias a las regiones. También continuará con sus políticas que han mermado al sector privado, con masivas expropiaciones y férreas regulaciones, especialmente un estricto control de cambio y de precios. Sus misiones sociales financiadas con la renta petrolera y que tanto le han ayudado electoralmente desde su lanzamiento en 2003, seguirán siendo eje central de su política. La reelección de Chávez fue acogida con satisfacción en la región, donde el presidente ha construido un fuerte liderazgo gracias a una diplomacia petrolera y a sus esfuerzos de integración que le han aproximado incluso a mandatarios conservadores, como el colombiano Juan Manuel Santos. La presidenta argentina, Cristina Kirchner, fue la primera en felicitarlo. Cuba, gran aliada de Chávez, quien proporciona al régimen comunista de la isla un suministro vital de petróleo, dijo que el triunfo “demuestra la fortaleza de la Revolución Bolivariana y su incuestionable respaldo popular”, según el presidente Raúl Castro. El gobierno de Estados Unidos, país con el que el mandatario mantiene complejas relaciones, felicitó este lunes al “pueblo venezolano” a pesar de que recalcó que mantiene “diferencias con el presidente Chávez”. Además, Washington pidió al gobierno considerar a “los más de seis millones de personas que votaron por la oposición”. Por su parte, el jefe de la misión de acompañamiento de la Unasur, el argentino Carlos Álvarez, dijo que Venezuela dio una “demostración ejemplar” y “una lección al mundo” con los comicios.