Asociado a una forma práctica, económica y divertida de transporte, la motocicleta plantea muy profundos desafíos a las autoridades, pero también a la comunidad. La accidentalidad, un oscuro panorama. Asociado a una forma práctica, económica y divertida de transporte, la motocicleta plantea muy profundos desafíos a las autoridades, pero también a la comunidad. La accidentalidad, un oscuro panorama. Rafael Trujillo LA NACIÓN, NEIVA El de las motocicletas puede calificarse, a secas, como un verdadero fenómeno del transporte en Colombia. Y, como era de suponerse, el Huila y Neiva no son la excepción. Solo en Neiva, según cifras de la Secretaría de Movilidad, cada mes del año pasado ingresaron a las calles de la ciudad, en promedio, ¡mil motocicletas! Así de simple: doce mil motos nuevas en un año.
Motocicletas:
Aparejada con esta estadística, está no solo una extraordinaria dinámica comercial, sino una situación claramente preocupante, el de los accidentes de tránsito en los que los motociclistas son protagonistas de primer orden. Y aunque las autoridades han emprendido campañas preventivas, a las que se han sumado los concesionarios en la ciudad, la verdad es que las cifras por accidentes y muertes apenas sí han cedido un poco (si se les compara entre 2011 y 2012). De lejos, los accidentes en moto son el factor de mayor inquietud en instituciones como el Hospital Universitario de Neiva porque, después de las consultas por enfermedad general, las estadísticas por accidentes, con muertos y heridos, son más altas durante los fines de semana. Podría afirmarse, de la mano de estos dos factores (mayores ventas y más alta accidentalidad), que en las motocicletas están varios de los elementos con más superlativos en materia de tránsito, solo en Neiva, para tomar un referente específico para el Huila. Cifras estimadas del Comité de Ensambladores de Motocicletas en el departamento señalan que 56 mil personas se mueven en moto a diario en Neiva. Y no sobra recordar la imagen recurrente de conductores irresponsables que transportan hasta cuatro y cinco personas en un solo vehículo. Pero, además, el motociclista soporta el peso, muchas veces sin merecerlo, de la mayor carga de restricciones, adoptadas por sucesivos gobiernos, que ven en la moto el epicentro de la delincuencia y la indisciplina. Para los motociclistas son las restricciones de movilidad nocturna; en moto no se puede llegar al micro centro de Neiva con acompañante, so pena de ser multado. Por si faltara, es el vehículo que más se roban en el Huila. De 1.002 casos reportados el año pasado ante la Policía, 963 fueron motos (ver recuadro sobre hurto de vehículos). Drama y cifras La imagen no podía ser más dramática. Sobre el pavimento, yacía el cuerpo de un hombre de 46 años. Arnulfo Ramírez Polanía acababa de recoger a su hija, y viajaban a bordo de una motocicleta. Intempestivamente, chocan de frente contra un tracto camión. La menor, que iba de parrillera, cayó y sufrió diferentes lesiones. La moto terminó bajo el pesado vehículo de carga. Pero Ramírez llevó la peor parte. Murió luego de recibir todo el impacto, con daños muy graves en su cuerpo, a punto de dejar una estela de sangre sobre la vía. Un cuadro como este se repite con dolorosa frecuencia. El año pasado, y solo en Neiva, murieron 53 personas en accidentes de tránsito, seis más que en 2011. Paradójicamente, no aumentó el número de accidentes (47, el mismo número en 2011 y 2012), pero sí aumentó la mortalidad. En el 78 por ciento de los casos, hubo presencia de motociclistas en el accidente, según reportó la secretaria de Movilidad de Neiva, Deyci Martina Cabrera. Dentro de los accidentes de tránsito reportados a la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía el año pasado, hubo presencia de motos en el 83.4 por ciento de los casos. Muy de lejos, en segundo lugar, estuvo la presencia de taxis involucrados en accidentes (20.34 por ciento). El hecho no debe de suponerse como aislado. Neiva hace parte de las 25 ciudades en Colombia donde se concentró cerca de 50 por ciento de accidentes vehiculares con muertes en 2012, según el Fondo de Prevención Vial. En Colombia, el 44 por ciento de las víctimas fatales fueron, el año pasado, motociclistas. En Neiva, esa cifra fue más alta: de 68 por ciento. Las muertes ocurrieron en su mayoría en las zonas urbanas en Colombia (64.1 por ciento a nivel nacional; en Neiva, ese porcentaje se dispara a 93.5 por ciento). En Colombia, 24 por ciento de las muertes en accidentes ocurrieron en domingo; en Neiva, esa cifra es de 27 por ciento. Altas y bajas No obstante, el Fondo de Prevención Vial reconoce, en su informe que presentó el jueves pasado, que en Neiva las cifras disminuyeron de 2011 a 2012. La explicación que dan las autoridades locales parte del principio de que hay muchas más motocicletas. Si las cifras de accidentalidad no se mueven en gran proporción de un año a otro es que el balance, aunque agridulce, puede calificarse como más positivo. “Le doy la lectura de las cifras de los accidentes. Mil motos nuevas al mes significan en el año doce mil más que el año anterior. Es un incremento de 20 por ciento, pero si tenemos la misma accidentalidad, entonces ‘disminuimos’ esas cifras. De hecho, pasamos del sexto lugar en accidentes al puesto 14, dentro de las ciudades capitales que son evaluadas”, explicó la secretaria de Movilidad, Deyci Cabrera. Sin embargo, para instituciones como el Hospital Universitario de Neiva, las cifras no pueden despreciarse. El gerente Jesús Antonio Castro confirmó su inquietud por las crecientes cifras de accidentalidad. “Es preocupante porque los fines de semana se conjugan el licor y otras sustancias. Debemos de prevenir y no solo actuar sobre el paciente. Necesitamos más controles. Cuando los heridos llegan al hospital, nuestra tarea es curarlos, pero la idea es prevenir accidentes y muertes, y limitaciones físicas. Así vista, la accidentalidad se convierte en un grave problema de salud pública”, explicó Castro Vargas. Cifras del Hospital reflejan esta preocupación. Cada fin de semana, los accidentes de tránsito suman el segundo motivo de ingresos al área de Urgencias, siendo superados solo por las consultas por enfermedad general. El pasado fin de semana, entre los días 8 y 10 de febrero, el hospital tuvo un acumulado de 101 consultas por enfermedad general, y diez por accidente de tránsito. Y la mayoría, de motos. Controles Las autoridades locales de tránsito en Neiva insisten en que sí hay controles. Campañas preventivas entre semana, con información a los motociclistas, a conductores de otros vehículos y a peatones, y controles específicos los fines de semana, en especial en las noches, integran las acciones desarrolladas por la secretaría de Movilidad. “Desde el viernes en la noche hasta el domingo tenemos controles de alcoholemia, y en el parqueo en sitios de expendios de licor. El año pasado suspendimos 215 licencias de conducción por embriaguez, algo que nunca se había hecho. Y habrá más controles, incluyendo la revisión técnica y mecánica de las motos, que estén en buen estado, con sus luces, documentos y espejos, entre otros elementos. No todo es en contra de las motos, es a favor. No es para molestarlos, sino para protegerlos”, indicó la secretaria Deyci Martina Cabrera. ‘Sin embargo…’ Aunque los controles pueden representar acciones contra la inseguridad y los accidentes, no todos están de acuerdo. Por centenares, motociclistas salieron en días pasados a las calles del centro de Neiva a rechazar la imposición de la prohibición a movilizarse con parrillero. Las protestas no han llevado a revertir los efectos del Decreto 0164 de 2013. De hecho, la medida, hasta ahora como castigo pedagógico, entra a regir en todo su rigor desde este lunes 18 de febrero (un comparendo por entrar al micro centro de Neiva con parrillero equivaldrá a 15 salarios mínimos legales diarios vigentes, es decir, 294.270 pesos). Sin salir a la calle a manifestarse, la voz de los concesionarios de las diferentes marcas de motocicletas en Neiva tiene una complejidad aún mayor. “Están buscando el muerto río arriba”, señala Daniel Barbosa, vocero en el Huila del Comité de Ensambladores de Motocicletas. Para Barbosa, no es casualidad el incremento en el número de motos en una ciudad como Neiva, gracias a los costos de compra y mantenimiento del vehículo. Y si bien las estadísticas de ventas han bajado este año (las ventas han caído hasta 22 por ciento en el Huila), medidas como la prohibición a cargar parrillero o acompañante en el micro centro de Neiva no representan una solución y, a cambio, desmotivan la compra de vehículos nuevos. “El mismo Estado le cobra al motociclista una serie de impuestos, y luego le dice que no puede movilizarse. Para el Estado, con estas medidas, el motociclista es un ciudadano de cuarta,” afirma el directivo gremial. Y agrega: “si el tema es de accidentes, o de seguridad, el asunto a solucionar es otro, no más y más prohibiciones”. En el Fondo LA NACIÓN dialogó con Alexandra Rojas, directora nacional del Fondo de Prevención Vial. Para Rojas, el manejo de las dinámicas comerciales, de movilidad y de accidentes que se han incrementado con el auge motociclístico, reclama medidas de gran alcance. La funcionaria explicó que temas como la seguridad vial no son exclusivos de planes de cultura ciudadana. “En ningún país del mundo se ha resuelto el tema de seguridad vial exclusivamente así. En muchas ciudades los niveles de control son muy bajos. No conozco el manejo de controles en Neiva, pero a nivel internacional, donde hay éxito en la seguridad vial, siempre empiezan con un nivel de control mucho más fuerte, para que los ciudadanos entendamos que portarse de una manera inadecuada en las vías tiene consecuencias, y de forma que consolidemos cambios en el comportamiento a largo plazo”, indicó Rojas. Para la directora del Fondo de Prevención Vial, el reto del motociclismo representa mucho más que acciones puntuales. “Es importante cómo diseñamos las ciudades porque, por ejemplo, si sus aceras son demasiado pequeñas, no se respetarán, y también está el respeto a los semáforos, el tránsito seguro de peatonales, la señalización, y el control del exceso de velocidad, lo mismo que tener un transporte público organizado, que representa calidad en la movilidad para proteger la vida”, subrayó Rojas. Y señaló que “tenemos que adaptarnos a tener ese altísimo número de vehículos en circulación. Adaptarse quiere decir tomar medidas para convivir de una manera distinta, por eso es importante el control, sostenible y creíble, que haga que uno entienda que portarse mal tiene consecuencias”. No cabe duda de que las motos representan una solución práctica, económica y eficiente para el transporte de muchas personas, familias y empresas. Pero en tanto no se profundice en una conciencia ciudadana, que debe de partir junto con otras acciones de control por parte del Estado hacia una movilidad inteligente, seguiremos contando solo multas, muertos y heridos entre los miles de motociclistas, dentro del complejo y renovado panorama que vive el tránsito de ciudades como Neiva. Hurto de vehículos Pese a los permanentes controles, y a las medidas que adelanta la Policía en el Huila a través de la Unidad de Automotores de la Sijín, el hurto de vehículos el año pasado presentó un incremento del 12 por ciento en comparación con 2011. En el 2012, según Asopartes, se hurtaron 1.118 vehículos, 1.062 motocicletas y 56 carros. En el 2011 la cifra alcanzó 1.002 casos: 963 motos y 39 vehículos automotores. Los casos se registran, según las autoridades, por factores como el exceso de confianza de los propietarios de los vehículos, el parquearlos durante un tiempo prolongado en sitios poco seguros o estacionarlos en las afueras de lugares con mucha concurrencia como clínicas, supermercados y sectores comerciales. De acuerdo con la Seccional de Investigación Criminal de la Policía Huila, el año pasado el 73 por ciento de los casos de hurto de vehículos se perpetró mediante la modalidad de halado, y tan sólo un 24 por ciento se llevaron a cabo a través del atraco. Las víctimas son principalmente hombres (73 por ciento), mientras que las mujeres fueron blanco de los delincuentes en 301 casos. El motociclista es un protagonista cada vez más importante, con todos sus desafíos, de la movilidad de ciudades como Neiva. Foto Sergio Reyes
