Circulan diversas opiniones sobre la reelección del Procurador Ordóñez. Hay rechazo por su posición dogmático-religiosa. Su criterio, respecto al aborto y la sexualidad Circulan diversas opiniones sobre la reelección del Procurador Ordóñez. Hay rechazo por su posición dogmático-religiosa. Su criterio, respecto al aborto y la sexualidad, poco o ningún efecto puede tener finalmente. No va más allá de su supuesta convicción. La Corte Constitucional ha hecho lo que le corresponde al respecto, en consonancia con las tendencias mundiales y avance de la civilización. Su dogmatismo y fundamentalismo religioso, por los resultados, no ha demeritado el ejercicio de sus funciones, como quieren mostrarlo. Él debe investigar y sancionar, de acuerdo con la ley vigente. La aprobación o derogación de ésta, no está en su dominio. Vale recordar que los conceptos del Procurador no obligan a los otros órganos de poder. Su ámbito es el disciplinario y ahí, ha tomado decisiones que ningún Procurador anterior se atrevió a hacer. Ha investigado y sancionado a intocables desde el aspecto político, económico y de élite. Colombia demanda que los poderes y los individuos que los dirigen, tengan valor civil y absoluto sentido del deber legal-jurídico, para el ejercicio de sus funciones. En términos generales, el actual Procurador lo ha hecho como antes nadie fue capaz de hacerlo y tiene ganado el derecho a ser reelegido. Claro que las veleidades no le son ajenas. Las calculadas decisiones, respecto a inescrupulosos del Huila, están causando grave daño a la sociedad. Colombia está tomada por los corruptos. Los niveles de corrupción alcanzados, durante el gobierno de Uribe Vélez, son dramáticos. El común de la gente, desconoce la magnitud y perversidad de los delincuentes de cuello blanco y los niveles de corrupción e impunidad en la interpretación y aplicación de la ley. Lo que se conoce sobre contratación, ejecución del presupuesto y administración del patrimonio públicos, es desconcertante. En todo el país y en particular en el Distrito Capital. En la concesión de El Dorado. Con los recursos de la salud y de pensiones. En el caos, tolerancia y complicidad oficial con las concesiones viales. En el manejo de los recursos naturales y mineros. En el manejo y utilización de los bienes incautados a las mafias. En las gabelas fiscales a las grandes empresas, nacionales e internacionales. Todo evidencia la ineficacia de los controles, incompetencia administrativa y judicial, impunidad y debilidad institucional generalizada. Hay funcionarios y contratistas corruptos y corruptores y los órganos de control no satisfacen su deber constitucional. Sus nóminas, se convierte en feudo de politiqueros (congresistas, diputados, concejales, gamonales, etc.), en lo regional y local. Por eso nada bueno se puede esperar. La Sra. Contralora Sandra Morelli, constituye excepción y sirve de referente a funcionarios públicos, en el acatamiento de la ley y cumplimiento de su función. Debe ser reelegida. La colectividad nacional, debe exigirlo. Debe estar en la terna y el Congreso debe elegirla. Ha hecho lo que denegaron antecesores.