Muchos pueblos en el mundo se han transformado y han evolucionado con el curso de la historia desacatando imposiciones injustas. Somos libres de desacatar pues somos un país libre y en vía de transformación
Muchos pueblos en el mundo se han transformado y han evolucionado con el curso de la historia desacatando imposiciones injustas. Somos libres de desacatar pues somos un país libre y en vía de transformación.
Por respetar fallos si vamos a lo legal hoy seriamos de España.
Bolívar y Santander con sus mártires serían para la historia unos terroristas. Si bien es cierto nos metimos a jugar a ser legales y pretender que quienes eran los jugadores eran justos y respetuosos, también es cierto que los dueños del juego son personas que no nos conocen y con el fallo de la Corte Internacional de Justicia los árbitros desconocieron como en cualquier partido de fútbol el fair-play o juego limpio. Desconocieron la realidad de un pueblo, la tradición de una raza y han tratado de imponernos un cambio de costumbres al presumir que es fácil convertir a un pescador nato y libre en su mar, en un comerciante.
El pescador es pescador y no más, ni quiere ser más; es su vida su alegría, su medio de sustento y lo que adorna su idiosincrasia, de ser feliz en su único medio que se desenvuelve como es el agua. La corte no puede pretender cambiar la naturaleza de un pueblo desconociendo sus derechos y costumbres además de aprisionarlos en unas cuantas millas que para el pescador es como una piscina para un turista.
Y esos son los jueces “unos turistas” de otras áreas que nunca conocieron el territorio que iban a delimitar ni conocieron a los hombres, mujeres y niños, ni mucho menos se comieron un buen plato con ellos.
Tantos años cuidando una reserva natural biológica del mar, tantos años de veda y prohibición de pesca de muchas especies para no exterminarlos para que unos señores que se creen con la verdad absoluta y celestial vengan a destruir un equilibrio importante para la humanidad en el aspecto de recursos de flora y fauna marina.
Ya he oído voces de javerianos, rosaristas y nacionalistas y unos congresistas que les importa un carajo la soberanía nacional, voces de traidores incitando a acatar fallos absurdos.
¿Por qué no se revelan? Por qué no le enseñan a sus estudiantes a no agachar la cabeza, a ser más bien líderes de una revolución para proteger a nuestro país. Nicaragua, de Chávez, de la Paz? No, ni los guerrilleros regalarían la soberanía, ¿porque unos viejos cancrecos si? ¡Viva la revolución por la protección de nuestras fronteras!
