Justamente cuando se reúnen los 120 delegados de todas las regiones cafeteras en Bogotá para darle curso al Congreso Nacional Justamente cuando se reúnen los 120 delegados de todas las regiones cafeteras en Bogotá para darle curso al Congreso Nacional Cafetero, con el Huila en zona de privilegio, los cafeteros de a pie, los que sostienen a Colombia aún en la lista del mejor grano del mundo, siguen a la expectativa de lo que pueda pasar en su inmediato futuro, amenazado por los bajísimos precios, la disminución dramática de la producción y de la productividad y los bandazos equivocados que ha dado la dirigencia cafetera en las políticas del sector, al lado de un Gobierno Nacional que aún no tiene claro el rumbo que debe dársele al que fuera otrora el orgullo del país. Sin que se pueda desestimar el apoyo anunciado de 60 mil pesos por carga para esta época de crisis, y que dejó en suspenso la marcha de los campesinos programada para esta semana, sí vale señalar en gracia de la verdad que tal cifra no saldrá de ninguna medida nueva sino que ya estaba prevista en el presupuesto nacional y lo que se hará será anticipar ese gasto, de manera que son otros asuntos los que calmarán a los agobiados cafeteros, de ellos más de 70 mil familias en nuestro Huila. Porque como lo plantean los mismos productores del grano, el subsidio de 60 mil pesos, que no alcanza a ser el diez por ciento del precio actual, no mejora mayor cosa la situación y las frías cifras señalan que aún hay pérdida frente a los costos de producción. Por ello insisten en la regulación del precio de los insumos, como fertilizantes y productores de control de plagas que tienen los costos más altos, y sobre ello poco o ningún control se ejerce desde el Estado o el mismo gremio. Esta crisis, que se veía venir lenta y paulatinamente, también demuestra a las claras que el rumbo trazado por el Gobierno y la Federación de Cafeteros no es el adecuado, cosa probada desde cuando comenzó – hace por lo menos un quinquenio – la caída incontenible de la producción, aunque hemos tenido ligeros intervalos de buenos precios. Ahí está el ranking mundial: Colombia ya ni siquiera se pelea un lugar entre los tres primeros; lejos estamos de aquellas producciones anuales de entre 15 y 19 millones de sacos, y países que nunca los teníamos en el radar del café, nuestros vecinos Ecuador y Perú, nos pisan los talones. Eso sí, seguimos cultivando el mejor grano suave del mundo, y el Huila ratificará el primer lugar. Lo cierto es que el alivio no resuelve la crisis. El tema es de mayor profundidad en el rediseño de la política cafetera, que seguramente tendrá que abordar a partir de hoy el Congreso del sector, la máxima autoridad. Bien valdrá un corte de cuentas, una evaluación juiciosa y decisiones de fondo para variar una ruta que indica más el purgatorio que el paraíso. DESTACADO “Esta crisis, que se veía venir lenta y paulatinamente, también demuestra a las claras que el rumbo trazado por el Gobierno y la Federación de Cafeteros no es el adecuado”.