La comisión Leveson creada a raíz del escándalo de las escuchas en el News of the World recomendó la creación de un nuevo LONDRES (AFP) – La comisión Leveson creada a raíz del escándalo de las escuchas en el News of the World recomendó la creación de un nuevo órgano de autorregulación de la prensa británica, respaldado por la ley, para evitar más conductas “vergonzosas”, y sacó a la luz las divisiones dentro del gobierno. El juez Brian Leveson, presidente del panel, afirmó al presentar su informe de 2.000 páginas en Londres que parte de la prensa actuó hasta ahora como si no estuviera regida por un código de conducta y propuso para remediarlo un sistema destinado a la vez a promover estándares de calidad para la prensa y proteger los derechos de las víctimas. “Propongo una regulación independiente para la prensa organizada por la propia prensa, con un proceso de verificación estatutario para apoyar la libertad de prensa, proveer estabilidad y garantizar al público que este nuevo órgano es independiente y eficaz”, explicó el reconocido juez británico. Según él, el actual sistema de autorregulación de la prensa a través de la Comisión de Quejas de la Policía (PCC, por sus siglas en inglés) “ha fallado”. El informe es el resultado de ocho meses de investigación de esta comisión creada por el primer ministro David Cameron en julio de 2011 debido a la oleada de indignación provocada por la revelación de que el hoy desaparecido News of the World, propiedad del magnate de la prensa Rupert Murdoch, escuchó ilegalmente el buzón de voz del teléfono de una adolescente secuestrada y asesinada. Leveson argumentó que algunos periódicos “causaron estragos en las vidas de gente inocente”, al priorizar de una “manera temeraria” las exclusivas. “Ha habido demasiadas veces en las que, persiguiendo una noticia, parte de la prensa ha actuado como si su propio código, que ella misma escribió, simplemente no existiera”, explicó en la multitudinaria presentación, precisando que “en algunos ocasiones esta conducta sólo puede ser descrita como vergonzosa”. Leveson, que además de las prácticas, la ética y la cultura de la prensa, examinó también las relaciones de los periodistas con la policía y el poder, lamentó por otra parte que la prensa hubiera desarrollado una “relación demasiado estrecha” con la clase política, como ya admitió el primer ministro en su comparecencia ante la comisión en calidad de testigo. Cameron, que no está obligado a acatar las recomendaciones de la comisión, respondió enseguida expresando “serias preocupaciones y dudas” ante la perspectiva de una ley para respaldar el nuevo órgano de autorregulación, lo que le augura un difícil futuro. “Creo que debemos recelar de cualquier legislación que tenga el potencial de infringir la libertad de expresión y la libertad de prensa”, agregó el primer ministro en su declaración a los diputados, instándoles a pensar “muy cuidadosamente” antes de “inscribir elementos de la regulación de prensa en la ley del país”. El partido conservador de Cameron debía iniciar este mismo jueves conversaciones con el opositor partido laborista de Ed Miliband, y también con su socio de coalición, el partido liberaldemócrata del viceprimer ministro del gobierno Nick Clegg, que ven con mejores ojos la principal recomendación de Leveson. “Una prensa libre no puede ser una prensa libre de acusar a gente inocente o libre de acusar a familias que están de duelo”, declaró Clegg, que por primera vez en lo que va de legislatura hizo una declaración oficial separada en el parlamento después de la del primer ministro. Cameron, presionado por una mayoría de políticos conservadores, busca una solución que contente a una prensa partidaria de continuar con la actual autorregulación, a tres años de unas nuevas elecciones generales, sin desdeñar a las víctimas. Estas, sin embargo, se declararon “abandonadas” y “traicionadas” en una rueda de prensa organizada por la asociación Hacked Off. “No tenía mucho sentido hacer una investigación judicial si no se implementa. Es como un juego de mesa. Volvemos a la casilla de salida”, declaró Mark Lewis, abogado de numerosas víctimas, entre ellas los padres de la adolescente asesinada Milly Dowler. El informe cierra la primera parte de la investigación de la Comisión Leveson, que interrogó a cerca de más de 600 víctimas, la mitad en audiencias públicas y bajo juramento, y que tuvo un coste de unos cuatro millones de libras (6,4 millones de dólares, 5 millones de euros). Juez Brian Leveson