Los anuncios hechos el domingo pasado por la gobernadora Cielo González Villa para financiar proyectos vitales para el desarrollo de la capital huilense, son altamente significativos. Los anuncios hechos el domingo pasado por la gobernadora Cielo González Villa para financiar proyectos vitales para el desarrollo de la capital huilense, son altamente significativos. El grueso del paquete que por más de 203.000 millones de pesos van en la dirección correcta, esto es de consolidar a Neiva en términos de competitividad, liderazgo surcolombiano y proyección hacia grandes retos que impone la inserción del país en el mercado mundial. Empero, vale decir que se echa de menos el acopio de presupuesto de los dos entes territoriales para un asunto básico y fundamental como es el de resolverle, definitivamente o por lo menos a un largo plazo de décadas, el crónico problema de suministro suficiente y potable de agua. La reciente crisis por la fuerte creciente de Las Ceibas, que dejó fuera de servicio las bocatomas, es síntoma más que elocuente de que la ciudad requiere, como se ha dicho tantas veces, de un acueducto de las mejores especificaciones y con capacidad suficiente para épocas de invierno como de verano. Sin olvidar ese tema clave, resaltamos la inclusión de la llamada Circunvalar de Oriente, que se lleva la mitad de los recursos anunciados, que iniciará en El Venado, en el norte de la ciudad, y terminará en Surabastos, con un gran intercambiador vial. Y a ello se unirá la ya confirmada construcción de la doble calzada a Campoalegre, financiada por la Nación, y que ha permitido liberar recursos del ente departamental territorial para otras obras de envergadura, como el Anillo Turístico del sur del Huila anunciado la semana pasada. Muy importante que se concrete el Recinto Ferial (ojalá con un nombre que le dé mayor peso en imagen) junto al Centro de Convenciones José Eustasio Rivera, con 18.000 millones de pesos, o el Parque de Las Aguas en la sede que hoy ocupa Aguas del Huila, con 7.000 millones, lugar en el que además se contempla la construcción del Patinódromo. Pero no sobra señalar que ojalá estas obras, que tienen un destino comercial la mayoría, cuenten con participación privada en su construcción y no solamente en su explotación, como ya ha ocurrido con otras en las que particulares llegan a usufructuar, en ventajosas condiciones, lo que los impuestos de todos permitieron poner en marcha luego de multimillonarias inversiones públicas. Y en el caso de los 3.560 millones de pesos para readecuar el Malecón, con un puente peatonal para comunicarlo con el Parque Isla del río Magdalena, bien valdría indicar que sumados todos los recursos invertidos en esa zona, desde hace por lo menos 15 años, son tan abultados que alcanzarían para darle la vuelta en obras a la ciudad. Ahora, el reto es garantizar su ejecución y terminación, articulados a los planes de desarrollo para asegurar que se conviertan en factores de desarrollo.