Cuatro soldados profesionales en Caquetá denunciaron abusos y malos tratos por parte de sus superiores. Uno de los uniformados se coció la boca. La Defensoría del Pueblo le solicitó a las Fuerzas Militares información.
Presuntas torturas físicas y sicológicas, además del recorte en las raciones y amenazas de expulsarlos del Ejército, fueron las denuncias reveladas por los familiares de cuatro soldados profesionales de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega en Caquetá.
Los presuntos abusos de un superior contra los militares adscritos a la Brigada Móvil 22 de la unidad militar, llevó a uno de ellos a cocerse la boca en señal de protesta por lo sucedido.
Las denuncias fueron puestas en conocimiento de los uniformados Jeisson Fernando Espinosa Vargas, Andrés Felipe Jaimes Gómez (quien decidió coserse la boca), Cristian Fabián Rodríguez Becerra y Diego Fernando Rojas López.
Las supuestas irregularidades hicieron que la Defensoría del Pueblo le solicitó a las Fuerzas Militares información sobre las denuncias de los familiares de cuatro soldados profesionales. Una comisión de la Entidad se desplazó hasta el lugar donde están los militares para corroborar las denuncias y verificar su estado de salud.
Funcionarios de la Defensoría del Pueblo ayer estuvieron en la Base Militar de Larandia verificando las denuncias presentadas por los allegados de los uniformados, quienes manifestaron al Ministerio Público que un oficial los torturó física y psicológicamente durante varios días en zona selvática de Remolinos del Caguán (Caquetá).
Añaden que les recortó el presupuesto de víveres y les aseguró que los hará expulsar del Ejército.
La Defensoría del Pueblo ofició al Estado Mayor de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, para que le entregue información detallada de lo que pudo haber sucedido con los uniformados, como también ofició a la Procuraduría General de la Nación, para que investigue los hechos y determine cuanto antes si hubo irregularidades en el trato a los soldados.
Los cuatro militares, que fueron trasladados anoche hasta la Base de Larandia, a las afueras de Florencia, ya están siendo atendidos por personal médico del Ejército. Sin embargo, una comisión de la Defensoría regional Caquetá se desplazó hasta esa base para corroborar el estado de salud de los militares y escuchar a los soldados.
“La Entidad rechaza este tipo de situaciones, máxime que en días pasados la opinión publica conoció un video en el que varios uniformados de la Infantería de Marina, están siendo torturados en un entrenamiento de un curso avanzado de combate, en zona rural de Coveñas, Sucre, en el que se simula que son prisioneros de guerra”, manifestó la Defensoría del Pueblo.