La elevada mortandad de mojarra en el embalse de Betania, provocada por una bacteria autóctona, logró por ahora neutralizarse.
Los peligros de propagación quedaron conjurados según una última evaluación realizada por las autoridades encargadas de regular y de ejercer el control y la vigilancia de la actividad piscícola, uno de los principales renglones de exportación del Huila y del país.
“Ya no hay crisis. Ya se pasó lo más difícil que era, un incremento de la mortalidad, se está llegando a los niveles normales. La mortalidad ha disminuido”, reportó ayer Otto Polanco Rengifo, director de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap).
El funcionario, quien asumió hace un mes el cargo, inspeccionó personalmente los grandes proyectos piscícolas y conoció sobre el terreno el impacto de la mortalidad que comenzó a descender.
“Las condiciones medioambientales son más favorables, permitiendo reducir la mortalidad. Estamos entrando en un proceso de normalización”, aseguró el director regional del ICA, Tito Alberto Suárez, quien acompañó la comisión de alto nivel de todas las entidades para frenar la emergencia.
Los funcionarios inspeccionaron ayer los estragos causados, las medidas fitosanitarias que se vienen implementando y las condiciones ambientales, que se presentan después de 30 días de emergencia que deja cuantiosas pérdidas económicas.
Después de revisar sobre el terreno los resultados de las medidas, hay resultados concluyentes: la mortalidad comenzó a descender. La propagación de la bacteria, típica de entornos acuáticos, logró frenarse en los sitios de mayor concentración.
Las nuevas condiciones ambientales, las medidas sanitarias adoptadas oportunamente por el ICA, evitaron que el fenómeno pudiera extenderse, agravando la situación de los piscicultores y afectando sensiblemente la economía regional.
“Los puntos de mayor mortalidad se registró en los centros de producción de mojarra roja. La mortandad alcanzó los puntos más altos y ahora, comienza a descender”, explicó Efrén Tovar, presidente de Asopishuila, uno de los principales gremios. Pero no fue casual.
La rápida reacción de las autoridades sanitarias, al comenzar la crisis, y las severas medidas de bioseguridad, permitieron contener la infestación. También las medidas de control ejercidas por las autoridades del sector, ayudaron a evitar que los efectos tuvieran un mayor impacto.
Lo claro, por ahora es que la mortalidad fue provocada por una bacteria. “Aunque hay muchos factores, la bacteria reproducida en unas condiciones específicas fue la principal causa”, explicó Juan Andrés Angulo, subgerente de Protección Animal.
La posibilidad de otros agentes químicos, como lo sugirieron algunos piscicultores y pescadores artesanales, está por ahora descartada.
“Estamos esperando los resultados finales, contratamos una firma para examinar que pasó con la bacteria que ataca a juveniles en un medio con bajo oxígeno, en unas condiciones medioambientales muy particulares. Estamos esperando el informe final para determinar los orígenes”, insistió el director nacional de la Aunap.
La actitud de los propios productores al respaldar las medidas y entender la magnitud de la emergencia, contribuyeron a frenar la nueva emergencia, la tercera que se registra en menos de ocho años.
“Las condiciones del embalse mejoraron significativamente, el volumen de lluvias aguas abajo, incrementó el nivel de ingreso alcanzando caudales superiores al promedio mensual. Esta situación mejoró los niveles de oxígeno y la calidad del agua”, afirmó el gerente regional del ICA, Tito Alberto Suárez.
La mortandad que puede superar las 2.000 toneladas está llegando a los niveles normales.
El embalse se encontraba ayer, según los piscicultores en un 75,3 por ciento, generando una mayor estabilidad.
El fuerte viento aumentó los niveles de oxígeno, reduciendo los riesgos de mortalidad.
“No hay otras causas distintas a las bacterias. La presencia de químicos no está demostrada. Eso es un invento. La causa real es que la capacidad de carga de la represa se sobrepasó, generando unas condiciones medioambientales en particular que permitieron la expansión de la bacteria”, remarcó Polanco Rengifo, la máxima autoridad encargada de regular la acuicultura.
La superproducción de mojarra, la expansión de los proyectos y el inadecuado manejo ambiental, han sido las causas de las tres emergencias, que han puesto en peligro la futura sostenibilidad del proyecto. Según cálculos de los propios productores, en el embalse se ha triplicado la capacidad de carga que es de 22.000 toneladas. “Esa cifra no es un secreto. Todos los sabemos, aunque públicamente no lo reconocemos”, admitieron algunos productores.
Disposición final
Los planes de contingencia adelantados por los empresarios permitieron enfrentar adecuadamente la emergencia. Los altos niveles de mortalidad que pueden superar las 2.000 toneladas métricas de mojarra. La mortalidad se manejó adecuadamente, de acuerdo con los protocolos de bioseguridad. Adicionalmente contribuyó a mitigar el impacto la estricta aplicación de las normas de limpieza y desinfección.
“Al bajarse la capacidad de carga, y adoptarse medidas sanitarias y de bioseguridad, la represa comenzó a generar nuevas condiciones ambientales”, estimó Tovar.
“Esa nueva actitud de los piscicultores permitió que la emergencia esté llegando a su nivel más bajo. De esta crisis ha quedado una lección para salvar la industria piscícola del Huila, nuestra principal apuesta exportadora”, anotó el director de competitividad de la Gobernación.
El director de la Aunap Otto Polanco con piscicultores en el puerto Seboruco en Betania.
“Lo más importante es que se logró es que la recuperación y el restablecimiento de la normalidad del embalse, es una responsabilidad de todos. En esto no hay que ceder y quienes lo hagan deben someterse a las consecuencias y a los procesos sancionatorios”, recordó el director de la CAM Carlos Alberto Cuéllar.
El análisis y las medidas que habrán de aplicarse en adelante fue presentada ayer durante una reunión en el puerto Seboruco, en la orilla del embalse, centro de manejo de la mortalidad. Los asistentes revalidaron la iniciativa para ejercer controles y asegurar la sostenibilidad de la industria piscícola.
Este frente común logró contener nuevo focos de contaminación en los principales proyectos industriales localizados en el embalse más grande del país.
A salvar la piscicultura
El director de la Aunap, Otto Polanco Rengifo anunció que de ahora en adelante no habrá más informalidad. Las medidas de control, para salvar la piscicultura, se pusieron en plena marcha.
Además, de los controles sanitarios, el seguimiento y la inspección que se viene realizando, habrá medidas concertadas.
“Estamos buscando acuerdo para que esto no se vuelva a repetir. Ahora estamos unidos para afrontar una realidad: Tenemos que cambiar. Esto implica que no vamos a tolerar más superproducción”, explicó el funcionario.
“Le vamos a poner orden a esta actividad. Las malas prácticas no persistirán. No se va a ampliar la capacidad de carga, no se dará permisos para nadie más. Eso debe quedar absolutamente claro”, afirmó.
“Las licencias de producción no se aumentarán, no habrá más permisos, no se permitirá la expansión de los proyectos”, subrayó.
El funcionario, consecuente con la posición de muchos productores reiteró que se hará respetar la capacidad de carga del embalse que está determinada desde el 2003 en 22.000 toneladas anuales.
“Quienes no respeten estos parámetros tendrán que salir del embalse. Por ahora vamos a poner el orden y a controlar la informalidad”, repitió ante numerosos productores.
“Quiero advertirles que no vamos a aumentar la capacidad de carga. Esta cargabilidad está determinada en un estudio y no se modificará”.
Las autoridades regionales y nacionales definen opciones para frenar la informalidad en Betania.
Pero no solo se ejercerá el control. También habrá vigilancia. En dos semanas, el 13 de mayo, vendrá una comisión de alto nivel, para verificar el estado de los proyectos, para revisar las concesiones de agua y las licencias de producción.
A la cumbre asistirán delegados de la Procuraduría Ambiental, la Policía, la Fiscalía, la Contraloría, el Ministerio de Medio Ambiente y la Autoridad de Licencias Ambientales para comenzar a aplicar las medidas de control.
“Esto nos va a permitir ordenar la casa y asegurar la sostenibilidad del proyecto”, recalcó el vocero de la Aunap.
“La autoridad ambiental por su parte, ejercerá las labores que le corresponden en la concesión de agua. Hemos ofrecido todo el acompañamiento pero también ejercemos nuestra labor como autoridad ambiental para evitar daños ambientales y asegurar la compensación”, insistió el director de la CAM.
Manuel Macías, presidente de Fedeacua, respaldó las medidas y celebró que “Ojalá se cumplan. Los mismos anuncios se hicieron en las dos emergencias pasadas y no pasó nada. Ahora, respetamos la institucionalidad y esperamos que se adopten las medidas”, aseguró.
Igualmente consideró que hacia el futuro, debe revisarse la cargabilidad del embalse, como otro polo de desarrollo.
“En el embalse se desarrolla una gran industria con una alta capacidad exportadora. Con toda la tecnología para atender una demanda nacional e internacional del producto”, explicó Macías.
“Más que medidas sancionatorias, nos interesa que los productores entiendan la importancia de adoptar la piscicultura a los estándares internacionales que le asegure rentabilidad y sostenibilidad. Esa es la responsabilidad. Creo que estamos avanzando en ese sentido”, apuntó Luis Fernando Rojas.
La veda no será levantada
Pese a la reducción de la mortalidad y los avances para implementar las medidas de bioseguridad, la veda para realizar nuevas siembras de alevinos se mantendrá.
Las medidas sanitarias impuestas por el ICA, no será levantada por ahora, reiteró el director regional de la entidad, Tito Alberto Suárez.
“Aunque hoy el panorama en el embalse es distinto, no se permitirá por ahora la siembre de alevinos”, insistió.
La decisión fue adoptada mediante Resolución 118 expedida el 7 de abril pasado.
“La restricción se mantendrá hasta que se recuperen las condiciones normalmente aceptadas de mortalidad y los valores mínimos de los parámetros físico-químicos del agua de cultivo requeridos por estas especies”, afirmó.
Los productores respaldaron las medidas para garantizar la viabilidad de la industria piscícola.
El funcionario señaló que durante la última semana se tomaron 64 muestras en igual número de los proyectos piscícolas para determinar técnicamente los orígenes de la bacteria. Pero no es suficiente para levantar la veda.
“Tenemos que esperar los resultados de los exámenes para determinar en qué momento se puede levantar la veda. Mientras tanto se mantienen las medidas sanitarias hasta nueva orden”, confirmó el subgerente de Protección Animal, Juan Andrés Angulo.
Sin embargo, la próxima semana se realizará una nueva mesa técnica, promovida por la Gobernación con productores y las autoridades regionales para examinar las nuevas condiciones del embalse y determinar la posibilidad de levantar la veda.
La reunión se realizará el próximo martes como un nuevo ejercicio académico.
“En este caso, el levantamiento o no dependerá exclusivamente de las autoridades sanitarias, las que respetamos”, afirmó el vocero de los piscicultores”, Efrén Tovar.
“Lo urgente es que se defina, con pruebas científicas las nuevas condiciones del embalse para considerar que la emergencia ya pasó”, insistió Manuel Macías, representante del otro gremio piscicultor.