Un timanense es el dueño de la ‘embajada’ alterna de los huilenses en Bogotá. Desde el ciudadano común, hasta altos magistrados llegan a este rinconcito opita. Un timanense es el dueño de la ‘embajada’ alterna de los huilenses en Bogotá. Desde el ciudadano común, hasta altos magistrados llegan a este rinconcito opita. Carlos J. Murcia LA NACION, Bogotá Los huilenses que viven en Bogotá tienen en el centro de la ciudad un rinconcito del Huila. Esta es una especie de consulado. Se llama el “Sanedrín Opita”, y está ubicado justo al lado de las altas cortes y uno de sus visitantes asiduos era el ex magistrado Yesid Ramírez. El propietario del establecimiento es Jaime Artunduaga Valenciano, oriundo del municipio de Timaná. En Bogotá, Jaime Artunduaga se radicó el 25 de julio de 1975, es decir hace 37 años. A pesar de que lleva varios años en la fría capital, aún no ha perdido los nexos con su tierra natal, pues conserva una pequeña finca, y tiene lo más preciado: su familia. El señor Artunduaga recuerda que cuando fue empleado en el sector público, se habían organizado grupos de huilenses. “Teníamos una fundación de Amigos de Timaná, que la lideraba Romelia Gómez. Pero todas esas organizaciones se acabaron”. Pero luego de jubilarse hace cuatro años, pensó en un negocio y se le vino la idea a la cabeza de fundar un establecimiento que fuera netamente opita. En este sitio se encuentran las achiras, el quesillo, el aguardiente Doble Anís y a mitad de año el Asado Huilense. Por hacerle honor a los tribunales judíos y teniendo en cuenta que estaba situado cerca de las altas cortes, lo bautizó como ‘El Sanedrín Opita’. Don Jaime Artunduaga, como ya lo conocen, dice que el nombre lo sacó de un libro de Andro Montaneli, de la historia de Roma y decidió homologarlo con los tribunales colombianos. Para Jaime Artunduaga Valenciano, es un honor poder atender a sus paisanos o coterráneos que permanentemente llegan a su negocio. Amigos y funcionarios Desde que abrió el ‘consulado huilense’, se ha encontrado con muchos amigos, como uno de sus primeros compañeros de colegio, el hijo del ex ministro Felio Andrade y quien en la actualidad estaba en uno de los países europeos. Pero también recuerda con aprecio a uno de los amigos de estudio que siempre, a pesar de sus múltiples ocupaciones pasaba a tomar tinto. Se trata del ex magistrado Yesid Ramírez y lo mismo que el ex fiscal Germán Pavón, de quien tiene buenos recuerdos. “Yo abrí mi negocio, porque un pensionado ya no sirve, sino para sacar los perros a orinar, y entonces toca hacer algo, para estar ocupado y estar al día”, indicó. Jaime resalta que la finca en el municipio de Timaná está ubicada al lado de la casa donde habitaban las señoritas Murcia. Igualmente expresa que su padre, quien falleció hace seis años, Carlos Artunduaga Murcia, le enseñó en espíritu por el trabajo. Aunque la esposa de este auténtico huilense es de Boyacá, Marta Estela Ávila y su hijo de Bogotá, ellos se sienten, ciento por ciento opitas. Y puntualiza expresando que el buen hijo siempre vuelve a casa, y por eso él se mantiene en permanente contacto con el Huila.