Las fumigaciones aéreas de cultivos ilícitos con glifosato, no solo acaban con las plantaciones atacadas, sino que “puede alterar la estructura del ADN en los mamíferos”, señala un estudio científico de la profesora Helena Groot de Restrepo, directora del Laboratorio de Genética Humana de la Universidad de Los Andes, en el 2005.
El resultado científico fue uno de los estudios que tuvo en cuenta el magistrado Ramiro Pazos Guerrero, de la Sala Tercera del Consejo de Estado, para solicitar al Gobierno Nacional alternativas distintas a la aspersión con el herbicida, para “prevenir daños ambientales y a la población en general”, en febrero de 2014.
La petición del magistrado ponente se dio en la sentencia en la que se condenó a la Nación, el Ministerio de Defensa y la Policía a indemnizar al campesino Luis Elí Medina por los daños que causó la fumigación de plantaciones de amapola con glifosato, en su cultivo de lulo en la vereda Toscana en el municipio de San Vicente del Caguán (Caquetá), el 15 de enero de 1999.
“En la sentencia ordenaron al Gobierno evitar fumigaciones con glifosato como una medida de prevención y con atención al principio de precaución, porque los efectos colaterales que tiene son a la humanidad y el medio ambiente, como derechos individuales y colectivos”, dijo el abogado Guillermo Amézquita, defensor de Medina.
Prevenir daños
Daños en la flora y fauna por las aspersiones con glifosato han sido estudiados por científicos nacionales e internacionales, quienes fueron tenidos en cuenta por el Consejo de Estado para fallos de acciones populares y demandas contra la Nación.
Groot, profesora del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Los Andes, señaló en el estudio que el mecanismo de acción del glifosato “no se limita únicamente a las plantas sino que puede alterar la estructura del ADN en otros tipos de células como son las de los mamíferos”.
El Consejo de Estado en el 2014 había solicitado el Gobierno Nacional aplicar nuevas alternativas para la erradicación de cultivos ilícitos.
En la sentencia los magistrados señalaron que la Universidad Nacional en el estudio ‘Observaciones al Estudio de los efectos del programa de erradicación de cultivos ilícitos mediante aspersión aérea con el herbicida glifosato’ concluyó que de acuerdo con los resultados de Solomon y colaboradores, el “glifosato afectaría de manera específica únicamente a los cultivos de coca y de ninguna manera a otras especies vegetales…”.
No obstante Jeremy Bigwood, asesor técnico del Ministerio del Ambiente del Ecuador, en un documento científico sobre los efectos nocivos que contiene el herbicida, publicado por la Universidad Nacional en el 2005, señala que “Es muy probable que por lo menos algunos de los ingredientes de formulaciones utilizadas en Colombia causen efectos nocivos en las biotas acuáticas, incluyendo peces, anfibios e insectos, así como en el contenido y función de los suelos…la fumigación fácilmente puede eliminar toda nueva especie sin darnos cuenta siquiera que han existido”.
Los magistrados señalaron que en un informe de Especificaciones y Evaluaciones de la FAO para productos de protección vegetal, se concluyó que los componentes del glifosato, respecto a ciertos animales, “posee toxicidad baja en estos” y que “no hay prueba de efectos cancerígenos en los humanos”.
Los magistrados de la Sala señalaron que teniendo en cuenta los efectos “negativos” que tiene la fumigación aérea de cultivos ilícitos con glifosato, de los cuales se “perciben serios problemas para el ambiente y para la humanidad en general”, se profirieron medidas de no repetición a cargo de la Dirección Antinarcóticos de la Policía.
Ordenaron además con fines preventivos a la Dirección Antinarcóticos de la Policía, como ejecutor de las aspersiones, ejecutar el programa con observancia del Plan de Manejo Ambiental aprobado en septiembre de 2003 por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible con el “fin de evitar, prevenir, advertir, mitigar, remediar, compensar y corregir” los eventuales daños ambientales.
El abogado Guillermo Amézquita, interpuso la demanda del campesino de Algeciras afectado por la fumigación con glifosato.
La fumigación con glifosato ha generado polémica en Colombia.