El mundo católico y el universo todo se sorprendió con la noticia en la semana que termina de la renuncia del santo padre Benedicto XVI, circunstancia no usual y hecho histórico El mundo católico y el universo todo se sorprendió con la noticia en la semana que termina de la renuncia del santo padre Benedicto XVI, circunstancia no usual y hecho histórico, por cuanto los Papas son vitalicios y están al frente del pontificado hasta que “mi Dios se acuerde de ellos”, salvo contadas excepciones, como Clemente I, siglo II, Ponciano, año 235; Celestino V, 1294, y Gregorio XII, 1415. Vale decir, que hace 600 años no se presentaba una renuncia petrina. La decisión de Benedicto XVI, quien ejerció el Papado por espacio de cerca de 8 años, fue valiente, libre, sincera con plena conciencia de que en él había disminuido parte de su capacidad para ejercer el ministerio encomendado. Es un acto responsable y ejemplarizante, reconociendo que los seres humanos no somos infalibles, y con generosidad y altruismo en cualquier momento bajo circunstancias especiales, es menester dar “un paso al costado”, propiciando la asunción de otro líder, en este caso religioso, con mayor energía y renovados ánimos para tomar las riendas de la iglesia Católica, tan cercana a los colombianos. Benedicto XVI, Obispo de Roma y Sumo Pontífice cuyo nombre de pila es Joseph Ratzinger de origen alemán, virtuoso, y quien se caracterizó por ser un hombre sincero y franco, que llamaba las cosas por su nombre, convocaba a la disciplina y se destacó en su pontificado por “la nueva evangelización” y “la doctrina de la fe”. Es letrado, políglota, habla 10 idiomas; ilustre e ilustrado, autor de múltiples obras entre ellas el libro de la catequesis “Los orígenes de la iglesia”; ha estado a la altura de la tecnología, utilizando las redes sociales y conectándose con las nuevas generaciones. Le corresponde al cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice una responsabilidad muy grande, y confiamos en los purpurados del acierto en la decisión sin importar su nacionalidad u origen, sino seleccionar al más indicado para afrontar los retos de nuestra iglesia católica en esta histórica y nueva etapa transformadora del siglo XXI. Se estrena en estos menesteres del “sacro colegio” el Cardenal Rubén Salazar, delegado colombiano donde saldrá “humo blanco”, comunicándole al mundo: “Habemus Papa”. En Colombia la iglesia Católica no es solamente mayoría de lejos, sino que es respetada, tiene un grado importante de respaldo en la opinión pública, y sin duda juega un rol importante en nuestra sociedad, siempre del lado de los desposeídos. También habrá elecciones “atípicas” en el Vaticano. Adenda: Generosa la posición del dirigente político y gremial, Jorge Fernando Perdomo, en búsqueda del candidato de Unidad Regional hacia la gobernación del Huila.