Santa, un hombre de retos

José Fernando Santa

 
El ‘profe’ José Fernando Santa, como muchos lo llaman, no está dispuesto a ceder. En el Huila y ante el resto del país, ha dejado bien claro de qué está hecho.
De hecho, actualmente es reconocido como uno de los técnicos de fútbol más respetables del país. Se lo ha ganado a pulso a lo largo de su carrera, y ahora lo confirmó con el Atlético Huila.

El equipo se encuentra en uno de los mejores momentos pero la tarea no fue fácil. Santa llegó al Huila a recoger lo poco que quedaba del onceno, luego de que buena parte de él hubiera decidido marcharse a otros equipos.

Y los resultados saltan a la vista. Por primera vez los opitas llegaron a unos octavos con 41 puntos, logrados al enfrentarse a equipos incluso más grandes.
Detrás ha estado el ‘profe’ Santa, quien admite que todo es fruto de su tesón para llevar el grupo, pero también de la buena actitud de los jugadores y el apoyo incondicional de las directivas.

Santa habló con LA NACIÓN, y dejó ver un poco de su personalidad. Dice ser tímido, asegura que no es bravo, pero cuando tiene que poner los puntos sobre las íes, lo hace. Confiesa que incluso ahora, después de tantos años como entrenador, siente mariposas en el estómago antes de partidos como el de hoy, tan decisivo.
Hay quienes dicen que usted es demasiado callado, con cara de bravo ¿quién es realmente usted?

Nací en Pereira, toda mi vida ha estado relacionada con el fútbol, desde muy pequeño tenía la ilusión de ser futbolista profesional, y a Dios gracias lo logré. Después de mi carrera en el Atlético Nacional y en la selección Colombia, tuve una lesión grave de rodilla que me obligó retirarme a los 29 años de edad. Entonces, decidí capacitarme, hacer el curso de entrenador en Argentina, por dos años estuve preparándome y regresé a trabajar. Soy una persona tímida, un poco serio, y hablo poco.    

¿Podríamos decir que toda esa timidez usted la deja en esa pasión suya por el fútbol?
Totalmente. En mi vida normal, con mi familia, con la gente en la calle, soy una persona tranquila, me gusta la armonía. Pero en el fútbol, tanto como jugador como entrenador, cambio totalmente. Soy extrovertido, competitivo.

¿Cómo es su relación con el equipo?
Muy buena, basada en la honestidad, el respeto, el trabajo, la tolerancia. Tratando de entender a los otros, dando siempre lo mejor de sí para que todo funcione. Así que en mi relación con el fútbol, con el equipo tengo muy buena relación con los que me rodean.  Nunca he tenido problemas porque entiendo que todo debe basarse en el respeto y honestidad.

¿Pero también se le ‘salta’ el Santa?
Sí, totalmente. Esto del fútbol requiere de una gran responsabilidad, esto es de resultados y ahí afloran temperamentos y la personalidad cuando hay que tomar determinaciones, cuando hay que ajustar situaciones, cuando hay que poner a caminar cosas que no marchan bien. Entonces, obviamente que mi reacción es diferente a la que normalmente suelo tener.

Y ¿qué lo puede sacar de casillas?
En general, me saca de casillas, la deslealtad, la injusticia, la hipocresía. La falta de empeño, no dar todo, eso realmente me molesta mucho y no lo comparto. También que alguna persona no aproveche todas las capacidades que tiene que entregar, eso me incomoda, me molesta.
¿Qué hacía antes de llegar al equipo?
Estaba dirigiendo el Deportivo Pereira. Lo hice hasta diciembre del año pasado, cuando me llamaron del Atlético Huila para hacer parte del proyecto.
¿Alguna vez pensó en estar por estas tierras?
Yo he aprendido que tanto la vida como el fútbol dan muchas vueltas y uno no se imagina dónde puede terminar trabajando. Por eso, siempre he sido abierto a esa posibilidad, de trabajar, y sobretodo en esta profesión uno debe estar dispuesto a laborar en cualquier parte. Siempre hay que dejar esa puerta abierta.
¿Qué lo convenció de venirse para acá?
Me llamó mucho la atención la conversación que tuve con el presidente del equipo, Juan Carlos Patarroyo, porque me pareció una persona demasiado sólida, sincera, honesta. Es que en el fútbol a  veces eso es un poco complicado, pero él me brindó la posibilidad, y yo la vi como una oportunidad de demostrar mi trabajo. Fue muy corto lo que hablamos para ponernos de acuerdo  y para considerar muchos aspectos. Finalmente uno necesita conocer mucho a las personas para entender que las cosas pueden funcionar.
Cuando llega usted, ¿con qué equipo se encontró?
La verdad, no encontramos equipo después de todo lo que aconteció en diciembre del año pasado,  del éxodo de tantos jugadores, más del 80 por ciento de la base de principales salió hacia otros equipos. Entonces, fue una apuesta verdaderamente riesgosa porque en el momento no había jugadores para trabajar, las  posibilidades de armar un equipo eran complicadas. Solamente encontré una expectativa muy grande respecto a lo que se quería como equipo, una hinchada que quería buenos resultados por lo que había hecho el equipo el año pasado. Me encontré con un reto muy grande.
¿Y qué es lo que lo hace decidir echarse esa carga encima de un equipo desbarajustado?
La verdad nunca me ha tocado fácil dentro del fútbol, siempre han sido retos difíciles, exigentes y arriesgados. Pero también entiendo que en la vida hay que tomar riesgos. A veces en situaciones complicadas y adversas se puede notar mucho más el trabajo. Sabía que iba a ser muy difícil por las condiciones en las cuales como recibimos el equipo pero nuestra mayor virtud es siempre dar lo mejor y trabajar todos los días en busca de mejorar, corregir y aprender. Era un reto difícil, e importante que recibimos como una oportunidad y como una bendición.
¿Era consciente de que había escepticismo con un esquipo que había quedado desmantelado tras la salida del profesor Castro?
Sí claro, inmediatamente uno llega, percibe el ambiente, hablando con las personas, las directivas, se da cuenta de que lo que pasó el año pasado fue muy bueno. Que por  la ida del cuerpo técnico, la salida de tanto jugador, pues la incertidumbre y el pesimismo reinaban en el entorno pero nunca hemos perdido la fe, siempre hemos creído en nuestro trabajo y le apuntamos a ese reto. Hasta el momento las cosas han comenzado a marchar, a funcionar, y la idea es seguir creciendo pero sobretodo, poder corresponder a esa confianza que tuvieron los directivos en nosotros.

¿También es consciente de la magnitud  del hecho de que usted ha transformado el equipo, que lo llevó a tener un puntaje que jamás tuvo?
Esto es del fútbol es algo complicado. Creo que son más las tristezas que las alegrías y no es fácil porque la responsabilidad dentro del fútbol es muy complicada que se mide por resultados. Y cuando los resultados nos acompañan, pues hay que mantener ese equilibrio, cuando las cosas funcionan hay que mantenerse con fuerza, firme, con fe pero sobretodo, trabajando. Estos buenos números son fruto de un esfuerzo inmenso que han hecho nuestros jugadores, nuestros directivos para tratar de que todo funcione. Pero hay que seguir mejorando, vamos a tener dificultades, momentos difíciles, sobretodo a la hora de no poder jugar en nuestro estadio, pero hay que asumirlos y tratar de manejarlos de la mejor manera.

¿Cuál ha sido el secreto de esta campaña?
Básicamente, trabajo. Para nosotros es muy importante ya a nivel profesional, tener modos de juego muy definidos, un estilo y eso a lo largo de los años nos ha dado muy buenos resultados. Tener un grupo de buenos jugadores, comprometidos, que siempre dan lo mejor de sí. Eso da como resultado, buenos números, una gran campaña.

¿Quiénes son los muchachos que hacen parte de ese equipo?
En un principio, con las dificultades que teníamos, le apostamos a armar nuestro equipo con jugadores de experiencia. Desafortunadamente el año pasado no tuvieron continuidad, jugaron muy poco en los equipos donde estuvieron, casi que no jugaron. Pero encontramos un grupo de jugadores comprometido, desde el primer día, que entregan lo mejor de sí en cada entrenamiento, en cada partido y eso nos ha llevado a armar un equipo serio y comprometido. Con ese equipo podemos competir de igual a igual con cualquier rival, y eso nos hace fuertes. Es lo que hemos tratado de aprovechar.

¿Llegó a pensar que iba a llegar a este momento donde se encuentra con el Atlético Huila?
Siempre hay que tener fe, ser optimistas, creer. Cuando llegamos a Neiva, en el recibimiento  y la rueda de prensa, expresamos cuáles eran nuestras expectativas, que son las que tenemos todos los equipos, que arrancamos de cero, pensar en ser campeones, estar en los primeros lugares. Siempre hemos pensado que podemos hacer el trabajo en la medida que tengamos la oportunidad. Pero hay que pensar en grande y que todo es posible, pero sobretodo, hay que trabajar para que eso suceda.

¿Qué sigue para el Atlético Huila?
Siempre hemos pensado que debemos ir paso a paso, y a hoy, tenemos asegurado otro partido frente a Tolima, eso es lo único seguro que tenemos. Hay que hacerlo de la mejor manera, con nuestro mejor esfuerzo para poder acceder a la siguiente fase y poder conseguir el objetivo y seguir compitiendo. Nos toca ir de manera responsable, paso a paso.

¿Cuál sería su respuesta si ya estuviera en la final?
De todos modos como está planteado el torneo, son tres fases. La primera que son cuartos de final, semifinal y final. Y le respondería lo mismo, vamos paso a paso. Y si llegásemos a la final, le contestaría que lo siguiente sería ganarla y quedar campeones. Pero cada día trae su afán.

¿Está nervioso?
Esto de fútbol siempre genera ansiedad, sobretodo mucha responsabilidad,  incertidumbre por lo que pueda pasar porque de todos modos esto no deja de ser un juego donde existe tres posibilidades: empatar, ganar o perder. Pero siempre antes de cualquier partido, siente uno esas maripositas en el estómago por la incertidumbre de lo que puede pasar.

¿Confirmado entonces, en la próxima temporada?
Sí, acabo de renovar el contrato con el Atlético Huila por dos años más lo cual nos llena de alegría porque creen en nuestro trabajo y eso nos llena de posibilidades de seguir haciéndolo, aportando en el equipo. Hay muchas situaciones por mejorar, por hacer y estamos dispuestos a dar nuestro mejor esfuerzo para que todo funcione y siga mejorando el Atlético Huila.

¿Eso quiere decir que está amañado?
Si, totalmente. Desde que haya salud, trabajo, y buen ambiente, es lo ideal. En este momento hay todo eso, las cosas vienen marchando bien, y la familia, que es el aspecto más importante, también está contenta, amañada.

¿Le ha pegado el clima de Neiva?
A mí el calor me gusta. Trabajé en Cartagena que es más caliente, no me gusta tanto el frío, prefiero el calor.         
      

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