‘La tregua de las Farc es una carnada electoral’

Si hay alguien que admite públicamente que los años no le han pasado en vano, ese es el propio Álvaro Uribe. “Ya tengo muchas canas”, ha repetido, pero agrega que seguirá dando lora.

Minutos antes de esta entrevista, el creador del Centro Democrático, hoy senador de la República, baja de su habitación, llega hablando en voz alta, saludando aquí y allá. Incluso se toma unos minutos para declamar una poesía que dedica al Huila.

Revela que durante la giras se está acostando temprano. De hecho, una de sus condiciones para ir a ellas, es que después de las manifestaciones no le programen otros eventos como cenas o cocteles. Prefiere descansar y madrugar para poder hacer algo de ejercicio y alistarse para la cumplir con la agenda.

Uribe le dijo a LA NACIÓN que no cree en el cese al fuego unilateral de las Farc e insiste en que la seguridad del país y aseguró que la gente ahora tiene más preocupación que nunca, no solo en el Huila, sino en el resto del país.

Y de paso, le contestó en sus términos, al presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien lo señaló de ser el precursor del paramilitarismo en ese país.
Una persona tan curtida en campañas políticas como usted ¿qué le ve de diferente a esta?

Esta campaña la hago con inmenso cariño por los colombianos. Siento la responsabilidad de defender unas tesis de contribuir a la consolidación del Centro Democrático, siento responsabilidad con una bancada parlamentaria de jóvenes, con excepción de tres o cuatros que somos viejos, una bancada de jóvenes muy estudiosos, serios, con los candidatos muy serios en todo el país. Con una gran vocación cívica y de servicio.

¿Qué ha percibido en esta ocasión, con relación a las otras campañas?

La verdad es que yo he tenido la fortuna de sentir tanta amistad en sectores de mi país, que voy saludando en municipios, campos y ciudades. Entre este momento y algún momento anterior de hace dos años o tres, encuentro que antes había más dudas. Incluso preguntan por qué Uribe está en esta crítica. Hoy hay más preocupación, siento a la ciudadanía mucho más preocupada por el país. Antes un sector del periodismo decía, es que el país está muy polarizado, hoy lo veo yo crecientemente preocupado.
Pero polarizado también está…

Yo diría que ha bajado la polarización, y ha ido subiendo la preocupación.

¿Preocupación por qué?

Por ejemplo, en muchas partes del sur del Huila hay extorsión, en Timaná regresa el secuestro. En Garzón denuncian extorsión masiva de transportadores a campesinos en San Guillermo, alto costo de insumos agropecuarios. Incertidumbre con lo de La Habana; algunos sectores le dicen a uno, bueno, este gobierno cuando había revaluación no compensó a los exportadores y dijo que eso era corrupción, que fue lo que hizo Uribe de compensarlos. Y el país tampoco se detuvo en una tasa de cambio en equilibrio, ahora tenemos es una devaluación muy preocupante. Los sectores sociales: en Palestina, San Agustín, una gran queja porque han retirado a muchas personas de Familias en Acción, no les pagan cumplidamente. Yo diría que hay preocupaciones en orden público, en la economía y en el tejido social e incertidumbre. Porque es un gobierno que todo lo quiere diferir que primero haya un acuerdo con el terrorismo. No resuelve nada, dice que todo lo resolverán en el posconflicto.

Hablando de baja en la polarización, ¿se podría pensar que usted ha ayudado a bajarla?

No, lo que pasa es que encuentro en  la comunidad colombiana menos confrontación de posiciones y más preocupación por el país. Le cito un ejemplo concreto, hace dos años había más reclamo por nuestras críticas, hoy hay mucha más comprensión porque la ciudadanía ha sentido que lo que ha pasado con las Farc es que el gobierno ha permitido el crecimiento de este grupo,  ha permitido que tenga vocería política. Y este grupo acaba de someter al país a un ultimátum con engaño, que consistió en que todo ese derramamiento de sangre en la víspera de la tregua era para notificarle al gobierno y a la opinión pública que si no se firma lo que las Farc quiere, entonces están en capacidad de destruir al país. Y un engaño, llegan las elecciones y necesitaban una tregua electoral. Es un engaño porque hemos conocido todas las anteriores de las Farc. Recuerde, en aquella tregua de diciembre para qué sirvió, para engañar a toda la población urbana porque redujeron unos delitos de mucho impacto, muy noticiosos. Redujeron el delito de masacres, de atracos en las carreteras y retenes ilegales así como destrucción de infraestructura. Pero en el fondo qué pasó, pues que aprovecharon la tregua para armarse para aumentar extorsiones, expandir cultivos ilícitos, regresar a municipios de donde habían sido expulsados por las Fuerzas Armadas. Por eso decimos que ahora lo que quieren es dosificar al gobierno, ya lo dosificaron con una porción muy fuerte de violencia para que él entienda que tiene que firmar lo que las Farc quieran. Esto es un engaño.

¿Cuál es la alternativa?

 El Centro Democrático ha propuesto, que si tienen buena fe se concentren en un sitio, cumplan allí el cese de actividades criminales, sométanse a vigilancia. Eso les daría una recuperación de confianza de los ciudadanos, y ellos estarían a salvo porque nadie iría a atacarlos a ese sitio. Y yo veo que no obstante esta tregua engañosa, han seguido asesinando soldados y policías. Un país que quiera la seguridad, a sus instituciones y su democracia, no puede permitir como aquí se ha permitido con indiferencia gubernamental el asesinato de soldados y policías.

Es decir, usted no cree en ese cese unilateral del fuego de las Farc…

En estas condiciones, con el ultimátum previo, con esa alta porción de violencia, la tregua de las Farc, la que ocurrió en el proceso electoral del año pasado y después la del 20 de diciembre, en estas condiciones es una carnada electoral.

Pero podríamos decir que de acuerdo con lo que usted ha dicho hace algunos días, ¿está empezando a darle algo de crédito al proceso de paz?   
      
Cuénteme en qué punto.

No dígamelo usted, senador…

No, mire, simplemente es esto: en el tema de armas. Las Farc siempre han dicho que ellos no entregarán las armas sino que las dejarán. Si ellos  no las entregan, que no las entregan, que las tienen que dejar en un sitio, no utilizarlas, pero dicen que las tienen que mantener, con  una serie de argumentos. El gobierno había sido sumamente complaciente con las Farc en esa materia, y yo, ya oí decir esta semana a Humberto De la Calle en el Congreso, que no, que las tienen que entregar, y tengo responsabilidades con la patria, y digo, ah bueno, ese es un punto importante, que el gobierno diga que las tienen que entregar, cuando el gobierno había sido tan complaciente aceptando la tesis de las Farc.

¿Usted sí cree que se alcance a firmar la paz este año?

Yo no sé… a mí lo que me preocupa además es este deterioro de la seguridad por todo el país. Esta desmotivación de la Fuerzas Armadas, esto de haber puesto a nuestros policías y soldados en igualdad de condiciones con el terrorismo…no le sabría hacer vaticinios, yo expreso todas estas preocupaciones que surgen de mi contacto directo con los compatriotas. Uno de los sitios de Colombia donde más inspira a mí el contacto con los ciudadanos es el Huila, y lo hablo aquí (Garzón) con los cafeteros, con los transportadores, con los estudiantes, los profesores, las Familias en Acción, quienes le van a contando a uno todo  lo que van percibiendo.

¿Y qué es lo que la gente percibe y le cuenta?

Mucha preocupación, mucha preocupación. La ciudadanía eso es lo que expresa. Ahora, es un país donde en muchas regiones ha vuelto a tener miedo. Hace cinco años los colombianos habían perdido el miedo, los problemas no estaban totalmente resueltos. Seguramente faltaron muchas cosas de mi gobierno, hubo errores, pero íbamos por un camino claro, por lo menos estaban optimistas en la seguridad, en la economía. Hoy, yo siento que crece el número de colombianos con miedo. Y yo les digo, hombre, denuncie eso que me está contando, y me dicen no, no puedo denunciar porque se dan cuenta y  me matan. No hay a quien denunciar, las Fuerzas Armadas están desmotivadas, el gobierno las abandonó, entonces veo una ciudadanía con creciente miedo que la obliga no a acudir al gobierno en pedido de protección, sino a someterse a la exigencia del terrorismo.

¿Estamos preparados para un posconflicto?

Lo grave es llamar conflicto este atentado terrorista. A los huilenses que son analistas juiciosos, les propongo esta reflexión: cuando esto lo han llamado conflicto, ya van a decir que jurídicamente el secuestro de los policías y soldados no es secuestro sino retención. Van a decir que el asesinato de policías y soldados  no es asesinato sino acto válido de guerra. Eso es muy grave, y lo otro grave es decir que todo se va a resolver cuando firme con las Farc. Cómo iría el país de adelante, si se hubiera aprovechado estos cinco años para seguir la política de seguridad, estaríamos en paz. Seguramente los cabecillas estarían en Caracas o en La Habana pero aquí ya no tendrían capacidad criminal, no estarían asesinando a nuestros soldados y policías, ni extorsionando. Cómo iría el país adelante si en lugar del derroche y el estancamiento económico hubiéramos las condiciones de crecer al 6 por ciento, cómo iría el país adelante, si en lugar del derroche y la mermelada se hubiera aprovechado bien esos recursos para avanzar en los programas sociales. Pienso que se perdió una gran oportunidad, pero estamos en la lucha. El país de pronto se reencuentra con esas oportunidades. Por eso invito a los huilenses a través de LA NACIÓN a que nos acompañen a consolidar el Centro Democrático. Por ejemplo, cuando veo a Rigoberto Ciceri, nuestro candidato a la gobernación, lo conocí cuando el Huila tenía 75.000 hectáreas de café, hoy tiene 154.000. Quiere decir que Ciceri como director ejecutivo de los cafeteros del Huila, contribuyó a que 40.000 familias más tuvieran un ingreso digno. Yo digo, él, no es un discursero, es un ejecutivo y creo que un ejecutivo cívico como él, es una gran opción para el departamento.

¿Cuál es su objetivo en este nuevo periodo legislativo?

Hemos presentado ya 21 proyectos. Vamos a seguir trabajando, por lo menos yo quiero ganarme el título de ser el portero del Congreso, que yo dé ejemplo, que sea el último que salga. Mantengo una ruanita allá, inclusive me apagan las luces y me echan, y me hacen mala cara porque procuro salir de último, por lo menos para dar buen ejemplo. Hemos sido oposición y construcción, aunque es muy difícil que le aprueben un proyecto a la oposición pero tiene mucha lógica. El senador Macías presentó un proyecto para resolver el problema de la deuda de los agricultores y no lo han aprobado porque el gobierno no quiere. Otro para que todos los espejos de agua tengan libertad de acceso para los campesinos, para la pesca artesanal. Yo tengo entusiasmo ahora con otros proyectos como que una persona que la desvinculen de un trabajo, sin justa causa, le paguen una indemnización y no haya retención por ella. Estoy proponiendo que aquello que se ha hablado de las horas extras que realmente no fue reducción, sino de algunos recargos para ayudar a generar empleo, que no se reviva porque haría mucho daño. Que se recompense a los trabajadores aumentando unos días en las primas. Estamos proponiendo que cuando una persona cumpla la edad, a partir de 600 semanas, se le pueda dar una pensión mínima a crédito, y vayan descontando las mesadas que hubieran hecho falta.

Una de las grandes preocupaciones en el Huila es lo que está pasando con El Quimbo y lo señalan a usted por haber dado paso a ese proyecto…

Yo asumo la responsabilidad, le di esta entrevista en Garzón, epicentro de El Quimbo. Claro, yo adjudiqué proyectos de energía. Los huilenses llegaron a decirme, llevamos 50 años esperando El Quimbo, lo reclamaron, y lo sacamos adelante.

Usted dijo en Garzón que si se le daba un buen manejo a El Quimbo, podría resultar, ¿cómo es eso?

Por ejemplo, un buen manejo para cumplir con todas la compensaciones ambientales, que la comunidad afectada quede debidamente reubicada, recuperar fuentes de empleo, viviendas dignas, vías, todos esos detalles se discutían, recuerdo. Que sea una gran fuente de pesca, lo miro positivamente.

¿Cómo hay que votar en estas elecciones?

Yo tengo por el Huila obligada gratitud. A estas horas de mi vida no hay  espacio en mi corazón para aparentar cariños, pero hay todo el espacio para manifestar todos los afectos sentidos. Tengo por esta tierra el más profundo afecto,  ayúdennos a consolidar el Centro Democrático, consolidémoslo que es una buena alternativa para Colombia. Es un partido comprometido con la seguridad, la inversión y la política social, el manejo transparente y austero de los recursos públicos. Les hemos dicho a nuestros candidatos que si ganan tienen que ser cívicos, gobernar en favor d elos que votaron y no, por ustedes, a través de un diálogo permanente con la ciudadanía. El Centro Democrático es útil para Colombia y oportuno. Las democracias necesitan barreras oportunas, lo que le faltó a Venezuela.

¿Esa consolidación significa que algunos se tienen que ir como ya ha sucedido?       

 No me ponga a hablar de ese tema, más bien póngame a hablar de la invitación a todos los que puedan llegar. 
     
¿Cómo usted lo ha sugerido, va a seguir dando ‘lora’?

Voy a seguir dando lora. Cuando me miro en el espejo, afeitándome digo como decía Gaitán, ya me cayó la nieve de la vida, y al verme este pelo blanco, digo hombre ya no es hora de dar lora. Sin embargo me salgo del espejo, me sacudo los hombros y me siento duro y con fuerza. Digo, esta me la gasto por Colombia, y me acuerdo de ese cuento de García Márquez que decía que el ser humano envejece más rápido en el espejo que en la vida real.
Maduro lo acusa a usted de sembrar el paramilitarismo en Venezuela…

Ya ni sé qué contestarle a tantas acusaciones de la dictadura de Maduro. Ese dictador es tan grande y tan grueso que uno pensaría que Venezuela estaría bien conducida pero no. Él tan grande y tan grueso, y Venezuela tan mal. 

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