No son alentadoras las cifras del país respecto a las exportaciones. La crisis de los sectores minero energético y el petróleo, dejó en evidencia la dependencia de la economía de estos renglones. En diálogo con LA NACIÓN, el presidente de Analdex, Javier Díaz, dice que el mayor problema del país fue padecer la ‘enfermedad holandesa’
Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), confía en que la tasa de cambio actual genere un alza en las exportaciones de Colombia en productos no tradicionales y se importe menos. Propone al Gobierno crear un plan estratégico exportador para bajar los altos costos tributarios, logísticos, como la inspección, el transporte y terminar con el ‘laberinto’ de la normatividad a la hora de exportar.
¿Cómo van las exportaciones en el país?
Cuando uno mira las cifras globales en el primer semestre del año, vemos una caída muy fuerte del 31%, y ello se debe básicamente a lo que ha pasado con el precio del petróleo, porque el país concentró buena parte de sus exportaciones en el sector minero energético, el petróleo y llegaron a ser el 55% de nuestras exportaciones. Y si se le añade que los productos básicos llegan a representar el 70% de las exportaciones, ahí está el impacto. Entonces, una caída como la que hemos registrado en los precios del petróleo, pues claro que nos impacta y eso se está viendo en las cifras, y aunque en volumen hemos crecido, porque estamos exportando más; sin embargo, estamos recibiendo menos por el efecto precio.
¿Es decir que este año las expectativas de cierre no son alentadoras?
La buena noticia es que ya en junio las exportaciones de manufacturas cambian su tendencia y empiezan a mostrar un crecimiento del 11%, yo esperaría que este segundo semestre sea mucho más positivo en exportaciones diferentes a las minero energéticas; sin embargo, vamos a terminar el año con signo negativo porque el hueco que deja el petróleo es muy fuerte, no alcanzamos a compensarlo. Así crezcan las manufacturas en este segundo semestre no se alcanza a compensar la pérdida que deja el petróleo.
Hablemos en cifras de este tema
Vamos a estar por debajo de los 48 mil millones de pesos, que tuvimos el año pasado, venimos de tener exportaciones por el orden de 60 mil millones de pesos o algo más en el 2012, 54 mil millones de pesos en el 2013, 48 mil millones de pesos el año pasado, este año vamos a estar un poquito por debajo de esos 48 mil millones. Lo que esperamos el año entrante es poder otra vez empezar a crecer y superar los 50 mil millones en el 2016.
¿Cómo vamos a crecer si tenemos una dependencia muy grande del sector minero energético?
Ese fue nuestro discurso siempre, que tuviéramos cuidado con la ‘enfermedad holandesa’ donde nos concentrados en un solo sector, el que tiene bonanzas de precios, eso es muy peligroso y cuando uno está en la fiesta y está contento no le para ‘bolas’, el lío que viene cuando se acaba la fiesta y es cuando arranca el ‘guayabo’, y es cuando se ven las consecuencias de no haber parado a tiempo. Pero ya no hay nada que hacer, creo que hay que ver es cómo recomponemos ese aparato productivo que está muy golpeado por esa ‘enfermedad holandesa’ y que se concentró en petróleo y el minero energético.
¿Cuál sería ese primer paso para quitarnos el ‘guayabo’?
Yo creo que lo que estamos viendo en la tasa de cambio, es el primer elemento porque cuál es el efecto de esa tasa de cambio tan alta, pues que los productos nacionales empiezan a ganar competitividad frente a los importados y se empezó a observar en el sector agrícola, en las frutas que se estaban importando, pues ya resultan muy costosas y el producto nacional comienza a competir con esos productos importados. Uno espera que en esa primera reacción el productor nacional gane participación en el mercado local frente al importado y después viene todo el tema de exportaciones. Yo creo que es lo que vamos a ver, que bajen las importaciones y que suban las exportaciones, aunque es un proceso que demorará más de seis meses. Si hablamos de cifras, el año pasado terminamos con un déficit de más de 6 mil millones de dólares, algo que no habíamos visto en la economía colombiana; es decir estamos importando 6 mil millones de dólares más de lo que estamos exportando, eso tiene que revertirse, esa brecha se tiene que cerrar y ese trabajo lo cumple la tasa de cambio.
¿Lo que está sucediendo con la subida del dólar realmente es positivo?
Yo creo que es positivo no solamente para el sector exportador sino para todo el aparato productivo nacional que compite con importados. El tema agrícola, confecciones, calzado, manufacturas de cuero, todos esos productos que estaban siendo arrinconados por las importaciones, empiezan a ganar competitividad con esa tasa de cambio. Ahora lo que uno espera es que esa tasa de cambio se estabilice porque indudablemente una tasa de cambio que ha estado en los 3.200 es una tasa muy alta, es un ajuste muy fuerte. Lo que uno esperaría es que eso termine estabilizándose por allá en 2.800 pesos, lo que no sabemos es cuándo vamos a llegar allá, cuánto tiempo nos vamos a demorar porque esa tasa de cambio está respondiendo a efectos internos y también está muy afectada por el nerviosismo de los mercados internacionales.
¿Será que los exportadores aprovecharán este momento?
Yo creo que el tema es de incertidumbre por parte de los productores porque no saben esto cuánto va a durar y se interrogan respecto a si se meten o no a exportar, si empiezan o no a golpear puertas y a salir a buscar clientes, a cotizar y enviar muestras. Temen que cuando todo esté listo otra vez para exportar, el dólar baje y se queden con todo preparado.
¿Colombia tiene problemas grandes para exportar?
Estamos trabajando en cómo lograr que Colombia baje el costo, el país tiene una estructura de costos muy alta. Hay dos temas estructurales que son la estructura tributaria impositiva, pues la última reforma tributaria nos golpeó muy fuerte, Colombia tiene una estructura impositiva que lleva que los empresarios terminen pagando el equivalente al 75% de las utilidades como impuestos de renta, impuestos nacionales o municipales, cuando el promedio de las regiones es del 53% y el promedio del mundo es el 43%. Estamos muy arriba y eso nos saca de competencia y nos impide atraer inversión extranjera. Tenemos un costo de energía muy alto por encima de nuestros competidores, tenemos que ver cómo la bajamos, somos eficientes produciendo energía a base de agua pero no alcanzamos a producir el 100% de la demanda. Los costos del transporte, tenemos una estructura de fletes muy alta y le doy un ejemplo: un contenedor que viene de China a Colombia hoy en día con la caída del comercio mundial usted consigue fletes de 400 dólares por contenedor China – Colombia, mientras llevar del centro del país a la costa nos está costando 2.355 dólares es decir casi 2.000 dólares más es absurdo.
Pero esto no se logra de la noche a la mañana…
Claro estas cosas se demoran. Entonces hay que trabajar en un plan estratégico que involucre los temas logísticos, como los costos de inspección de antinarcóticos, inspecciones de la Dian, eso tiene una estructura de costos muy alta, vale 400 dólares por contenedor. Vamos a tener a fin de año los escáneres que permitan disminuir ese tipo de inspecciones, estamos trabajando el tema de facilitación aduanera con la Dian y esperamos terminar este año con un código de aduanas que le dé un balance al tema de control y facilitación. Otro tema será resolver el laberinto de la normativa del comercio exterior, la gente se pierde.
¿Quiénes ganan y pierden en este escenario?
Como en todo hay ganadores y perdedores, ganadores todos los productores nacionales que compiten con importados. El turismo nacional es un sector ganador porque ahora resulta mucho más barato hacer turismo aquí en Colombia que en el exterior, para los extranjeros Colombia se vuelve muy barato, con una devaluación del 60% en el último año, significa que para el turista extranjero ahora Colombia es 60% mucho más económico. Lo que se espera es que vengan turistas y tenemos que trabajarlo porque ese turismo que viene del extranjero es mucho más exigente en términos de infraestructura de servicios. Indudable que también hay perdedores los importadores de vehículos, a gente cambiaba de carro cada año, ahora seguramente lo hará cada dos o tres años; la electrónica, los teléfonos, los computadores, se ven castigados porque esos productos ahora resultan mucho más costosos.
¿Qué incidencia tiene el conflicto de la frontera con Venezuela?
Yo diría que el comercio con Venezuela está en sus mínimos, nosotros llegamos a exportar en el año 2008 algo más de 6 mil millones de dólares y este año difícilmente vamos a llegar a los 1.500 millones de dólares. No sabemos qué va a ocurrir en el futuro pero repito ese es un comercio que ha disminuido fuertemente y por lo tanto, uno no ve que hoy tenga un impacto tan grande en nuestra economía como lo tuvo en el 2009. En el primer semestre exportamos algo más de 600 millones de dólares y en importaciones nosotros llegamos a importar algo más de 1.000 millones de dólares y vamos a estar por ahí sobre los 300 millones de dólares, eso es muy poco.
