Una pequeña humareda negra salió de la chimenea de la Capilla Sixtina. Mañana siguen las deliberaciones. Una pequeña humareda negra salió de la chimenea de la Capilla Sixtina. Mañana siguen las deliberaciones. CIUDAD DEL VATICANO, AFP Un gran murmullo de decepción y sorpresa recorrió ayer la plaza San Pedro, donde miles de fieles vieron salir la primera fumata negra anunciando que los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina para el primer día del cónclave todavía no han elegido al nuevo papa. “Estoy decepcionada pero aun así fue una sensación increíble tener una señal de lo que pasa en el secreto del cónclave”, dijo la hermana Bárbara, una monja de Nueva York. Desde primeras horas de la mañana, la plaza se fue llenando progresivamente, primero con largas colas para asistir en la basílica de San Pedro donde los cardenales celebraron la misa “Pro Eligendo Pontifice” previa al cónclave. Por la tarde los cardenales se aislaron en la Capilla Sixtina, bajo los magníficos frescos de Miguel Ángel, para elegir al sucesor de Benedicto XVI, en una de las elecciones más rituales y secretas del mundo. Poco después dos feministas del movimiento Femen llevaron a cabo una acción de protesta cerca de San Pedro con los senos desnudos y lanzando una bengala de humo rosado, aunque fueron rápidamente detenidas por la Policía. La primera jornada de cónclave no despejó la incógnita de quién será el sucesor de Benedicto XVI. Oración y pantallas gigantes A pesar de las cortas pero intensas lluvias durante todo el día, los fieles permanecieron en San Pedro, primero para seguir la misa en pantallas gigantes y luego para observar con una mezcla de curiosidad y expectación la chimenea. “La Iglesia tiene dos almas, la parte de la fe y la parte política”, explicó un joven latinoamericano, empleado del Vaticano, que pidió no ser identificado porque en “el Vaticano no hay sindicatos”. Durante la misa, el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, había pedido “humildad”, “unidad de la Iglesia” y “cooperación” con el futuro pontífice. También se vieron algunos fieles de rodillas, rezando en silencio, rodeados por curiosos y cámaras de televisión. Aunque generó gran expectativa, el primer día del cónclave en la imponente Capilla Sixtina terminó sin elección de nuevo pontífice, y solo se vio humo negro en la chimenea.