No sabía en principio como intitular este escrito para expresar lo que en mi leal saber y entender fue Hugo Chávez. Solamente las expresiones de una periodista Venezolana, me fue suficiente para salir de semejante entuerto; y efectivamente, no fue menos que un monstruo, así, un monstruo. Qué otro atributo se le puede dar a quien amenazó a los colombianos sin piedad, mejor con Piedad, ya sabemos de quien se trata, de hacer estallar rayos y centellas contra el pueblo colombiano y su institucionalidad, incluso llegando hasta agitar el mundo terrorista quienes eran sus mejores aliados, contra Colombia, por los episodios que llevaron a la muerte de Reyes; que dicho sea de paso, uno de los efectos de esa nueva relación Santos–Chávez, como su mejor amigo, fue el haber influido para que el gobierno Ecuatoriano le hubiera perdonado la vida a Santos por estos episodios, tema del que nunca se volvió a hablar, todo a cambio de la dignidad patria. Aliado con el terrorismo mundial a como diera lugar con el cuento peregrino de su populismo trasnochado contra el imperio americano, fue un reciclador de las maniobras trasnochadas y refritas del comunismo ramplón ya embalsamado, porque como Chávez lo dijo: “Un cuerpo insepulto y exhibido demuestra la descomposición moral del Planeta”, y así se encuentra Venezuela, sumida al más grande deterioro social, económico y moral, producto de todas esas andanzas torticeras, en contra del mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo, a costa de la riqueza petrolera, y regalando por toda Latinoamérica esos recursos comprando las conciencias de los dirigentes para arreciar las amenazas contra todo el que se le atravesara a sus innobles propósitos. Protagonista de una de las peores dictaduras recientes, pero monstruosa además y en forma superlativa, por la negación a los derechos humanos, erradico la prensa libre, todo el que no se sometía a sus pies, en una demostración, la más vulgar y ruin, por lo indigno, era condenado al exilio, de ahí la partida de muchos a otras latitudes del mundo. Además, lo asqueroso de la lealtad demostrada por sus sucesores eventuales, la hidalguía es la mejor compañera de la lealtad, se puede ser leal sin ser reptil, donde Maduro en un vulgar populismo por la sucesión presidencial, invoca los grandes del comunismo para ser embalsamado; desde luego, creo es el mejor homenaje, como la antítesis de los fundadores del comunismo, para que allí, repose en una urna de cristal, la de Santos, como uno más, de lo que el llamara, la “… descomposición moral del Planeta”. Por fin, el final; después de tanta monstruosidad, digamos como nuestro Himno: “ceso la horrible noche”.