Ante la desesperación, la frustración y los obstáculos de la vida diaria, resulta fácil tomar una decisión simbólica, guiada por la impulsividad y escondida bajo la apariencia de “por lo menos tenemos algo hecho”. Creer que cualquier cosa es mejor que el estancamiento no debe ser la lógica que oriente las decisiones humanas. La desesperación, la frustración y la impulsividad, no deben dar lugar a decisiones importantes en la vida, mucho menos ser el origen de las medidas desesperadas. Las medidas desesperadas pueden convertirse en actos fallidos, por ello antes de tomar una decisión, se debe reflexionar lo suficiente para saber qué se debe hacer, cómo proceder, de qué manera se hace y cuándo hace. Ayuda igualmente mantener el ego bajo control pues el exceso de confianza lleva a actuar de manera que no se debería. Antes de seguir adelante se debe establecer si las razones y los sentimientos que llevan a tomar una decisión, son los realmente los correctos. Dejarse llevar por la metáfora del fin del mundo, el sentimiento que todo a su alrededor se hunde, que se encuentra sumergido en el olvido e ingratitud de otras personas, conduce a la desesperación, al pánico, obstaculiza la razón y la asertividad. Siempre se debe mantener la confianza en sí mismo, tener paciencia y creer con fe, que todo puede llegar a ser mejor, esto ayuda sin duda alguna a tomar decisiones acertadas e inteligentes. Frente a situaciones problemas, existen siempre diferentes alternativas de solución. Se debe identificar el objetivo a alcanzar, las alternativas para lograr dicho objetivo, ver las ventajas y desventajas de utilizar una u otra, seleccionar la acción que se va a realizar. repasar lo que se ha realizado con objeto de aprender para el futuro, hacer una revisión rápida del proceso que se ha llevado y de las conductas que ayudan a mejorar la toma de decisiones. La toma de decisiones se puede llevar a cabo de manera automáticamente o conscientemente, representa uno de los procesos más difíciles e importantes a los que se enfrenta todo ser humano. Cada persona afronta la resolución de problemas de una forma diferente, basada en su experiencia e historia de reforzamiento. No es bueno dejarse vislumbrar por las aparentes soluciones que se presentan, finalmente la calidad de las decisiones tomadas, marcará la diferencia entre el éxito o la angustia derivada de decisiones desesperadas.