El jueves anterior, y como estaba programado y debidamente divulgado, a partir de las 4:00 de la tarde, en el Centro Cultural y de Convenciones El jueves anterior, y como estaba programado y debidamente divulgado, a partir de las 4:00 de la tarde, en el Centro Cultural y de Convenciones, se realizó la Asamblea General de Pioneros –órgano de la Fundación Tierra de Promisión-. En tal oportunidad, ratifiqué públicamente mi decisión de renunciar al cargo de Director Ejecutivo de la Fundación para la Enseñanza y Promoción de los Oficios y las Artes, Tierra de Promisión, y al mismo tiempo, agradecer a la institucionalidad pública, y a la sociedad civil en general, por su constante y valiosa cooperación. La Asamblea General de Pioneros, repito, sesionó y deliberó amplia y constructivamente, habiéndose tomado, con base en sus Estatutos, decisiones de la mayor trascendencia. Estuve vinculado a la institución, durante 29 años. Originalmente, y durante un largo periodo, en la primera quincena del mes de octubre, se realizaron con ostensible éxito, las jornadas culturales denominadas Festival de los Oficios y las Artes Tierra de Promisión, pero con el correr de los años, y por decisión de sus gestores, este evento se trasformó institucionalmente, en lo que ahora es la Bienal Internacional de Novela José Eustasio Rivera que, precisamente, prepara la edición XIV del connotado evento novelístico, a realizarse en diciembre de 2014. En mi quehacer cívico–cultural, participé en la creación y actividades, de tres instituciones, así: 1) Corporación Cultural José Eustasio Rivera, que a su vez creó los bachilleratos nocturnos y mixtos, José María Rojas Garrido en Neiva, y Luis Calixto Leyva Charry en Garzón. 2) La Fundación Jorge Eliécer Gaitán, que promovió: a) la construcción y dotación de la Casa Liberal. b) el Club Cívico del Huila y c) la Radio Surcolombiana. 3) La Fundación Tierra de Promisión que, hoy por hoy, realiza con notable empeño, la Bienal Internacional de Novela. Aspiro ejercer con singular diligencia, la membresía en la emblemática institución, en el entendido de que se trata de un bien público, cuya propiedad es, desde siempre y para siempre, de la Comunidad. Para concluir, respetuosamente solicito apoyo solidario para la Institución en general, y de manera específica, para su Consejo de Promotores y futuros directores ejecutivos. No olvidemos jamás, que la unión hace la fuerza.