Cuando Barack Obama llegue de visita a Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu recibirá a un Presidente de Estados Unidos que según la prensa lo trató de cobarde, pero a estos dos dirigentes poco amigos no les queda más remedio que ponerse de acuerdo, aunque sea sólo para hacer frente común en la controversia con Irán. JERUSALÉN, AFP Cuando Barack Obama llegue de visita a Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu recibirá a un Presidente de Estados Unidos que según la prensa lo trató de cobarde, pero a estos dos dirigentes poco amigos no les queda más remedio que ponerse de acuerdo, aunque sea sólo para hacer frente común en la controversia con Irán. En vísperas de la primera visita del Presidente norteamericano a Israel, entre mañana y el 22 de marzo, cada uno asegura que las relaciones personales complicadas entre el inquilino de la Casa Blanca y el Primer Ministro israelí no impiden una colaboración que nunca fue tan sólida. Pero a pesar de toda esta retórica diplomática, los dos mandatarios mantienen desde hace cuatro años posiciones encontradas sobre el programa nuclear iraní, en el que Israel tiene una posición muy ofensiva, mientras Obama insiste en un enfoque diplomático, y la colonización judía en Cisjordania.