No necesito ser un erudito para reafirmarme en que la religión es mercantilista y mundana. Al ratificar esta posición, sé que el fanático religioso se rasga las vestiduras y me condena por “blasfemia”, tal cual como Caifás. Sólo me falta con ver, oír, olfatear, palpar y degustar el mundo y la religión para tener la certeza de que no me equivoco. Y con el nuevo maquillaje de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, las cosas no cambiarán; por lo mismo, porque con el nuevo papa Francisco, esta iglesia se aplica un nuevo cosmético para aparentar lo que no es: Pobre, humilde y austera. Sí, el nuevo Papa ha llevado una vida sacerdotal rechazando lujos; monta en metro, paga de su propio bolsillo, no cambió su cruz pectoral de hierro por la de oro…Y encima de todo, se autonombró ¡Francisco!, haciendo honor a San Francisco de Asís, un hombre mundano que renunció a la riqueza de su padre, se volvió ermitaño y práctico la pobreza como un valor. Pero el hecho que el nuevo Papa ofrezca muestra de austeridad, no significa que la Iglesia lo sea o lo vaya a ser. El Papa podrá cambiar su trono de oro por un taburete pero la Iglesia seguirá siendo rica, poderosa, políticamente influyente, antidemocrática, homofóbica, machista, mercantilista y mundana. Y seguirá siendo amante del sistema capitalista, reafirmando su aire mercantil y mundano, un sistema que no sólo es deshumano sino que es anticristiano, ya que su fin es la acumulación de capital sin que le importe destruir la misma dignidad del hombre. Y si pongo mis cinco sentidos en el culto evangélico, reconfirmo el mercantilismo y mundanidad de la religión. Un culto que tiene un claro objetivo: ¡Quiero tu dinero! Existe un documental titulado “Marjoe”, que obtuvo un premio Óscar en 1972, precisamente sobre Marjoe Gortner, un predicador que desde muy niño lo educaron sus padres, lo entrenaron, en ese arte de la predicación. Marjoe tuvo una crisis de conciencia por llevar una vida falsa como predicador, después de que su padre se voló con bastante dinero, e ilustró en esta especie de película cómo se opera el arte de la predicación para sacarle la platica a la gente. Ahora, si ustedes quieren ver cómo la politiquería se une a esos virulentos predicadores y aparentan su amor a Cristo, para obtener dinero y de paso capturar votos, vayan a la dirección electrónica https://www.youtube.com/watch?v=pzWS6So3ULY, y observen en este video la politiquería encadenándose con los “buenos” predicadores para engañar. Porque, ojo, el maridaje entre la política y la religión es una prueba más de que esta última es mercantilista y mundana.