Aunque mejoran la apariencia e incrementan la elegancia y dureza en la piernas, los tacones que tienen más de cinco centímetros de altura son perjudiciales para los pies y causan graves problemas para la salud a largo plazo. Aunque mejoran la apariencia e incrementan la elegancia y dureza en la piernas, los tacones que tienen más de cinco centímetros de altura son perjudiciales para los pies y causan graves problemas para la salud a largo plazo. Un estudio de la Universidad Jyväskylä de Finlandia concluyó que usar tacones de cinco centímetros o más, por 40 horas a la semana y durante dos años, tiene como consecuencia dolorosas lesiones en los pies como juanetes, callos y disminución en la rotación de los tobillos, entre otras. El cuerpo cuenta con dos extremidades que soportan el peso de manera homogénea y las rodillas lo amortiguan. El pie extiende este peso a tres puntos fijos: el talón y dos metatarsianos (los extremos del pie). Sin embargo, con el uso de los tacones, la gravedad y el peso del cuerpo se dirige hacia la punta generando una tensión en los tejidos. Los ligamentos del pie se deforman y, como mínimo, se produce una callosidad en la planta. Las personas jóvenes no tienen mucho problema en sus pies al momento de usar este tipo de zapato, pero, después de los 30 o 35 años las deformidades son graves. La más frecuente es la callosidad que agrieta la piel y genera molestias fuertes. En edades más avanzadas, se presentan deformidades óseas y otras dolencias que sólo pueden quitarse con cirugías. Entre ellas, están los callos, juanetes, la aparición de los dedos en garra (encorvamiento de los dedos más pequeños hacia arriba debido a que los músculos se recogen), la inestabilidad del tobillo y la inflamación del tendón de Aquiles. Algunas laceraciones tienen tratamiento, por ejemplo, los callos se pueden remover con cirugía. Existen ayudas como los correctores de silicona que mantienen los pies ajustados a su posición normal para tratar los juanetes. También se puede adoptar por la opción de una cirugía luego de una valoración médica. Hay que tener en cuenta que si se decide por algún tratamiento no se puede usar nuevamente zapato apretado, pues perderá su proceso de curación. Para las que no se bajan 1. Los tacones estilizan la figura y, en definitiva, hacen que una mujer luzca elegante y segura de sí misma. Aunque uno de los principales consejos de los expertos es reducir al máximo su uso, estas son recomendaciones para quienes no se pueden bajar de ellos. 2. Úselos en ocasiones especiales, pero jamás para salir a bailar, para recorrer trechos muy largos o si va a estar de pie durante mucho tiempo. 3. Procure no usar zapatos angostos y puntudos. Son la principal causa de callosidades y otros problemas graves. 4. Cuando compre zapatos, hágalo en las horas de la tarde, pues es el momento en que el pie está inflamado. Tenga en cuenta que el zapato mida medio centímetro más. 5. Si va a manejar, no use zapatos altos. A la hora de conducir, cámbielos por zapatos planos. 6. Alterne el uso de tacones con zapatos planos y haga ejercicios de estiramiento durante el día. Gloria Camargo recomienda un ejercicio sencillo pero efectivo: siéntese en una silla. Estire una pierna con la rodilla extendida. Contraiga. Repita con la otra pierna. 7. Los zapatos jamás deben ser un martirio. Si sospecha que no podrá andar con un prospecto que vea en la vitrina, por muy bonito que le parezca, absténgase de comprarlo.
- Cambia el centro de gravedad. El peso del cuerpo pasa a la parte delantera del pie y se deforman los ligamentos. 2. Acortan los músculos de los gemelos y se pierde flexibilidad. 3. Disminuyen la capacidad de rotación del tobillo. 4. Aumentan la rigidez del tendón de Aquiles. 5. Promueven y aceleran la progresión de los juanetes.