Y volvemos a discutir la conveniencia, pertinencia y oportunidad o no de reformar – otra vez – un “articulito” de la manoseada Carta Política de 1991 para resolver si el Presidente de la República se reelige, no por cuatro años como se estableció durante el mandato de Álvaro Uribe Vélez, sino ahora por dos años y luego períodos fijos y sin reelección de seis años. Y volvemos a discutir la conveniencia, pertinencia y oportunidad o no de reformar – otra vez – un “articulito” de la manoseada Carta Política de 1991 para resolver si el Presidente de la República se reelige, no por cuatro años como se estableció durante el mandato de Álvaro Uribe Vélez, sino ahora por dos años y luego períodos fijos y sin reelección de seis años. Y de carambola esos seis años cobijarían a los alcaldes y gobernadores aunque no se ha dicho si los dos años de transición también serían para ellos o solo para el Presidente. La propuesta lanzada por el propio Santos para congraciarse con los alcaldes y gobernadores ha agitado el momento y ha sorprendido por las implicaciones que esto tendría. De entrada vale decir que parece un poco extemporánea la idea, en el caso particular de Santos, puesto que se requeriría una reforma constitucional que ya, por tiempos y procedimientos del Congreso, no alcanzaría a concretarse antes de que se produzca la elección presidencial de mayo de 2014. Y entonces, ante esa talanquera, lo que ha dicho el Presidente es que él se presentaría para una reelección atípica de dos años y luego sí se establecería el período fijo – sin reelección – de seis años tanto para el Primer Mandatario como para todos los alcaldes y gobernadores. Todo ello con el fin, según Santos, de que se alineen los períodos de todo el Ejecutivo con el Legislativo y de que los mandatarios regionales puedan desarrollar todos sus planes sin necesidad de ser reelegidos. Sin necesidad de un exhaustivo análisis constitucional, proponer a apenas un año de los comicios presidenciales una reforma de la Carta no tiene cabida puesto que se requieren ocho debates en el Congreso de la República para ese fin. Y entonces la única salida eventual sería que Santos se presente para una reelección normal, como está hoy, y de ser reelegido le entregue el mando a su Vicepresidente, y éste completaría el período y luego sí vendrían los seis años. O que se discuta desde ya, a gran velocidad en el Congreso, que ese nuevo período fijo rija a partir de agosto de 2014 para el nuevo Presidente y que el actual quede impedido de presentarse. Un verdadero galimatías jurídico que no parece tener claridad, concisión ni certeza. A un año de los comicios presidenciales, que dos tercios de los colombianos rechacen la reelección, se constituye en el reto más estratégico con una tendencia altamente desfavorable. Nos queda la sensación de que esta enrevesada propuesta presidencial se quedó sin pies ni cabeza. “La propuesta lanzada por el propio Santos para congraciarse con los alcaldes y gobernadores ha agitado el momento y ha sorprendido”. editorialito Las vías terciarias del Huila siguen en franco deterioro. Incluso la carretera Gigante-San Agustín se encuentra en lamentables condiciones, agravadas, además por la circulación de carrotanques cargados de combustible. ¿Hasta cuándo vamos a esperar su rehabilitación?