Aportando al desarrollo comunitario, social, cultural y religioso de la capital huilense, el padre Juan Carlos Liévano cumplió el pasado lunes, 27 de noviembre, 30 años de servicio a la comunidad.
A lo largo de sus años de ministerio sacerdotales, varios han sido los sectores neivanos que se han beneficiado con su liderazgo y trabajo tesonero.
En la Comuna Ocho de Neiva ha aportado al desarrollo del sector con la adecuación de la gruta de Peñón Redondo, la construcción del templo y la casa cural de la parroquia de la Medalla Milagrosa, contando con el entusiasmo y colaboración de los habitantes y la dirección del arquitecto Rafael Hernando Yepes. Con el apoyo de los jóvenes profesionales de Rotaract se hizo un servicio de sensibilización en el asentamiento del Divino Niño que luego se convertiría en Panorama.
Desde la Parroquia del Perpetuo Socorro de Campo Núñez, con obras como la capilla del Santísimo, diseñada por el arquitecto Mario Guzmán, el Comedor Infantil San Francisco y la biblioteca. Además del trabajo con los niños de escasos recursos del sector de Las Ceibas con el apoyo del Club Rotario Neiva Las Ceibas.
Otras de las obras que lideró el clérigo fue el comedor infantil en la Parroquia de San Juan María Vianney y el apoyo inicial a la Fundación Vida y Paz. Actualmente ayuda a la obra de los Servidores del Servidor en su misión de Las Acacias.
Estas son algunas de las labores que entretejen una vida gastada en la tarea evangelizadora del padre Juan Carlos Liévano, quien actualmente se desempeña como párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Aránzazu, del barrio La Gaitana. Felicidades, padre.