Por: María Jimena Bello-Martínez
El inicio de año es la oportunidad de editar y reescribir nuestra historia personal, y es el momento justo para decidir qué elementos dejar o borrar. El minimalismo como estilo de vida propone simplicidad, sostenibilidad, equilibrio y libertad para ordenar aquellos elementos y lograr una vida más productiva y sin complicaciones.
El minimalismo como estilo de vida tiene como premisa tener menos cosas para ser más feliz. Parece algo absurdo si se tiene en cuenta que vivimos en una sociedad consumista y acelerada que suele valorar más el tener sobre el ser, y/o la productividad sobre el ocio o la contemplación.
El estilo de vida minimalista ayuda llevar una vida más ordenada y feliz. No se trata de un capricho de charlatanes y ni de gurús creadores de fórmulas para el éxito individual. Los cánones del minimalismo surgen nada más ni nada menos que de las complejas necesidades espirituales y estéticas del ser humano para construir y conseguir felicidad, gozo y satisfacción.
BUDISMO ZEN Y MINIMALISMO
El budismo Zen nunca ha pretendido enseñar nada en sí. Por supuesto tiene principios, pero lo importante desde el punto de vista zen es vivir aquí y ahora. Vivir el presente no requiere de muchas cosas materiales. La práctica de esta religión prosperó en espacios arquitectónicos coherentes con la filosofía Zen, donde predominaba la utilización sistemática de la asimetría, la simplicidad de estructura con eliminación de todo lo no esencial y la desnudez espacial interna (sin muebles en el interior).
ARTE MINIMAL
El minimalismo como corriente estética en el arte surge como una expresión contestataria al pop art que daba prioridad al colorismo, y a la influencia de los medios de comunicación de masas frente al fenómeno de lo comercial y el consumismo, y de un arte basado en la apariencia. Los creadores Minimalistas reducen al máximo los elementos propios del arte, los volúmenes y formas en escultura. Los minimalistas emplean formas elementales: cubos, pirámides, esferas repetidas en series con algunas variaciones. Donald Judd, Tony Smith, Carl Andre y Dan Flavin, Robert Morris, Sol LeWitt, Franck Stella y Richard Serra, entre otros, son representantes de esta corriente estética.
TIPS PARA UN BUEN COMIENZO MINIMALISTA 2018
Según Leo Babauta, autor del “El Manual para la vida” y Valentina Thörner, experta minimlista y creadora del blog Valedeoro hay unos pasos claves para conectar con un estilo de vida minimalista.
-Respirar: Es necesario emplear al menos unos 10 minutos al día para respirar profundamente. Este ejercicio tiene un efecto relajante y ayuda a disipar momentos de tensión y estrés.
-Anotar: Si existen una cantidad de tareas, ideas y pensamientos que rondan la mente, lo mejor es usar una libreta para anotar y evitar que la cabeza se atore de cosas y así comenzar a actual o descartar.
-Eliminar: Cada día acumulamos objetos y casi sin darnos cuenta, nuestro hogar termina convertido en una bodega poco funcional de trastes inservibles o cosas innecesarias. Para dar este paso es necesario formular las siguientes preguntas: ¿lo he utilizado en los últimos seis meses?, ¿me gusta utilizarlo?, ¿Existe otro objeto parecido que tiene la misma finalidad? Donar objetos que no usamos puede hacer feliz a otras personas.
-Priorizar: Identificar los asuntos importantes de nuestras vidas como las relaciones afectivas, actividades laborales y pasatiempos sin caer en listas interminables con el fin de brindar los mejor de en cada área.
Que el nuevo año no lo sorprenda con cajones llenos de trastes innecesarios. Espacios vacíos para atraer cosas nuevas. En vez de acumular objetos es mejor llenar la vida de experiencias: compartir una tarde de café, estar solos viendo una película, caminar junto al ser amado, o leer un buen libro, etc.
Puede deshacerse de estas cosas:
- Cables o accesorios electrónicos que no funcionen. Créame, nunca serán reparados.
- Pendientes y calcetines sin pareja.
- Joyería en mal estado.
- DVDs y CDs que solo se han vista una vez.
- Maquillaje, medicamentos y alimentos caducados.
- Cupones de descuento vencidos y publicidad impresa.
- Facturas y recibos de pago. Es recomendado digitalizar.
- Frascos vacíos.
- Libros que nunca se vuelven a leer.
- Ropa que ya no es de la talla actual.
- Suscripciones a revistas.
- Objetos decorativos demasiado grandes.
- Objetos decorativos demasiado pequeños.
- Correos electrónicos poco relevantes.
- Cuadernos de notas muy viejos.
- Electrodomésticos sin usar. Sí, pueden estar nuevos.
- Espejos, vajillas o elementos decorativos dañados.
- Revistas y folletos informativos.