FERNANDO POLO/LN
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Tres puentes arrasados, vías destruidas, cultivos afectados y varias familias pidiendo ayuda porque quedaron cercados por las aguas de los ríos Frio, Blanco, Quebradón y la quebrada San Antonio, es el panorama que vive el municipio de Algeciras debido a la segunda temporada de lluvias.
La primera temporada que se presentó en enero pasado, dejó destruidos 11 puentes vehiculares y seis peatonales, los cuales todavía no se han podido recuperar.
Ahora a la lista de puentes destruidos hay que sumarle otros tres vehiculares y un box culvert, que fueron arrasados ayer por las crecientes, lo que dejó incomunicado todo el sector de la Arcadia y El Toro.
“El río Quebradón en el municipio de Algeciras se desbordó hacia la vía, lo que impide el paso vehicular hasta que se normalice el nivel del río”, aseguró Orlando Garzón, coordinador de proceso de manejo de desastres de la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres del Huila.
A los aislamientos se suma el padecimiento de varias personas que quedaron aisladas en sus propias fincas, debido a que las crecientes no les dieron tiempo de salir, ayer pedían ayuda para que los organismos de socorro los ayudaran a salir.
“La quebrada San Antonio, Santa Lucia y río Blanco se crecieron y no dejaron ni siquiera salir la gente, las quebradas se llevaron puentes, cultivos, alcantarillas, nos quedamos sin carretera. Crecieron demasiado”, contó Edwin Perdomo, habitante de la vereda San Antonio de Algeciras.
PIDIENDO AYUDA
Desde Algeciras se desplazó a Neiva una comisión de concejales y líderes comunales para pedirle al gobernador Carlos Julio González Villa, que les envíe maquinaria urgente para conjurar la emergencia.
“Estuvimos reunidos con el gobernador y le pedimos que nos mande maquinaria porque Algeciras está otra vez en emergencia por lluvias. Lo que nos dijo es que la maquinaria está en Colombia, Íquira y Acevedo, que se va a poner en contacto con la Unidad del Riesgo del Riesgo a ver cómo nos ayudan. La emergencia es grande, la vía Algeciras-El Toro-La Arcadia está cerrada, quedo destruida”, le dijo a LA NACIÓN, el concejal de Algeciras, José Ignacio Moreno.
Asimismo, el concejal Nelson González, agregó que además del aislamiento, Algeciras está sin servicios públicos debido a las fuertes lluvias.
“Estamos sin servicio de gas, tampoco hay energía y las bocatomas de varios acueductos veredales fueron afectadas por las crecientes, hay varios derrumbes. La situación es crítica y por ello pedimos que nos envíen urgente un kit de maquinaria para arreglar las vías y que nos repongan los puentes”, anotó el concejal González.
EN OTROS MUNICIPIOS
Las fuertes lluvias provocaron un deslizamiento de rocas en el sector de Pericongo, en la vía nacional que comunica a los municipios de Altamira y Timaná. En el municipio de Tarqui se reportó una inundación a raíz de la insuficiencia del sistema de alcantarillado, donde dos barrios resultaron afectados.
La secretaria de Gobierno Departamental, Liliana Vásquez, anotó que “en estos momentos, el Consejo Municipal para la Gestión del Riesgo de Desastres del os municipios afectados se encuentra en evaluación de daños y análisis de necesidades. En cuanto a Algeciras estamos mirando como empezamos a movilizar la maquinaria para iniciar la habilitación correspondiente”.
EN NEIVA
Las lluvias que empezaron a caer desde la noche del lunes en la parte alta de la cuenca del río Las Ceibas aumentaron el caudal y obligaron a decretar la alerta amarilla.
“Los bomberos oficiales han estado alerta y han realizado evacuaciones de algunas personas de los asentamientos ubicados sobre la ribera del río como medida de prevención ante una inundación. Asimismo, continuamos con el monitoreo constante sobre el comportamiento del caudal del río, el cual se encuentra estable ya que las lluvias han cesado por el momento”, manifestó Pedro Pablo Tinjacá, director de la Oficina para la Gestión del Riesgo de Neiva.
La alerta amarilla en Las Ceibas continúa ya que es probable que las lluvias regresen sobre la zona de la cuenca, razón por la cual se pide a toda la comunidad ribereña que esté atenta por si se llega a presentar una creciente súbita.