LA NACIÓN
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A pesar de los ataques a los acuerdos de paz desde diferentes grupos de la sociedad, a la hora de hacer cuentas el Huila sale favorecido en lo que a orden público y reducción de muertes se refiere.
Según la Novena Brigada con sede en Neiva, tras la firma de los acuerdos con las Farc, en el Huila se ha registrado una significativa reducción de los actos y consecuencias que traía para el departamento la presencia de la mencionada estructura y la lucha de las tropas por enfrentarla y garantizar la seguridad y tranquilidad de los huilenses.
Las estadísticas de la Novena Brigada indican que de tres combates que se presentaron en el 2016 se pasó a uno con los grupos armados residuales en el mismo periodo del 2017, presentando una disminución del 67%.
Similar situación se evidencia con la ubicación y destrucción de minas antipersonal, donde de 174 en el año anterior se pasó a 54 en lo corrido del 2017, esta acción obedece a las labores que adelanta el Batallón de Desminado Humanitario No. 5 en las zonas que fueron de alta presencia de las Farc y que hoy están permitiendo entregar territorios libres de esta amenaza.
En cuanto a la cifra de personal militar herido o muerto, así como de integrantes de las Farc, la estadística se mantiene en cero, al igual que los ataques contra la infraestructura productiva.
“Se mantienen firmes los miembros de la Novena Brigada en el cumplimiento del deber constitucional, haciendo presencia en cada uno de los 37 municipios, en las zonas de antigua presencia armada de las Farc y en las áreas limítrofes, para continuar aportando al progreso del Departamento”, afirmó el comandante (E) del a Novena Brigada coronel Farid Chaux Nieto.
LA PAZ EN CIFRAS
- El proceso de paz evitó por lo menos 2.796 muertes desde agosto de 2016.
- Comparado con el gobierno de Álvaro Uribe (2002 – 2010) se previno la muerte en conflicto de 4.331 personas.
- En 2016 los desplazados fueron 91.045 en 2017 van 48.335, en el año 2002 habían 757.424.
- Las personas afectadas con minas antipersonales pasaron de 72 en 2016 a 58 en 2017. En el punto más alto, en 2006, la cifra llegó a 1.041 personas.
Los problemas que enfrenta el proceso
ASESINATOS
Al menos 23 exguerrilleros y 11 familiares de integrantes de la Farc han sido asesinados desde que se firmó la paz, según Paz y Reconciliación. Las pistas apuntan a venganzas y a grupos armados que intentan reclutar a los desmovilizados. Desde 2016 también se han registrado 200 homicidios de líderes sociales y de derechos humanos, según la Defensoría del Pueblo.
DISIDENCIAS
Aunque el grueso de esa organización le dijo adiós a las armas, la ONG International Crisis Group, experta en el conflicto y con sede en Bruselas, calcula que unos 1.000 hombres y mujeres siguen combatiendo, lo que equivale a un 9% de la exguerrilla. Para el Gobierno son unos 520 combatientes (4,4%) los que se apartaron del pacto. Disidentes para unos, desertores para otros, estos grupos operan en 41 municipios y las autoridades los vinculan directamente con el narcotráfico y la minería ilegal.
DESILUSIÓN
Aunque no estaban obligados a quedarse, unos 3.600 exguerrilleros han abandonado las 26 zonas de reincorporación socioeconómica, en la mayoría de los casos por “pérdida de confianza” en el proceso o porque decidieron volver con sus familias, según la Misión de Verificación de la ONU. La cifra representa el 45% de los 8.000 exguerrilleros y milicianos que se congregaron para el desarme.
INCUMPLIMIENTO
El 55% de los compromisos asumidos por el Gobierno como parte del acuerdo, que además del desarme guerrillero incluye reformas rurales y políticas, y reparación y justicia para las víctimas, no han salido del papel, según el Instituto Kroc de la Universidad de Notre Dame, que da seguimiento a la implementación de los pactos.
Un experto de la Fundación Paz y Reconciliación agrega que solo ocho de las 27 leyes necesarias para “hacer realidad la paz” han sido aprobadas.
AMNISTÍAS
Como parte del acuerdo se aprobó en diciembre una amnistía que en teoría debía favorecer a todos los guerrilleros que no estuvieran implicados en delitos atroces, pero según las Farc 1.000 de sus miembros siguen en prisión pese a que los considera favorecidos con la medida.
NARCOCULTIVOS
Al inicio del proceso de paz, Colombia tenía 47.000 hectáreas sembradas con hoja de coca, materia prima de la cocaína, pero al cierre de las negociaciones los narcocultivos se habían triplicado hasta alcanzar las 146.000 hectáreas.