LA NACIÓN
Este proyecto, que era una enmienda constitucional, hacía parte de las normas que se tramitaron para implementar los acuerdos de paz a los que se llegó con las Farc, sin embargo, no tuvo la aceptación que se pensaba, la misma tuvo mucha controversia, porque con el paso de los meses –desde mayo- se ha ido reformando frente a la idea con la cual se radicó.
Ayer, la reforma política tuvo el último debate en plenaria en el Senado y así como se esperaba, se hundió oficialmente con 68 votos por el sí.
El ministro del Interior, Rodrigo Rivera, pidió que “pasemos la página de esta reforma política porque definitivamente no fue lo que hubiésemos querido”.
Su mensaje fue escuchado y se votó una proposición de archivo de la reforma política que se avaló con 68 votos por el sí (y 2 por el no). Así se le dio fin a un proyecto polémico y que hasta sus propios promotores abandonaron.
El ponente de la reforma política, el senador Roy Barreras, visiblemente molesto, le pidió públicamente al ministro Rivera que “retire” el proyecto. “Usted fue el que nos metió en este barco”, le dijo Barreras a Rivera.
Por otro lado, las conciliaciones de la reglamentación de la JEP y de las 16 circunscripciones especiales para la paz quedaron en manos de los 102 senadores, pues ambos proyectos fueron ya conciliados en la Cámara con votaciones de 96 por el sí y 20 por el no; y 90 por el sí y 31 por el no, respectivamente.
Será el Senado quien tendrá en sus manos definir la situación de la paz; pues es esta plenaria la que deberá aprobar los textos ya avalados en la Cámara y se sabe que hay varios contenidos que generan rechazo entre los senadores.
Desde ya el Partido Conservador y el Centro Democrático declaran su voto negativo ante estos dos proyectos. Si es así, sumando los 18 conservadores y los 20 uribistas, darían ya 38 votos negativos; dejando incierto el destino del fast track.