Marco Fidel Rocha Rodríguez
Generalmente no coinciden los pronósticos realizados meses antes de las elecciones. La opinión tiende a estar cambiando rápidamente, y las encuestas no permiten conocer, con gran certidumbre, la verdadera razón del porque sucede un resultado al final. ¿Cómo utilizar entonces estos pronósticos para tomar decisiones?
Esto que hemos dado en llamar encuestas de opinión, dista mucho de lo que puede ser una verdadera investigación sobre la opinión pública de los electores. Nos hemos dejado llevar de estos trabajos cortos y económicos que son muy dañinos para la sociedad y que desorientan en forma permanente a la opinión pública. Existe una máxima que dice que todo lo que hagas en contra de la opinión pública (destaparla), influye en la misma opinión y esta tendera a cambiar diametralmente.
Los candidatos a las corporaciones públicas, así como a destacados cargos del nivel nacional, departamental o municipal deben procurar conseguir los verdaderos conceptos del electorado para elaborar las propuestas de gobierno y conocer el pensamiento de los electores. Los resultados de estos sondeos son preocupantes, toda vez que en el término de 24 horas sin presencia en los medios de comunicación los candidatos se ubican un día en una posición y al otro en otra ya sea más arriba o más abajo, pero esto solo se explica cuando los medios utilizados para investigar la opinión, no son los más adecuados y profesionales. Sería bueno que quienes dirijan las campañas políticas se informen sobre esta clara diferencia, pero sobre todo entender que su responsabilidad es muy grande cuando los resultados de estos estudios son bastantes cuestionables. Mas cuando los que realizan o publican predicciones creen ser los portadores de la verdadera “ opinión pública”
Y tiene como consecuencia que quienes lleguen al poder sean personas que distan mucho de lo que la población reclama y sus propuestas y ejecución de programas no sean los que demanda la comunidad en un inmediato futuro.
De allí nacen las grandes desilusiones y la ausencia de los más doctos en la solución de los problemas de orden social que están a la orden del día. Es una responsabilidad grande de quienes financian y ordenan esta clase de estudios, conocer que es lo mejor para la sociedad y para nuestro desarrollo económico y social. Al final es una cuestión de responsabilidad patriótica y ética el buen uso de estas encuestas.