Gran pesar causó en la sociedad neivana el deceso, ayer, de don Hernando Liévano Perdomo, quien fue reconocido por ser uno de los urólogos más destacados del departamento y por su espíritu empresarial que lo llevó a fundar el Hotel Chicalá de Neiva.
Estaba casado con Nelly Vegalara con quien tuvo a sus hijos Carlos Hernando, Claudia, José Gabriel, Ana María y Juan Pablo Liévano Vegalara.
“Afortunado quien a falta de uno, tres padres le da la vida. Pero esa fortuna tiene un alto precio, y es verlos partir. Mi segundo padre falleció con la seguridad de haber dejado huella no solo en mí, sino en toda una generación de opitas, con su obra, legado y ejemplo. Gracias, Señor, por permitirme ser obra de seres grandiosos”, manifestó su sobrino Carlos Alberto Liévano Silva.
Y es que según cuentan sus allegados, don Hernando no solo se destacó por ser un excelente profesional sino un gran ser humano.
“Como no recordar a Hernando Liévano. Qué triste su partida, como médico como padre, como ser humano; un gran hombre. Todos lamentamos su partida”, expresó Mario Solano Calderón.
EL EMPRESARIO
Junto a su esposa, Nelly Vegalara, fundó el Hotel Chicalá, el cual se fue posicionando como uno de los mejores de la región surcolombiana y muy apetecido por la dirigencia regional y nacional para realizar eventos de gran importancia para el desarrollo local.
“Descanse en paz, distinguido galeno y visionario del desarrollo de Neiva. A su digna esposa e hijos, a sus hermanos Liévano Perdomo y demás familiares y amigos, nuestro solidario abrazo de condolencia”, manifestó Camilo Francisco Salas Ortiz, de la Academia Huilense de Historia.
SER POLÍTICO
Además de su ejemplar desempeño como profesional de la salud y empresario hotelero, Hernando Liévano Perdomo también incursionó en la vida política local. Fue uno de los fundadores del Nuevo Liberalismo y ejerció funciones como concejal de Neiva, labor que le permitió gestionar importantes proyectos para beneficio de la ciudadanía.
“La primera vez que lo vi fue como concejal, por allá en los años setentas, con prolongación en la política liberal, décadas después. Fogoso en la bandería partidista, extrovertido, temperamental y controvertido. A veces impredecible. De amores y odios. Genial en sus sarcásticos apuntes, sobre todo políticos”, dijo Piter Bonilla Díaz.
ALTRUISTA
Sus funciones como médico, empresario y político no le restaron tiempo para desempeñar otra de sus facetas: la del altruismo. Don Hernando Liévano Perdomo se ganó la admiración y el respeto de la sociedad capitalina por su afán de siempre ayudar a los más necesitados. Fue así como se convirtió en uno de los principales benefactores del Albergue Infantil Mercedes Perdomo de Liévano.
“Definitivamente es invaluable la pérdida para todos sus benefactores. Fue un gran ser humano”, manifestó Sandra Paola Bonilla Torres.
Aquí, con su cuñada, Elena de Liévano; su nuera, María José Lara; su hijo, Juan Pablo Liévano Vegalara, y su esposa, Nelly Vegalara de Liévano.
Fotos: LA NACIÓN