El Sumo Pontífice quien concedió una rueda de prensa en el avión que lo transportó desde Cartagena a Roma, tras cuatro días de visita pastoral a igual número de ciudades, señaló que si él regresara al país le gustaría que el lema “al menos fuese: ‘Demos el segundo paso’”, en alusión al ‘Demos el primer paso’, de su reciente periplo por Colombia.

El Papa Francisco expresó su confianza en la “querencia espontánea” del pueblo colombiano para consolidar la paz, y afirmó que se trata de algo más que él ha percibido, “el querer ir adelante en este proceso va más allá de las negociaciones que están haciendo o se deben hacer”.

“Es una querencia espontánea, y allí está la fuerza del pueblo. Yo tengo esperanza en esto. El pueblo quiere respirar, pero debemos ayudarlo con la cercanía, la oración, y sobre todo con la comprensión de cuánto dolor hay dentro de tanta gente”, aseveró el máximo jerarca del catolicismo.

Señaló que tras 54 años de conflicto con la guerrilla “se acumula mucho, mucho, mucho odio, mucho rencor, mucha alma enferma” y acotó: “La enfermedad no es culpable, viene, te la arrastra un sarampión, te agarra”.

Indicó que las guerrillas, los paramilitares y también de los corruptos “han cometido pecados malos que han provocado esta enfermedad del odio”. Sin embargo, el Sumo Pontífice puso de presente que “se han dado pasos que dan esperanza, pasos en la negociación, pero ha sido el último. Se ha dado el cese del fuego del ELN, y lo agradezco mucho, lo agradezco mucho eso”.

Un pueblo que tiene esperanza

El Papa agradeció una vez más “el ejemplo del pueblo colombiano. Y querría terminar con una imagen. Lo que más me ha llegado de los colombianos en las cuatro ciudades ha sido la gente en las calles, saludándome”. Aseveró que lo que más le llegó fue la imagen del “papá, la mamá, alzaban a sus niños para hacérselo ver al Papa, para que el Papa lo bendijera. Como diciendo: este es mi tesoro, esta es mi esperanza. Este es mi futuro. Yo te creo. Esto me ha llegado. La ternura, los ojos de esos padres, de esas madres. Precioso, precioso. Esto es un símbolo. Símbolo de esperanza, de futuro. Un pueblo que es capaz de hacer hijos y después los muestra, los hace ver así, como diciendo: Este es mi tesoro, es un pueblo que tiene esperanza y tiene futuro”.