FERNANDO POLO/LN
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El día que todos los seguidores del padre Pedro María Ramírez Ramos estaban esperando, por fin llegó. Los enfermos que se curaron gracias a que varias veces fueron hasta el municipio de La Plata a orar frente a la imagen del ‘Mártir de Armero’, se sentían recompensados ayer cuando escucharon las palabras de beatificación por parte del Papa Francisco.
El momento fue inolvidable para los más de 1.600 peregrinos que viajaron desde La Plata con pancartas y mensajes de agradecimiento al Papa. El viaje que empezó desde el lunes anterior culminó ayer al mediodía y todos emprendieron el retorno con la satisfacción de tener un paisano beato.
En el parque principal de La Plata y en la Iglesia de San Sebastián se instalaron pantallas para que la gente pudiera seguir paso a paso la ceremonia. Al templo llegaron peregrinos de todo el país que no querían perderse el gran acontecimiento.
LA CEREMONIA
La ceremonia de beatificación del padre Pedro María inició con la lectura de su biografía por parte del obispo de la Diócesis de Garzón, monseñor Fabio Duque.
Durante la lectura el obispo de Garzón hizo un recuento de todo lo que le tocó padecer al ‘Mártir de Armero’ a manos de sus verdugos que lo asesinaron a machetazos, culpándolo de ser uno de los promotores de la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Posteriormente se descubrió un cuadro con la fotografía del padre Pedro María, y mientras esto sucedía el Papa Francisco lo declaró beato.
“De ahora en adelante serán llamados beatos”, declaró el Sumo Pontífice refriéndose al padre Pedro María Ramírez Ramos y al obispo de Arauca, monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve. Además, declaró el 24 y el 3 de octubre, respectivamente, como el día para celebrar a los sacerdotes beatificados en Villavicencio.
EN MENSAJE DEL PAPA
El mensaje de Jorge Mario Bergoglio en la homilía celebrada en el parque Catama de Villavicencio, Meta, se centró en la reconciliación, pero en una reconciliación verdadera. “Todo intento de paz sin un compromiso sincero será un fracaso”, dijo el Papa Francisco. Agregó que “la reconciliación se concreta y consolida con el aporte de todos. Refiriéndose a la responsabilidad que tienen los colombianos de perdón y reconciliación.
El Papa en la homilía dijo que Colombia, “este pueblo de Dios”, ha estado llena de historias, “muchas de amor y de luz; otras de desencuentros, agravios, también de muerte”.
“¡Cuántos de ustedes pueden narrar destierros y desolaciones!, ¡cuántas mujeres, desde el silencio, han perseverado solas y cuántos hombres de bien han buscado dejar de lado enconos y rencores, queriendo combinar justicia y bondad!”, señaló.
Se preguntó cómo hacer para dejar que entre la luz y cuáles son los caminos de reconciliación.
“La reconciliación no es una palabra abstracta; si eso fuera así, sólo traería esterilidad, más distancia. Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto”, expresó ante los más de 650 mil feligreses que desde la madrugada del viernes empezaron a llenar las 44 hectáreas del parque Catama para poder ver al Papa.
EL PRIMER PASO
El Sumo Pontífice invitó a que demos el primer paso para la reconciliación, lo que depende de cada uno sin importar quien lo haga primero, lo realmente importante –destacó- es tener la voluntad de dar ese primer paso hacia la reconciliación y el perdón.
“Es necesario que algunos se animen a dar el primer paso en tal dirección, sin esperar que lo hagan los otros. ¡Basta una persona buena para que haya esperanza! ¡Y cada uno de nosotros puede ser esa persona!”, sostuvo.
Aclaró que “esto no significa desconocer o disimular las diferencias y los conflictos. No es legitimar las injusticias personales o estructurales. El recurso a la reconciliación no puede servir para acomodarse a situaciones de injusticia”.
Pero como siempre el Papa tiene una frase que les llega al corazón a todas las personas que lo escuchan, esta vez no fue la excepción, bastaron solo unos segundos para que la frase expresada por el Sumo Pontífice: “¡Basta una persona buena para que haya esperanza!” fuera adoptada por todos los que estaban en la homilía, la gente la interpretó como el “bálsamo” que se necesita para que cada uno tome la iniciativa de dar el primer paso hacia la reconciliación y la paz.
En minutos, la frase ya era viral en las redes sociales y en Villavicencio y el departamento del Meta todo el mundo la repetía. “¡Basta una persona buena para que haya esperanza!”, fue la frase que los llaneros recibieron como regalo del Papa.
RIQUEZA NATURAL
El Papa se refirió también a la riqueza natural que tiene el país, hizo énfasis en que la reconciliación no es solo entre nosotros, también debe ser con la naturaleza, acudió a una canción den cantante antioqueño Juanes para describir lo que está pasando con los recursos naturales.
“En este entorno maravilloso, nos toca a nosotros decir sí a la reconciliación; que el sí incluya también a nuestra naturaleza’, adujo. Seguidamente agregó que “un compatriota de ustedes lo canta con belleza”, comentó el Papa, seguidamente leyó un fragmento de la canción de Juanes. «Los árboles están llorando, son testigos de tantos años de violencia. El mar está marrón, mezcla de sangre con la tierra».
Y por último indicó que “la violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes”.
EL SALUDO
Al final de la multitudinaria misa, el Papa se subió al papamóvil y empezó el desfile hacia el Parque de Las Malocas, donde estaba programado el almuerzo, -él mismo pidió que se le sirvieran mamona- . A su paso el público ondeaba pañuelos blanco y llenos de regocijo lo veneraban, el Sumo Pontífice con su sonrisa característica les impartía la bendición a todos.
Una delegación de La Plata, Huila, integrada por familiares y seguidores del padre Pedro María que no encontraban como darle las gracias al Papa por la beatificación del ‘Mártir de Armero’, se ubicaron pegados a las vallas que los separaban de la caravana, con una pancarta en donde estaban la foto del Pontífice y la del mártir, y que decía “Bienvenido, Papa Francisco” le agradecieron la beatificación. A su paso, el Papa los bendijo.
En la ceremonia se realizó la beatificación del padre huilense Pedro María Ramírez Ramos.
Las delegaciones de familiares y seguidores del padre Pedro María llegaron hasta Villavicencio para participar en la ceremonia.
En la Iglesia San Sebastián de La Plata, la comunidad se congregó a seguir la ceremonia por televisión.
El Papa Francisco desde el papamóvil saludó y bendijo a los llaneros que se agolparon a su paso.