Hace algunos días cientos de huilenses manifestaron su rechazo frente a un caso de maltrato animal ocurrido en el barrio La Vorágine en el norte de Neiva, donde un vecino en un acto de intolerancia le propinó una patada a un perro de raza pincher de 11 años de edad, al parecer porque le arrebató un pedazo de carne a su sobrino de 4 años. Del fuerte golpe el canino finalmente falleció horas después con el bazo destrozado. Existe la denuncia, pero el agresor no fue capturado porque no hubo flagrancia.
Otro caso es el ocurrido en el municipio de Palermo, donde una pareja de ancianos mantenía en su casa a más de 30 gatos encerrados y amarrados del cuello con piolas.
Según la humilde mujer, quien al parecer padece del síndrome de acumulación compulsiva, lo hacía para que los animalitos no se fueran. La Asociación y Unidad Defensora de Animales y Medio Ambiente, Asoanimales, rescató a estos gatos de una situación tan lamentable como las que padecen sus entonces propietarios, con deshidratación, desnutrición y en precarias condiciones de salubridad.
Y aunque la mayoría no se visibilizan, faltarían dedos para enumerar las historias de perros, equinos y gatos que a diario son golpeados, atropellados, abandonados en cualquier calle o caño muchas veces con sus crías, o deambulan enfermos y desprotegidos en los diferentes municipios del departamento huilense.
Esto pese a que la Ley 1774 que entró en vigencia en el 2016 reconoce los derechos de los animales como seres sintientes. Es decir, los convierte en sujetos de especial protección por parte del Estado y las autoridades. Las especies protegidas son especialmente los animales vertebrados, domésticos, que son los que la ciencia ha establecido como aquellos que tienen la capacidad de sentir dolor y de expresar emociones.
Esta Ley establece además penas con cárcel y multas económicas para quienes cometan actos crueles contra cualquier animal, como quemarlos, apuñalarlos y quitarles la vida. Pero también hay numerosas maneras de abusar o causarles daño a los animales, que igualmente son sancionadas, como golpearlos, abandonarlos, dejarlos encerrados ya sea en el patio de la casa, en el carro, o inclusive, en fincas con condiciones precarias que atente contra su salud, o no brindarle la asistencia necesaria en un momento oportuno. Asimismo dejar al animal a la intemperie con frío, sol o lluvia, o dejarlo sin comer, sin agua.
Entran también las lesiones a equinos, ocasionadas por carretilleros o zorreros que les pegan o que los hacen llevar cargas pesadas, haciendo muchas veces que los animales se desmayen.
Las sanciones que estima la ley para castigar al agresor, es imponer penas de 1 a 3 años de cárcel a los maltratadores de animales y multas que van desde cinco hasta 60 salarios mínimos mensuales vigentes, dependiendo de la gravedad del caso. Puede darse un aumento de pena cuando se determina que el maltrato se ha hecho con sevicia, si se comete en vía pública o delante de menores de edad. También incluye el abuso sexual a animales o la zoofilia, y cuando el maltrato es perpetrado por un funcionario público.
Reportes de capturas en el Huila
Policía Huila, reporta que el año inmediatamente anterior realizaron 27 capturas en el departamento relacionadas con maltrato animal, y en lo corrido del 2017 van 3 capturas.
Señala que en lo corrido de este año han incautado 68 animales en estado de afectación, en el 2016 fueron 154, y se ha capturado solo una persona por traficar animales.
Revela además que los municipios más afectados por el maltrato animal lo encabeza Pitalito, les sigue Garzón, Baraya, Tello y Rivera. La mayoría de veces los casos ocurren en área veredal, por lo que la flagrancia del delito no se puede tipificar, según explicó la fuente oficial, que a su vez destacó que la falta de denuncias por parte de la ciudadanía, es el principal inconveniente que encuentran para enfrentar el maltrato animal, e instó a tener el valor civil para hacerlo.
Por su parte la Policía ambiental de la Metropolitana de Neiva, reporta 4 casos de maltrato animal en Neiva y 1 en Palermo con capturas en lo que va de 2017. El año pasado reportó solo 1 caso en cada uno de estos municipios.
Una fuente oficial manifestó que faltan los medios logísticos para hacer aplicar la Ley, así como más integralidad de las instituciones, y la contratación por parte del Municipio de personal facultado como peritos en la atención de los casos a los que hace acompañamiento la policía ambiental.
“Cada alcaldía está obligada a adaptar y mantener espacios adecuados para cosos municipales, centros de zoonosis, hogares de paso para todos los animales que se ven de una u otra manera afectados, acá en Neiva a la fecha no hay coso municipal, si en estos momentos llega a presentare un caso de maltrato animal, vemos un caballo deambulando por la calle, un perro lacerado no sabríamos adónde acudir para llevarlo, en ese aspecto estamos maniatados. Antes nos apoyábamos con Asoanimales que nos permitía llevar a sus instalaciones los animalitos porque la Alcaldía tenía un convenio con ellos pero ya se acabó. Sin instalaciones no se puede hacer casi nada y la Ley que protege a los animales no es efectiva.”
Recursos y acciones limitadas
Y es que basta con dar una vuelta por los albergues para animales existentes para darse cuenta que la susodicha Ley ha funcionado muy poco en el Huila. Asoanimales es uno de ellos, a diario conoce de cerca y atiende los casos de descuido humano que les siguen dando a estos seres sintientes.
La entidad sin ánimo de lucro que vela por la protección y el cuidado de los animales a los que rescata de condiciones terribles y procura darles unas mejores a través de la adopción, inició esta difícil labor hace 6 años. Actualmente da albergue, alimentación, medicamentos y mucho amor a 440 perros y 200 gatos. Lo titánico de la Asociación, es que subsiste con recursos propios y los pocos aportes económicos y materiales de personas y empresas que se solidarizan con la causa. Sin embargo a veces no son suficientes.
Así lo afirma Sonia Montero, directora de Asoanimales. “La gente sigue siendo un poco inhumana en este tema del maltrato animal, creen que el refugio es un salvavidas, pero esto es un problema de todos, y todos estamos en la obligación de protegerlos. Todos los días vemos muchas intenciones y pocos hechos. Yo invito a los ciudadanos para que salgan de su comodidad y hagamos algo más por los animales que nos necesitan. Esto no se trata simplemente de comentar por redes sociales, o de llamar incansablemente para que rescatemos animales, se trata de compartir la responsabilidad con todos”.
La directora señala que el maltrato animal es además un problema de poco interés para los políticos.
El año pasado el Municipio de Neiva adquirió un convenio por seis meses con Asoanimales para que funcionara como coso municipal, el cual caducó el diciembre anterior. “La gente con ese convenio nos vetó porque creen que nos llenamos de plata pero eso no es cierto porque la demanda de alimento, de medicamentos, el recurso humano no nos da para subsistir. Las necesidades son muchas y es injusto porque así como hay plata para otras cosas, las ayudas del Estado deberían de ser permanente como un derecho, y no estar sujetos a esperar un convenio. Y a diario son más los animales que nos dejan abandonados en la puerta del refugio, que los que se llevan en adopción”.
En Pitalito
En Pitalito la problemática no es mejor. Allí se ubica hace 16 años el Refugio Santa Marta, que con las uñas y sin el apoyo institucional alimenta y brinda amparo a 400 perros, 35 gatos, 12 caballos y 3 cabras. Su director Alex Alonso Tang Valdes, considera a Pitalito como el municipio de Colombia donde más se maltrata a los animales y hay un desconocimiento total por parte de la administración municipal por implementar políticas de protección y bienestar.
“Cómo es posible que un municipio que no tiene más de 200 mil habitantes, nosotros como refugio rescatemos diariamente mínimo 10 animales enfermos, accidentados, abandonados en tulas con sus bebés a la orilla de las carreteras. Desde enero de 2017 se han rescatado 135 perros, existe una indiferencia enorme por los peluditos de cuatro patas”.
El Refugio Santa Marta mantuvo el año anterior por algunos meses la administración del coso municipal, esto les generaba algunas ganancias para su sostenimiento, pero ahora el lugar pasa por una profunda crisis de falta de apoyo. Tang Valdes es el único que continúa al frente de la misión, pues los demás trabajadores desertaron al no tener cómo pagarles, por eso clama de la comunidad ayuda no solo económica sino también del trabajo voluntario.
“En un día se necesitan 7 bultos de concentrado para darles de comer a los perros, muchas veces no se logra conseguir y se van a dormir con su barriguitas vacías. También a los enfermos de les debe suministrar medicamentos, que son unos 60 mil pesos diarios”, dice angustiado este licenciado en Física, quien ofrece clases de matemáticas, física, química, ensayos, tesis y monografías de grado, y páginas web a cambio de concentrado.
Huella Animal Agrado
En el municipio de El Agrado, un grupo de jóvenes en su mayoría docentes, han creado el Hogar de paso Huella Animal, un bonito proyecto para mejorar las condiciones de vida de estos animales desprotegidos. A través de campañas recolectan alimento para 11 perros rescatados.
“Aquí hay demasiado animal abandonado, los echan a la calle o los mantienen amarrados. Las entidades que deberían encabezar la protección de los animales no lo están haciendo, hace falta este apoyo para hacer respetar los derechos de los animales”, dice Oscar Daniel Castaño Motta, presidente del hogar de paso.
Con sus acciones, tratan de minimizar en parte esta problemática. “Los caballos son maltratados por los zorreros, pero si se los quitan también privan a estas personas de conseguir su sustento diario. Allí es donde tratamos de buscar estrategias para que no sigan maltratando al animal pero a la vez que puedan continuar las personas con su trabajo”
Autoridades y Fundaciones protectoras de animales coinciden en afirmar que una de las mayores razones por las que siguen ocurriendo casos de maltrato hacia animales es que la ciudadanía no denuncia, ya sea por temor a represalias o porque desconoce que también hay Ley para los maltratadores. A ello se suma que la comunidad no ha tomado conciencia de su responsabilidad.
Cultura de la adopción
Perritos viejos, que no son de raza o tienen alguna condición física, son los más difíciles de adoptar, negándoles así la oportunidad de tener un hogar que les brinde amor y cuidado, señala Sonia Montero, directora de Asoanimales.
“Las personas andan buscando siempre razas, no quieren pasar por la pena de mostrar un perro criollo, pero en los refugios estos son los que abundan”, manfiesta.
Según la Directora, han tenido casos donde la gente adopta los perros de poco tiempo de nacidos, pero cuando ya crecen los devuelven porque se convierten en un estorbo.
“Aconsejo que antes de adoptar un perrito hagan conciencia de qué es lo que buscan con eso, para después no botarlo o maltratarlo. Entender que ahora hay una ley que los protege y vamos a seguir haciendo hasta lo imposible para hacerla cumplir y educar a las personas sobre la tenencia responsable de animales y la importancia de la esterilización para que no deambulen en cantidad en la calle”, señala Montero.
Casos como el de esta gata enferma y con gusanos, son las tristes historias que atiende los refugios de animales.
Neiva actualmente no cuenta con coso municipal.
Gata con sus crías en un costa, rescatados al lado de una carretera donde habían sido abandonados.
Huella Animal Agrado, realiza campañas de recolección de alimentos para perros.
El Refugio Santa Marta en Pitalito alberga a unos 400 perros.