El jefe del poderoso Cartel del Caquetá, Leonidas Vargas, fue asesinado hoy hace ocho años, en un hospital en Madrid (España), creyendo que no regresaría a prisión.
Sin embargo, cuando se preparaba para una intervención quirúrgica, un sicario paisa, incursionó al quinto piso del Hospital 12 de Octubre en la capital española, sacó una pistola con silenciador y le propinó cuatro impactos.
El narcotraficante caqueteño, socio de Gonzalo Rodríguez Gacha (‘El Mejicano’) y Pablo Escobar murió al instante, en la misma habitación que compartía con otro paciente. Las promesas de supuesta ‘colaboración’ con la justicia que había anticipado se dilataron en medio de la ‘vendetta’ que siguió cobrando víctimas.
En esa guerra entre narcos colombianos, una semana después, el 14 de enero de 2009, su hermano, Héctor Fabio Vargas fue asesinado por sicarios en la vía Pradera-Palmira (Valle), junto a su novia, la exreina Nacional del Bambuco, Liliana Andrea Lozano Garzón.
Ocho años después, los móviles y responsables, se diluyeron en un halo de misterio, que sigue rondando.
Cuatro años después del crimen del capo caqueteño, ocurrido el 8 de enero de 2009, la justicia española condenó a los autores materiales. Pero no esclareció a los autores intelectuales, quienes pagaron por el brutal crimen.
Los sicarios, todos colombianos, purgan actualmente penas entre 23 y 26 años de prisión. El Tribunal Supremo dejó en firme una sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid el 25 de enero de 2013, que los condenó por el delito de asesinato alevoso mediante precio.
Los condenados
El autor material, Jonathan Andrés Ortiz, un sicario antioqueño de 32 años, quien confesó su participación fue condenado a 25 años y nueve meses de cárcel. Jonathan Montoya Rendón y Alexander Salazar Cortés fueron ambos condenados a 24 años y tres meses y José Jonathan Fajardo Ospina recibió una pena de 23 años y seis meses de prisión.
Ortiz llegó el 8 de enero a Madrid, a la casa de su novia Yuli Carolina Oliveros, en Torrejón (afueras de Madrid). Y, según el expediente, a las 7 de la noche lo recogió Alexander Salazar, alias 'Chucky' (37 años), le entregó el arma y lo llevó al hospital eliminar al capo caqueteño.
Según la policía, el crimen se debió a un ajuste de cuentas entre narcotraficantes colombianos radicados en España. Tres secuestros ocurridos semanas atrás en el Huila habrían estado relacionados con ese caso.
Jonathan Andrés Ortiz, autor material.
Cuentas pendientes
El jefe del Cartel del Caquetá había sido detenido en Madrid en julio de 2006 a la salida de un hotel en un proceso que se adelantaba por la incautación de un cargamento de 500 kilos de cocaína. Esa incautación habría sido otra de las razones.
En el momento de su asesinato, Vargas estaba en libertad bajo fianza por motivos de salud, a la espera de juicio una vez que finalizara la instrucción de su caso. Pero no alcanzó. Algunos rivales le cobraron las cuentas pendientes que no paró la guerra.
La cita fatal
Sin saber que jamás regresaría viva, la ex reina Nacional del Bambuco Liliana Andrea Lozano Garzón, salió apresuradamente de Neiva, a cumplir una cita fatal.
Después de celebrar en familia el nuevo año en la capital opita la ex reina Nacional del Bambuco Liliana Andrea Lozano Garzón, viajó a Bogotá a cumplir una cita fatal. La soberana nacional, de 31 años, se despidió de sus padres Luis Carlos Lozano y Dora Garzón, con quienes departió en el barrio La Gaitana de Neiva.
Sin embargo, el sábado siguiente, la hermosa caqueteña apareció asesinada cerca de Cali, con Héctor Fabio Vargas, el hermano menor de Leonidas Vargas Vargas, el capo caqueteño asesinado días antes en Madrid, España.
Los cadáveres fueron encontrados dos días después, en un callejón, rodeado de cultivos de caña, en el corregimiento La Ruiza, en la vía entre los municipios de Pradera y Palmira, Valle.
Los dos cadáveres estaban amarrados de pies y manos y con visibles señales de tortura. Ninguno tenía identificación.
El occiso, de 47 años, había llegado el viernes 10 de enero, procedente de España. Un día antes llamó a la soberana nacional del Bambuco y le puso la cita fatal.
Meses antes Vargas se entrevistó con varios agentes de la DEA, en la cárcel de Navalcarnero (Madrid). Los federales sabían que el capo caqueteño, con una grave afección pulmonar, había anunciado su intención de colaborar. “No quiero morir en la cárcel”, habría dicho meses antes de haber sido asesinado, aparentemente, por miembros del ‘Cartel de Saladoblanco’.
Liliana Andrea Lozano, exreina del Bambuco//FOTOS LA NACION