El Huila, según el mapa de riesgos, está entre los departamentos con alta probabilidad de ocurrencia de deslizamientos y movimientos de remoción en masa, como ha ocurrido en los últimos 30 años.
Los 25 eventos registrados en las dos primeras semanas del año ponen en evidencia la alta vulnerabilidad del Huila, la fragilidad de los ecosistemas, y las debilidades en la gestión del riesgo.
Aunque parezca insólito, ninguno de los municipios incorporó la gestión del riesgo en sus planes de ordenamiento territorial, ni en los planes de desarrollo, lo que representa una enorme falencia, en términos de instrumentos de gestión pública.
Los 37 municipios del Huila, adicionalmente, son altamente propensos a amenazas por erosión, erupciones volcánicas, deslizamientos, crecientes torrenciales, avalanchas, crecientes súbitas, desbordamientos, inundaciones e incendios forestales como ocurre en las terrazas del río Magdalena y en las 18 cuencas hidrográficas.
HUILA VULNERABLE
Los eventos naturales ocurridos en los últimos días ratifican la alta vulnerabilidad del Huila, el deterioro de las cuencas hidrográficas y la grave problemática ambiental que se ha venido acrecentando sin que se tomen las medidas y se ejecuten las inversiones que correspondan.
El Huila, según un estudio del Departamento Nacional de Planeación figura entre las regiones con los mayores riesgos. En ocho años (2006-2014) reportó 1.164 eventos con 105 muertos y 113.873 damnificados por desastres.
Durante este periodo 1.884 viviendas fueron afectadas y 825 vías destruidas. Los departamentos con mayores afectaciones sobre la infraestructura vial por deslizamientos han sido Huila, Nariño, Cundinamarca, Santander y Cauca. Estas afectaciones representan el 66% del total de vías impactadas.
Otro reporte oficial de la Gobernación del Huila reseña los desastres ocurridos en 32 de los 37 municipios del Huila, durante la pasada ola invernal, que dejaron 231.786 damnificados, 67 viviendas averiadas, tres centros educativos afectados, siete acueductos impactados y la destrucción de vías terciarias y puentes. Solo se impulsaron proyectos de vivienda. La infraestructura básica colapsada no se ha recuperado.
OBRAS SIN MITIGAR
La pasada ola invernal cambió el rumbo de la política ambiental y del riesgo del país, pero no logró mitigar los efectos. Muchas de las obras priorizadas, en el caso del Huila, no pudieron ejecutarse. Los daños causados en la infraestructura siguen latentes.
La mayoría de los puentes y acueductos rurales arrasados por las avalanchas no han sido reconstruidos.
El alcalde Algeciras, Javier Rivera admitió que esta temporada de lluvias vuelve a arreciar sin que se hayan recuperado las zonas afectadas durante la pasada ola invernal.
“Tenemos tres puentes en la zona de Quebradón que no han sido reparados. Hoy tenemos unos estudios y diseños para su reparación con recursos de regalías. En la vía principal el río Neiva se llevó otros dos puentes que hoy, seis años después, tampoco han sido reparados. Además otros temas como viviendas destruidas, acueductos rurales impactados nunca fueron reconstruidos”.
“Los puentes arrasados-afirmó- han sido reemplazados por las comunidades por puentes de madera, como en la época arcaica, los vehículos tienen que pasar por el lecho del río. Todavía seguimos insistiendo para terminarlos. Es lamentable, durante seis años las comunidades siguen padeciendo estas calamidades. Esperamos que ahora con los programas del posconflicto, el gobierno nacional, le tienda la mano a Algeciras, uno de los municipios más afectados con el conflicto armado”, anotó Rivera Cortés.
Lo mismo ocurre en regiones afectadas por los fenómenos climáticos como Vegalarga, San Luis o Santana Ramos, entre Algeciras y Puerto Rico (Caquetá), consideradas como grandes despensas agrícolas.
AMENAZAS LATENTES
Los fenómenos de remoción en masa, que ocasionaron la desaparición física de muchas fincas cafeteras en cinco veredas de Timaná, siguen vivos. Desde el 2012 cuando se registró el hundimiento de la tierra en la región de El Tobo, no se han adoptado las medidas de atención social de la emergencia ni las obras de mitigación.
“El plan dispuso la reubicación de 242 familias afectadas. Solo se logró el trasladado de 88 familias. Falta el 70 por ciento por reubicar. Quedaron pendientes unas obras de mitigación en el río Timaná por la falla geológica de Tobo, solo hay un estudio en proceso. Se construyó un jarillón en el río. Ese fenómeno de remoción en masa sigue vivo”, confirmó el alcalde de Timaná, Juan Bautista Rojas.
SEGUIMOS ESPERANDO
En Colombia (Huila), afectada por avalanchas y remociones en masa, afronta delicados problemas, agravados por los daños que ocasionó un fuerte sismo registrado el 30 de octubre de 2016. “El Servicio Geológico Colombiano ordenó la realización de un estudio geotécnico de detalles para proyectar obras de contención, pero el municipio no cuenta con esos recursos y la amenaza sigue latente. Seguimos en espera”, aseguró la alcaldesa, Adela Guzmán.
La vía hacia Santana donde se presentaron eventos de fracturamiento de gran magnitud, así como la pérdida local de la banca, aumentó notablemente los niveles de susceptibilidad y genera amenazas de movimientos de remoción en masa, según el reporte que le remitió Gloria Ruiz, directora técnica de Geoamenazas de la entidad.
Los daños ocasionados en octubre del año pasado por el desplome del puente sobre el río Ambicá, en el sector de ‘El Milagro, no están conjurados.
“Se instaló un puente provisional, se realizaron obras de prevención, se construyeron gaviones. Quedan pendiente la construcción de unas viviendas que deben reubicarse”, precisó la funcionaria. De la emergencia pasada quedan vías terciarias, acueductos afectados, obras de arte colapsadas, sin que se hayan corregido”.
A pesar de la alta vulnerabilidad, el Huila no ha definido una ruta clara para atención y prevención de emergencias.
No hay gestión del riesgo
A pesar de la alta vulnerabilidad, la gestión del riesgo es incipiente. Este componente no figuraba, curiosamente, en los esquemas de ordenamiento territorial.
Actualmente, sólo seis municipios actualizaron el Plan de Ordenamiento Territorial lograron que los concejos lo aprobaran.
“Los restantes 31municipios, incluido Neiva, no cuentan con los estudios de amenaza, vulnerabilidad y gestión del riesgo como lo requirió el Gobierno Nacional”, aseguró el jefe de planeación, Armando Saavedra.
Los municipios se rigen por los planes aprobados hace 19 años, sin que hayan sido actualizados.
Sólo los municipios de San Agustín, Altamira, El Pital, Tesalia, Yaguará y Palermo tienen sus esquemas y planes de ordenamiento territorial. Sin embargo, como ocurre con el resto de municipios del Huila, ninguno tiene incorporado el mapa de amenazas ni la gestión del riesgo, esenciales hoy para la planeación territorial.
“Los alcaldes y entidades territoriales deberán integrar en la planificación del desarrollo local, acciones estratégicas y prioritarias en materia de gestión del riesgo de desastres, especialmente, a través de los planes de ordenamiento territorial, de desarrollo municipal o distrital y demás instrumentos de gestión pública", advirtió el director del DNP, Simón Gaviria.
No obstante, en la mayoría de los municipios del país, el fenómeno sigue igual. En Neiva, durante la anterior administración, se inició el proceso pero quedó a media marcha porque no se había incorporado la gestión del riesgo.
Numerosos puentes arrasados por viejas crecientes siguen esperando la reconstrucción.