“Si necesita que le llevemos un bulto de papa o de cebolla hasta Mercaneiva, le cuesta 3.000 pesos”, aseguró ‘Camilo’, un joven de 16 años de edad que abandonó sus estudios desde hace varios meses para dedicarse a laborar, mientras recorre los distintos graneros de Surabastos en Neiva.
El dinero por el que venden su fuerza y realizan dicha actividad ilegal es insignificante. “Para llevarle el bulto del granero o la surtidora al carro del cliente, le cuesta 1.000 o 2.000 pesos, depende de lo que quiera dar la persona”, agregó ‘Camilo’, quien además explicó que empezó a laborar porque su padre también lo hace en la principal central de abastos de la capital huilense.
“No volví al colegio porque me sacaron por indisciplinado; estudié hasta el grado décimo. No me gusta el estudio y por eso me dediqué a trabajar. Con el dinero que me gano me doy mis gustos y ayudo en la casa”, puntualizó el joven.
Este caso refleja el preocupante panorama del flagelo del trabajo infantil en la capital huilense, que de acuerdo con cifras reveladas recientemente por el Dane registró en el 2012 5.000 menores entre los 5 y 17 años dedicados a laborar, mientras que 7.000 manifestaron realizar trabajo infantil ampliado o por oficios del hogar.
Duro panorama
Pese a que las cifras del Dane reflejan una importante reducción en comparación con los casos registrados en 2011 en la capital huilense, cuando la tasa de trabajo infantil alcanzó los 11.000 casos (reducción del 220 por ciento en el 2012), para las autoridades locales el tema sigue siendo de mayores ligas.
Tatiana Andrea Forero, directora Territorial Huila del Ministerio de Trabajo, manifestó que se tienen identificados 859 casos catalogados como peores formas de trabajo infantil. Sin embargo, el estudio se hizo hace varios años. La funcionaria afirmó que es necesario actualizarlo, debido a que la mayoría de menores a los que se les hizo seguimiento ya son adultos jóvenes.
“A través de un plan piloto que se hizo hace algunos años y que toca actualizar, identificamos menores en plazas de mercado, en ventas ambulantes, ventas callejeras. En las temporadas de San Pedro en pesebreras y palafreneros en las diferentes cabalgatas. Hemos evidenciado casos de reclutamiento por parte de grupos al margen de la ley, el reclutamiento para la prostitución, trata de blancas y hasta minería”, indicó Forero.
Para Ferney Ducuara, secretario de Gobierno de Neiva, pese a la reducción en el número de casos de trabajo infantil reportados por el Dane, temas como el desplazamiento forzado explican el gran número de menores en sitios como semáforos, dedicados a ventas ambulantes o a pedir dinero.
“A pesar de que hay una reducción significativa, nosotros no podemos perder de vista que Neiva es una ciudad intermedia, es la metrópoli del surcolombiano, porque convergen muchas personas de otras regiones. Hoy la ciudad tiene un elevado número de desplazados; pasamos de 54.000 a 65.000”, dijo el secretario de Gobierno.
De acuerdo con el funcionario, la población desplazada influye notoriamente en las cifras de trabajo infantil, debido a las difíciles condiciones socioeconómicas que enfrentan en sus hogares y que obligan a gran parte del núcleo familiar a laborar.
“Son personas que han dejado sus tierras y sus bienes en otras regiones como Tolima, Caquetá y Putumayo, y se han trasladado a las zonas periféricas de la ciudad. La mayoría son familias cuyos integrantes no tienen empleo y llegar a ubicarse en una nueva ciudad es difícil; todos esos factores motivan el hecho de que sus hijos menores tengan que salir a buscar empleo, pese a su condición de infantes”, puntualizó Ducuara.
Libros por bultos
En sitios como Surabastos, a diario se observan menores laborando.
‘Juan’ es otro de los tantos menores que laboran en las bodegas de Surabastos. Mientras carga un bulto de cebolla hacia uno de los graneros de Mercaneiva, cuenta que lleva tres semanas en el oficio de cotero. Explica además que antes laboró en el campo. “Antes trabajé en el campo, desde que tenía 10 años, pero allá el trabajo era suave. Estoy trabajando en Surabastos porque en otras partes no dan trabajo”.
El joven de 16 años, quien cursa grado sexto en el colegio Juan de Cabrera, jornada sabatina, agrega que las necesidades de su hogar no sólo lo motivaron a ayudar con el sustento de la familia sino que se vio obligado a estudiar los fines de semana para poder laborar.
“Trabajo para poderme ayudar con los libros, y apoyar con algunas cosas en la casa”. Mientras tanto en otra de las bodegas ‘Camilo’ permanece atento a cualquier oficio que le salga. El menor asegura que como él hay otros adolescentes que a diario prestan sus servicios. “Mis amigos son 10, pero hay más gente, más de 20 por todos; todos trabajamos en lo mismo”.
Combatiendo el flagelo
El programa Proniño que adelanta la Fundación Telefónica en Neiva es una de las estrategias que buscan erradicar el trabajo infantil. De acuerdo con cifras oficiales de la fundación, se viene realizando un proceso de acompañamiento a por lo menos 950 menores inmersos en el trabajo infantil y sus peores formas.
El panorama es poco alentador. De los 813 casos que tiene registrados la fundación, 699 corresponden a menores de 15 años de edad en el mundo laboral; los restantes 114 están el en rango de edad entre 16 y 17 años.
De los casos identificados, 10 corresponden a estrato 0, mientras que en estrato uno hay 751 casos, y 52 de estrato 2. Por lugares de residencia, la comuna Diez registra el mayor número de casos (286), seguida de la comuna Nueve (241), comuna Seis (145), y comuna Ocho (88).
“Lo que hace la fundación es sacar a los niños del trabajo y ponerlos a estudiar en las distintas instituciones educativas; que además dispongan de útiles, de merienda, de actividades extracurriculares y cuadernos. En estos momentos los 950 menores que hacen parte del programa están vinculados a 29 de las instituciones educativas de la ciudad”, indicó Jesús Antonio Daza, gerente de la región suroccidente de Telefónica.
El programa cuenta además con cinco aulas virtuales en igual número de instituciones. “Los niños pueden acceder a la tecnología, tienen educación allí; trabajamos con Educared que es un portal grande dentro del esquema de conectividad para consultas e investigaciones”, indicó el funcionario.
Medidas preventivas
Vigilancia en los desfiles y prohibición de menores laborando como palafreneros en las cabalgatas, hacen parte de las medidas que las autoridades locales y las diferentes instituciones que combaten este flagelo implementarán durante las festividades de San Pedro, una de las épocas donde se hace más evidente la explotación laboral de menores de edad.
“Vamos a hacer labores preventivas en las pesebreras; ya se firmó un convenio con la Asociación de Caballistas del Huila, un pacto de colaboración para que sus asociados no vinculen niños a trabajar allí. En los semáforos tenemos campañas de sensibilización. El 12 de junio, día internacional contra el trabajo infantil, tenemos una caminata, actos lúdicos, se va a firmar un pacto entre gobernantes, autoridades y niños”, Tatiana Forero, directora Territorial Huila del Ministerio de Trabajo.
Por su parte el Secretario de Gobierno de Neiva indicó que el trabajo interinstitucional que se viene adelantando, está respaldado por normas (actos administrativos) que buscan erradicar el flagelo del trabajo infantil.
“Estas medidas son permanentes. Lo que articulamos ahora fue un trabajo especial de cara a las festividades sampedrinas para evitar que sea más alarmante y se disparen las cifras, porque para nadie es un secreto que los menores son los que venden aguardiente, son palafreneros de los caballistas, o en ventas ambulantes. Se fue enfático en que durante las cabalgatas no vamos a permitir un solo menor como palafrenero”, puntualizó el funcionario.
Ducuara indicó además que más allá de las medidas de prevención y control, la erradicación del flagelo del trabajo infantil es un proceso que depende también del grado de responsabilidad de los padres, y de la necesidad de realizar mayor inversión social para que los 5.000 niños que están laborando, abandonen semáforos, plazas de mercado y calles, para regresar a un aula de clase y a la vida que como menores deben llevar.
De acuerdo con cifras del programa Proniño de la Fundación Telefónica, 699 adolescentes, menores de 15 años de edad, están inmersos en peores formas de trabajo infantil.
Programa Proniño. Casos en Neiva, según tipo de trabajo.
FUENTE: Dane
