Desde hace diez años nueve mil millones de pesos han desfilado por las obras del Parque Isla de Aventura, un escenario que está cerrado, invadido por maleza y con pequeños elefantes blancos. El más reciente: la plaza ceremonial terminada en un 90 por ciento, según la interventoría. La Contraloría General y la Procuraduría General ya actúan porque en la última obra habría un posible favorecimiento al contratista.
¿Han visitado el Parque Isla por estos días? ¿Hace cuánto no recorren los senderos de la obra? Quienes no lo han hecho, ni insistan. No está en servicio. Y si pueden recorrer las rutas ecológicas nadie les venderá agua, menos alimentos o prestar primeros auxilios. Lo preocupante: el Parque Isla de Aventura es la obra mayormente financiada en los últimos diez años. Al menos 9 mil millones de pesos han corrido por la isla, dineros de la Alcaldía de Neiva, Gobernación del Huila, Comfamiliar, CAM y Cormagdalena, que si se examinan parecen ahogados en el Magdalena.
LA NACIÓN recorrió el terreno, cuyo lote de 1.498 millones es de propiedad de la CAM, pero que Ariel Borbón Ardila, director, cede actualmente a la Alcaldía. Las ruinas se tragan el proyecto que hoy está quieto porque no hay dinero para terminar las obras. Faltan más de 40 mil millones y no hay de dónde extraerlos.
El más reciente elefante blanco, ubicado dentro del gran elefante blanco llamado Parque Isla, es la plaza ceremonial, etapa I: una especie de río lento, con pesca alternativa y un lugar para realizar espectáculos públicos. De la obra solo se divisa el cemento, las piedras abandonadas y escondidas por el monte que se apoderó de la estructura. El río lento jamás se vio; la pesca, menos. Tampoco se presentaron espectáculos públicos. La obra jamás se inauguró.
La plaza ceremonial y los senderos del Parque Isla costaron 3.595 millones de pesos, de los cuales, 2.976 millones de pesos los donó Cormagdalena. Los restantes los entregó el ex alcalde Héctor Aníbal Ramírez (quien más recursos jalonó para el proyecto).
Cormagdalena giró el aporte a la Alcaldía. Y Ramírez Escobar, a través de una jugada hoy investigada por la Procuraduría Delegada para asuntos Públicos en Bogotá, giró el dinero a Empresas Públicas de Neiva, EPN, por medio de un contrato interadministrativo de cooperación (675/20 de diciembre de 2010). El organismo de control vigila si posiblemente se hizo para evadir la contratación pública y favorecer a algún contratista (se rumora que el favorecido fue el ingeniero John Jairo Andrade, hermano del senador Hernán Andrade Serrano, amigo personal del ex alcalde Ramírez Escobar).
Investigados
Héctor Aníbal Ramírez, alcalde; Juan Carlos Herrera, ex gerente de EPN; Amelia Monroy, ex jefe de Planeación; Hernán Manrique, jefe Jurídico, y Francisco Perdomo Arias, abogado de EPN, están investigados y ya se notificaron por edicto.
Lo cierto es que el Municipio en el contrato de cooperación entregó a EPN 2.466 millones de pesos, de los cuales, con 1.319 millones se construiría el proyecto de la plaza ceremonial. Y con 1.147 millones se construirían senderos peatonales. Plazo: 8 meses que después se extendieron a 12.
El 29 de diciembre de 2010, es decir, 9 días después de que el Municipio girara los recursos a EPN, ésta contrata con Josué Ricardo Vargas Quintero para que construya por 2.466 millones la plaza ceremonial etapa I y los senderos del escenario. El 4 de junio de 2012, ya en el gobierno de Pedro Hernán Suárez, le adicionan otros 1.128 millones de pesos al mismo proyecto. Es decir, en la misma obra se invirtieron en total 3.595 millones de pesos.
En octubre de 2012 se venció el plazo del contrato de cooperación entre la Alcaldía y Empresas Públicas. Y el contratista Vargas no tuvo otro remedio que paralizar las obras. Si continuaba era ilegal, según el ingeniero Eder Hernández, supervisor de la obra y profesional universitario de Empresas Públicas. La plaza ceremonial se ejecutó en un 90.16 por ciento. Y sobró el 10 por ciento de los recursos invertidos, es decir, 353 millones que serán devueltos al Municipio, informó la supervisión a LA NACIÓN.
¿Por qué no se aprovechó el tiempo y al menos se concluyó la obra? El interventor cree que afectó la temporada invernal.
Actualmente la plaza ceremonial no se ve en su totalidad. La maleza la carcome y amaga con esconder el cemento. Los canoeros -los únicos que recorren la zona-, se quedaron con las ganas de disfrutar el escenario.
La Contraloría General de la República, a través del organismo de control delegado para el medio ambiente, alertó por lo sucedido en un informe auditor de 2012.
Dijo “que por deficiencias de planeación, gestión y control en la investigación de los recursos del Estado origina que se ejecuten gastos en obras que a la fecha no representan ningún beneficio para la comunidad, sin cumplir el objeto del proyecto y posibles riesgos en pérdidas de recursos”.
Millonarias inversiones
Las cuentas de la Contraloría General de la República sobre inversiones en el Parque Isla son claras: 2.716 millones de pesos en diseño y construcción de obras de las orillas, embarcación turística y muelle. Los dineros eran de Cormagdalena y Alcaldía.
Además, 2.466 millones para la construcción del proyecto de la plaza ceremonial etapa I y sendero gratuito, cuyos recursos fueron del Municipio y Cormagdalena.
Otros 1.060 millones los destinó la Gobernación, Alcaldía, Comfamiliar y la CAM para la ejecución del concurso que permitiera seleccionar el anteproyecto arquitectónico y contratación y estudios técnicos definitivos del Parque Isla.
Comfamiliar del Huila inyectó 917 millones para liderazgo, acompañamiento institucional, administrativo y técnico requerido. Y otros 465 millones se destinaron para la adecuación y construcción del Parque Isla para la educación y desarrollo ecoturístico.
Aún hay más. Se pagaron otros 480 millones de pesos en la adecuación, construcción del Parque Isla, río Magdalena para la educación y desarrollo ecoturístico. Otros 539 millones se giraron a la arquitecta Diana Wiesner, para realizar estudios y diseños económicos, sostenibilidad, diseños paisajísticos arquitectónicos, estructurales, de suelos, y presupuestos de la primera etapa del proyecto. Y otros 621 millones en diseño y construcción de equipos fluviales.
Interrogantes
De todos estos dineros invertidos, ¿qué hay hoy? ¿Es justo que el escenario esté cerrado y estructuralmente no haya nada para observar? Ariel Borbón, director de la CAM, responde que los proyectos grandes son complejos. Y más cuando requiere el apoyo de varias entidades públicas.
“Neiva necesita el Parque Isla, lo demuestra el estudio…”, destaca el ingeniero, quien resalta que sí hay avances importantes en la obra. “Hoy tenemos diseños definitivos y un estudio financiero serio que dimensiona el valor del proyecto”. El paso a seguir, según Borbón, es no perder el entusiasmo con el proyecto y hacer gestión económica con entidades públicas y privadas para sacar adelante la obra…”. Lo que necesita el Parque Isla es aliados, concluye.
Lo cierto es que la inversión requerida para terminar la obra no es de poca monta. De entrada faltan 8.000 millones de pesos para construir un puente peatonal (donde solo transite una ambulancia en caso de emergencia) que una la Avenida Circunvalar con el Parque Isla, reporta Edilberto Sánchez, director de la Oficina de Desarrollo Rural de Neiva. Ariel Borbón no ve necesario el puente peatonal. “El atractivo del Parque es la navegabilidad por el Magdalena”, dice.
“El alcalde Pedro Hernán Suárez tiene la voluntad de terminar la obra”, anuncia Sánchez. Y agrega que las obras están y hace falta recoger arenas por crecimiento del río y limpiar la maleza para que el escenario se vea mejor. “Ya pueden caminar por allá, solo falta hacerle un mantenimiento normal que no se ha hecho…”.
Lo cierto es que el restaurante y las casas típicas, construidas por la CAM, cuando compró los terrenos y empezó a invertir en la obra, gracias al aporte de Cormagdalena, también desaparecen en medio del olvido. ¿Alguien puede salvar el proyecto? La Contraloría General de la República está encima del descuido de la obra causado en los últimos cuatro años. Las inversiones de hace diez años, no las puede auditar el organismo de control. Prescribieron.
“El Parque Isla, una preocupación de este gobierno”
Óscar Eduardo Bermeo, director de Planeación de Neiva, habló con LA NACIÓN del descuido y abandono del Parque Isla.
¿Qué se necesita para terminar el Parque?
Buscamos una conectividad a través del río. El puente peatonal es algo fundamental, un proyecto al que le buscamos los recursos económicos, inversión público–privada. Pretendemos que el Parque Isla, después de construido, sea auto sostenible, genere ingresos. Es decir, una administración, una gerencia, queremos inversionistas que implementen los atractivos que se instalarán.
Pero hablamos de lo que será el Parque Isla y no de cómo terminarlo.
Inscribimos un proyecto ante la OCAD de Cormagdalena por más de 11 mil millones de pesos, donde incluimos varias obras turísticas, de navegabilidad por el río, de donde saldrán dineros que podrían financiar parte de la obra.
¿Qué pasa con el Parque? Todos le invierten, pero hoy está cerrado, olvidado y consumido en el abandono.
Esa es una de las preocupaciones de nuestro gobierno. Se le invierte y se le invierte y el dinero se ve aislado. Pareciera que la inversión no tuviera el resultado que uno pretende. El proyecto es ambicioso, requiere de buenos recursos, pero debe aterrizarse. Hay inversiones en senderos y una plaza ceremonial que no se ha terminado. Ya, cuando se acabe, podemos definir su uso y hacer del parque un lugar visitado.
Pero ya en este San Pedro será imposible visitarlo.
Es imposible en este San Pedro, pero queremos hacer del parque un atractivo turístico que pueda ser visitado en el menor tiempo posible, que genere sus propios recursos y sea auto sostenible.
“Me siento inhabilitada en opinar porque no tengo certeza de lo que me informa. Lo único que hice fueron los diseños que eran viables, sostenibles.”
“El proyecto Parque Isla es totalmente ejecutable, yo creo que han dependido de otro tipo de causas que desconozco”.
“Uno espera como arquitecto que las obras se hagan tal cual uno las ha diseñado, pero realmente no puedo opinar de lo que ha pasado porque no conozco lo que ha sucedido”.
Arquitecta Diana Wiesner, diseñadora, proyecto Parque Isla.
