En los tiempos actuales se puede decir que un número considerable de adolescentes, inician sus relaciones sexuales durante la etapa del noviazgo. En ello influye, el encontrarse al interior de sociedad que cada día se muestra más permisivo, tener una familia donde la ausencia o negligencia de los padres se hace más evidente y contar con medios de comunicación, que alientan de diversas maneras la expresión sexual.
Para que los jóvenes asuman una sexualidad responsable y aprendan a decidir conforme a los preceptos morales o religiosos transmitidos al interior de sus hogares y para la correcta expresión de sus sentimientos eróticos, se hace necesaria la guía de los padres de familia o adultos responsables de los mismos, inculcar valores como la honestidad, el respeto por sí mismo y los demás, a fin que comprendan que el respeto por el prójimo, se encuentra por encima del placer o el erotismo personal.
Al interior de las familias se deben abolir mensajes doble moral, donde se incentiva o promueven a los hijos varones para que tenga relaciones sexuales con trabajadoras sexuales (a veces llamadas despectivamente prostitutas), mientras no intenten tener relaciones sexuales con la novia oficial y motivar entre otras cosas la reflexión sobre sus prácticas sexuales y sobre los riesgos que conllevan.
Para abordar este tema, atender las dudas y situaciones que enfrentan los adolescentes es necesario aprender a escuchar sus necesidades, ayudarles a encontrar una solución, evitar comentarios o gestos que expresen crítica, ironía, burla, sarcasmo o desprecio hacia temas relacionados con la sexualidad. Propiciar ambientes de cordialidad, respeto y confianza, donde puedan expresar sus sentimientos, ganarse su confianza y conocer sus deseos y dudas frente a este tema. Aunque a veces no resulte fácil hacerlo, es mejor que los padres lo sepan de boca de sus hijos, que sean quienes orienten y eduquen en esta etapa inicial.
Escuchando las voces de algunos jóvenes, manifiestan que la sexualidad vivida actualmente se deriva de la curiosidad o la presión social, la ven la como algo natural del ser humano. Fomentar en ellos los valores de la responsabilidad, fortalecer su proyecto de vida, trabajar autoestima, mantener una comunicación permanente, tener claro qué tipo de educación y ejemplo de vida se ofrece a los hijos frente a este tema, ayuda a los padres de familia asumir el reto de educar y manejar la presión que ejercen os medios de comunicación en las personas y en especial en la familia, de tal manera que se logre la práctica de una sexualidad responsable y consciente.