La conferencia internacional de “Amigos de Siria” pidió en Túnez el fin inmediato de la violencia y nuevas sanciones contra el régimen del presidente Bashar al Asad. La conferencia internacional de “Amigos de Siria” pidió en Túnez el fin inmediato de la violencia y nuevas sanciones contra el régimen del presidente Bashar al Asad. El grupo de 60 países –con la ausencia de Rusia y China– pidió al gobierno de Damasco un “cese inmediato de toda forma de violencia” para permitir el ingreso de ayuda humanitaria destinada a los civiles afectados por la violencia. TÚNEZ (AFP) – Estados Unidos y Francia multiplicaron en Túnez sus advertencias a Siria, a la que amenazaron con una serie de sanciones, al tiempo que Túnez y Catar propusieron el envío a Siria de una fuerza árabe para poner fin a las masacres del régimen de Bashar al Asad. En la conferencia internacional sobre Siria en Túnez, el país que dio origen a la Primavera Árabe, fueron los representantes tunecino y catarí los que propusieron la creación de una “fuerza árabe” que actúe en Siria en el marco de la Liga Árabe. Pero la creación de semejante fuerza debería obtener el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU, recordó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé. “Algunos hablan de esa hipótesis. Es el Consejo de Seguridad el que debe dar luz verde a semejante operación”, declaró Juppé a la prensa, precisando que esta iniciativa no se había valorado en los trabajos a puerta cerrada de la conferencia internacional sobre Siria. Más de 60 países participan en la reunión, con Rusia y China como grandes ausentes. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, afirmó que la comunidad internacional debe trabajar para que Rusia y China cambien su posición respecto de las medidas contra el régimen sirio. “Debemos hacer que cambie la posición de Rusia y China”, dijo Clinton a la prensa tras la conferencia internacional sobre Siria que se llevó a cabo en Túnez. “Tienen que comprender que se están poniendo en contra de las aspiraciones no solo del pueblo sirio sino de toda la ‘primavera árabe'”, declaró. Clinton advirtió al presidente sirio Bashar al Asad que “pagará un alto precio por ignorar la voluntad de la comunidad internacional y violar los derechos humanos de vuestro pueblo”. La jefa de la diplomacia estadounidense abogó por incrementar “las prohibiciones de viajar a los altos responsables del régimen (…), congelar sus haberes, boicotear el petróleo sirio, suspender cualquier nueva inversión y estudiar el cierre de embajadas y consulados”. Su homólogo francés, Alain Juppé, apostó por reforzar las sanciones para “someter” a Damasco. “A partir del lunes (en Bruselas) tomaremos nuevas medidas fuertes, especialmente el bloqueo de los haberes del Banco Central Sirio”, precisó. En la conferencia, según Juppé, se condena “sin ambigüedad la brutal represión del régimen”, se reafirmará “el apoyo a la Liga Árabe y a su plan de paz” y se mostrará el apoyo “a la oposición y al Consejo Nacional Sirio”, principal movimiento formado por diferentes corrientes de la oposición siria. El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Saud al Faysal, fue más allá y calificó como “excelente” la idea de armar a la oposición siria, “porque necesitan protegerse”. Envío de una fuerza árabe Estas presiones suponen un contrapunto al llamado de Catar, influyente emirato de Oriente Medio, y Túnez a favor de la creación de una fuerza árabe de intervención en Siria. “Queremos que esta reunión sea el inicio del cese de la violencia en siria y esto no puede ocurrir si no es con la formación de una fuerza árabe internacional que garantice la seguridad, abra corredores de ayuda humanitaria para llevar ayuda al pueblo sirio y aplique las decisiones de la Liga Árabe”, expuso el jefe de la diplomacia catarí, el jeque Hamad bin Jassim al Thani. El presidente tunecino, Moncef Marzuki, aseguró por su parte que “la situación actual exige una intervención árabe en el marco de la Liga Árabe, una fuerza árabe para preservar la paz y la seguridad, y para acompañar los esfuerzos diplomáticos con vistas a convencer a (el presidente sirio) Bashar de que debe irse”. Marzuki también pidió que se conceda “inmunidad judicial” al presidente Asad y a su familia, y mencionó un eventual refugio en Rusia para el dirigente sirio. Los participantes en la conferencia de Túnez (Estados Unidos, la Unión Europea, los países de la Liga Árabe, Turquía y diversos movimientos de oposición siria) deben buscar una salida al conflicto, un plan de ayuda humanitaria, el reconocimiento de la oposición siria y el apoyo a la transición democrática. Clinton anunció que su país ofrece 10 millones de dólares en ayuda humanitaria urgente, principalmente alimentos y medicinas, para que la crisis siria no “se convierta en la mayor catástrofe” de la historia. La televisión estatal siria calificó a los participantes en esa reunión de “enemigos de Siria” y de “amigos de Estados Unidos e Israel”. Siria vive desde mediados del pasado mes de marzo una revuelta popular sin precedentes contra el régimen de Asad, cuya represión provocó ya más de 7.600 muertos, según organizaciones humanitarias. En Siria, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Media Luna Roja siria se encontraban el viernes por la noche en Baba Amr, un barrio rebelde de Homs, para evacuar a las víctimas de los bombardeos, entre ellos los dos periodistas occidentales heridos y los cuerpos de los otros dos reporteros muertos. Hillary Clinton, secretaria de Estado norteamericana