Que nos digan hoy que en los recientes 40 años fueron víctimas del abominable delito del secuestro, en Colombia, aquí en nuestro suelo, casi 40 mil personas, es decir en promedio 1.000 seres humanos por año privados injusta, dramática y violentamente de su libertad, debe llamarnos no solo a mostrar nuestro asombro y perplejidad sino, y sobre todo, a manifestar con todo énfasis el más contundente rechazo a esa práctica usada como táctica de guerra, como renta económica tanto para el conflicto como el sostenimiento de bandas criminales o como elemento de venganza y retaliación, o supuesto carácter de “prisioneros de guerra” o botín político. Los dolorosos cuadros del secuestro dados a conocer ayer, luego de un sostenido trabajo interdisciplinario que encabezaron el Centro de Memoria Histórica y la firma Cifras y Conceptos, tras una recopilación y depuración de más de un millón 300 mil datos, que recoge nombres, cifras e información entre 1970 y 2010, nos presenta por primera vez en la historia de Colombia, el primer gran informe sobre este execrable delito.
Con aparente exactitud nos dicen que, en ese período, fueron secuestradas 39.058 personas de todas las condiciones, géneros y estratos sociales. Aparente porque el mismo estudio señala que las cifras siempre estarán sujetas a revisión y que, justamente, ese es otro de los dramas: que muchas veces las víctimas y sus familias prefieren pasar de incógnito para evitar mayores dolores y problemas. Y uno de los datos de mayor asombro es que solo existen 3.144 sentencias de condena por estos delitos, lo que nos da una impunidad del 92 por ciento. Y esas condenas han resultado de la captura de 7.812 personas implicadas en estos plagios, y que solo 40 de ellas son autores intelectuales. Es decir que apenas se ha podido poner tras las rejas a menos de 1 delincuente por cada 10 casos de secuestro.
Dato tras dato, el estremecedor informe nos da elementos de horror, unos peores que otros: por ejemplo, la investigación estableció que 301 personas fueron secuestradas más de una vez y un antioqueño fue plagiado cinco veces. En todas tuvo que pagar por la liberación. Dos casos similares se han conocido de un caqueteño y un huilense. Igualmente nos dice el trabajo que este fenómeno ha afectado a casi todo el país: de los 1.102 municipios que tenemos, en 1.106 se ha cometido al menos un secuestro; de éstos, el 40% se ha concentrado en 4 departamentos, 38 municipios y 12 microrregiones.
¿Y los autores? Bien repartidos entre los mayores criminales. Las Farc figura como autor presunto en el 33% de los casos y como confirmado en otro 37%; las redes criminales obtienen un porcentaje de 27% y 20% respectivamente; por su parte, el ELN puntúa con 25% como autor presunto y 30% como confirmado. El informe confirma que no hay solo grupo poblacional, económico, social, institucional o privado que no haya resultado afectado. En general, todos los colombianos hemos sido víctimas directas o indirectas de los caso 40 mil secuestros. El horror de los horrores que no termina.
“Las cifras siempre estarán sujetas a revisión y ese es otro de los dramas: que muchas veces las víctimas y sus familias prefieren pasar de incógnito para evitar mayores dolores y problemas”
Editorialito
Las intensas manifestaciones ciudadanas en Brasil, que no han repercutido hasta ahora en regiones vecinas, encienden en todo caso una voz de alerta sobre el poder de las voces populares y su inconformidad ante las decisiones de los gobiernos.
