Pretendiendo no caer en el manido cliché de calificar con simpleza las cosas buenas, regulares y malas de las festividades sampedrinas que acaban de finalizar, sí es pertinente hacer algunas anotaciones en aras de que el acontecimiento cultural de mayor notoriedad nuestro ante el país y el mundo corrija, modifique y fortalezca determinados aspectos, unos nuevos y otros que se han vuelto repetitivos pese a su evidente debilidad.
Se vuelve a hablar, en ese sentido, de que las fiestas tengan una organización permanente, de largo plazo y, hechas las discusiones y debates respectivos, se pueda constituir una persona jurídica de derecho privado, con participación minoritaria estatal, bien a la manera de una Corporación o Fundación o bien al modo de una sociedad de economía mixta. Una, la de Corporación o Fundación tiene como elemento sustancial el hecho de que sería sin ánimo de lucro, lo cual no es ni bueno ni malo pero debe ser visto a la luz de los intereses de quienes la conformen. La otra, la comercial, tendría ánimo de lucro, legítimo en todo caso, pero con la salvedad de que habría un capital y unos responsables tanto de sus gastos como de sus ingresos. Ya se ha dicho y discutido el altísimo costo para las arcas del Departamento y los municipios de estas fiestas, concentrando ese gasto mucho más en fiestas de orquestas – la mayoría foráneas y de ritmos ajenos – que en la verdadera esencia que es nuestro folclor. Una persona jurídica nueva impediría ese excesivo costo, o por lo menos lo cubriría en buena parte.
Lo claro, el Huila requiere un ente rector que coordine con tiempo y planifique la fiesta y no improvise.
Ese el fondo. Las formas del San Pedro que acaba de irse. Excelente el Guinnes World Record del Club Campestre, con amplia visibilidad nacional e internacional; muy bien la puntualidad de la mayoría de eventos, la tarea de las autoridades en controlar y prevenir los asuntos de seguridad y orden público, y la disminución de accidentes de tránsito pese al notable peligro del licor.
Más que oportuno el homenaje a los 100 años del descubrimiento científico de San Agustín; la entrega del Tambor de Oro a la decana de las orquestas opitas, la Séptima Dimensión de Pitalito en sus 40 años de vida artística. Grande, cada vez mejor, la Mancha Amarilla de LA NACIÓN, comprometidos con nuestras tradiciones. Enorme el despliegue técnico y humano del canal Nación TV, transmitiendo la mayor parte de eventos – en vivo al mundo – y el gran hit al emitir para Señal Colombia el Reinado Nacional del Bambuco.
Para evaluar, entre regular y malo: pocos espectadores en certámenes como los reinados Popular y Departamental, al igual que baja afluencia también en la Calle del Festival, que es lo que más nos cuesta. Muy poca promoción publicitaria en los medios nacionales, no hubo comercial de televisión en los grandes canales. Pobre e improvisado el espectáculo intermedio de la elección de la Reina Nacional. Que se abran los foros y los debates y que se tomen decisiones.
“Lo claro, el Huila requiere un ente rector que coordine con tiempo y planifique la fiesta y no improvise”.
Editorialito
Las exportaciones del Huila cayeron 46% en el primer trimestre, según el Banco de la República. Las exportaciones de crudo registraron el principal bajonazo. ¿Comenzó en serio el declive de los campos petroleros?.