La "libreta" de racionamiento, que regula la venta de alimentos a precios subsidiados a los cubanos, cumple mañana viernes 50 años, aniversario que un programa humorístico de la televisión cubana aprovechó para destacar que cada día está más delgada.
Implantada por Fidel Castro el 12 de julio de 1963 para enfrentar la escasez de alimentos y la especulación en los precios, despierta desde entonces pasiones encontradas.
La libreta fue introducida con "una vocación igualitaria en momentos de escasez, para proteger a nuestro pueblo de la especulación y el acaparamiento con fines de lucro", dijo el presidente Raúl Castro en abril de 2011, ocasión en que defendió la necesidad de eliminarla lo antes posible.
Cada familia cubana tiene una libreta: 3,6 millones, en una población de 11,1 millones.
Durante medio siglo, todos los cubanos han recibido su "cuota" de alimentos a precios subsidiados a través de la "Libreta de abastecimiento", su nombre oficial. La libreta "se ha venido convirtiendo, con el curso de los años, en una carga insoportable para la economía y en un desestímulo al trabajo, además de generar ilegalidades diversas en la sociedad", dijo Raúl Castro.
El gobierno cubano gasta unos 1.000 millones de dólares anuales en subsidiar el arroz, café, carnes, granos, pastas, huevos, azúcar, sal, pan y otros alimentos que en pequeñas cantidades recibe cada cubano al mes por un precio total inferior a 50 pesos (dos dólares). Los niños reciben adicionalmente leche en polvo y yogur de soja, y los enfermos dietas médicas.
Como la cuota es insuficiente para satisfacer las necesidades de todo el mes, las familias cubanas deben comprar más alimentos a precios no subsidiados en tiendas liberadas, lo que representa una pesada carga en un país donde el salario es de 19 dólares al mes en promedio.
"Con la libreta nadie puede vivir, pero sin la libreta hay mucha gente que no puede vivir", dicen muchos cubanos para destacar que con los actuales salarios es imposible costear la compra de alimentos no subsidiados.