Pedro Caldeira es sin duda uno de los más importantes artistas europeos contemporáneos. El músico interpreta con maestría instrumentos históricos de la edad media y del renacimiento, como violas, flautas y chirimías. Sin embargo, su reconocimiento internacional obedece a la interpretación magistral de la guitarra portuguesa y desde hace más de 50 años realiza giras internacionales en los festivales más importantes de Europa, Asia y Estados Unidos.
A su lado, realizando los acompañamientos de su propuesta musical está Joaquim Silva, fotógrafo de profesión y docente, que desde 1979 interpreta música antigua, medieval y renacentista. Los artistas arribaron a Neiva para realizar la apertura de la ‘Semana de la guitarra,’ evento organizado por el Banco de la República para conmemorar los 90 años de su creación. Pedro Caldeira, en un dialogo cordial y muy ameno con LA NACIÓN, compartió su interesante propuesta y recorrido musical.
¿En qué consiste el programa musical que interpretan?
Este programa es dedicado a la guitarra portuguesa. Es un recorrido por la historia de su repertorio desde el Siglo XVI hasta la actualidad. Esto se conecta con el instrumento, su presencia y uso en Portugal, igual que en otros países europeos como España e Italia. En el Siglo XX, en otras naciones se perdió un poco la tradición, tal vez quedó en Alemania o en Suiza, pero sólo en Portugal se desarrolló al punto de convertirse en símbolo nacional, como para ustedes lo es el tiple, para los venezolanos el cuatro o para los brasileros el Cavaquinho.
¿En ese sentido, que significa la guitarra para los portugueses?
La guitarra no es solo un instrumento musical sino un símbolo de la identidad portuguesa. En nuestro programa musical nosotros elegimos un conjunto de piezas que representan cada periodo: renacimiento, barroco, clásico, romántico y actual, y a los más importantes autores portugueses o extranjeros, que tuvieron conexión con Portugal o estuvieron al servicio de la corte o de los reyes.
¿Cómo es la relación entre la corte y la música?
Muy estrecha. Los propios hidalgos y los reyes muchas veces eran músicos porque tenían esos padrotes. Tenían que saber tocar la música, saber danzar, hacer esgrima o caballería, etc. Esto era parte importante del hidalgo, de la educación de los príncipes. En el renacimiento la citara se tocaba junto a la corte. La música cortesana se hacía al lado de la biela, el laúd y otros instrumentos muy sofisticados, considerados como propios de la corte.
Tenía gran importancia la música…
En Portugal la música ha sido siempre muy importante, desde el Siglo XV. Comparativamente con otras cortes de Europa, teníamos una capilla de músicos llamados la capilla real. Fue muy importante ese conjunto de músicos para los reyes portugueses desde el Siglo XV hasta el Siglo XVIII. Después cambió un poco, pero eso representó un importante desarrollo musical para Portugal. Los mejores artistas extranjeros de todas las épocas fueron contratados y eso influenció la música que hacían nuestros compositores. Este es el objetivo de nuestro programa, dar a conocer un poco la historia del instrumento a través de su música.
¿Cómo está constituido su programa musical?
Tiene dos partes. La primera se llama ‘Laberintos de la guitarra’, porque tenemos caminos que se cruzan entre la tradición escrita de la música. En esta primera sesión hacemos ese recorrido. En la segunda parte están los caminos que se cruzan con la música de tradición popular, que es la música urbana de Lisboa y de la ciudad de Coimbra, en donde está la universidad más antigua, fundada en el Siglo XIV por el rey Don Denís de Portugal, quien fue un poeta y músico.
Una larga tradición…
Sí, es una larga tradición que los reyes apoyaran la cultura, así como lo hace ahora el Banco de la República al proporcionar los medios. Era algo similar lo que hacían los reyes en esa época en la corte.
¿Cómo es la guitarra portuguesa?
La guitarra portuguesa es descendiente de la citara europea, es un instrumento con un puente móvil, el mástil resaltado y un poco curvado. Tiene características diferentes como las 12 cuerdas en acero en seis órdenes, las cuales tienen una afinación muy diferente a la guitarra. Las técnicas para tocar la guitarra portuguesa son muy particulares y se llaman al dedillo y a la figueta. Se toca punteando con las uñas postillas, unas piezas que se adhieren a las uñas naturales para reforzar la resistencia de las uñas naturales porque las cuerdas son muy duras. Son unas protecciones.
¿Cómo se constituyeron en dúo?
Con Joaquim Silva tenemos varios proyectos en común y tocamos juntos hace casi 30 años. Sin embargo, con la guitarra portuguesa y la guitarra clásica llevamos cerca de 10 años. El papel de Joaquim con la guitarra clásica es la de acompañamiento. Él hace la armonía y el ritmo, lo que llamamos el bajo continuo. Pero como obliga la tradición portuguesa, él utiliza las cuerdas metálicas que obligan a un refuerzo de la tapa armónica de la guitarra. Es una guitarra clásica pero reforzada de manera especial para que resista la presión de las cuerdas.
¿Y cuál es la puesta en escena?
Nuestra puesta en escena de música instrumental se extiende alrededor de una hora y media. Siempre hago un pequeño comentario sobre cada pieza para que lo entiendan mejor, pero no es un concierto explicativo, la música es el elemento principal, especialmente la música clásica.
¿Habían visitado antes el país?
No, es nuestra primera vez en Colombia. Viajamos mucho a Brasil y otros países latinoamericanos pero es la primera vez que visitamos Colombia. Hace menos de tres semanas hicimos una gira en Brasil y vistamos varias ciudades en un modelo muy parecido a esta gira, que también apoyó un banco. Yo dirijo tres programas diferentes
¿Cómo es su relación con el público?
Siempre es una sorpresa y un aprendizaje para nosotros ver las diferentes reacciones del público. Es muy interesante porque normalmente se asocia a los países tropicales con una respuesta calurosa y a los países del norte de Europa con una respuesta más fría. Pero no siempre es así. Tenemos una respuesta muy entusiasta de ciertos públicos en el norte de Europa, que son los países fríos y que muchas veces son más calientes cuando se revelan emocionalmente y bastante expresivos.
¿Cómo ha sentido al público colombiano?
En Colombia la gente se interesa, pone mucha atención, pero no se expresa mucho. Tal vez sea por timidez o por no tener el hábito, pero fue muy interesante en Cartagena, allá el público agotó la sala. Había más de 300 personas, muchas de pie y cerca de 60 personas no pudieron entrar porque se llenó la sala. En Bogotá llenamos la sala más grande de la Biblioteca Luis Ángel Arango. La recepción fue más calurosa en Bogotá. En Barranquilla estuvo el público menos receptivo, tal vez porque la acústica del teatro no era muy buena y cambiaron a último minuto el teatro. Pero de todas maneras la gente acepto bastante bien nuestra propuesta que no es fácil.
¿Por qué?
Porque nuestra música no es de entretenimiento, no es ligera, de danza o comercial. No tiene nada que ver con esto. Es una cuestión bastante cultural y se dirige a todo tipo de público. No discriminamos. Creemos que se tiene que tener curiosidad para descubrirlo y voluntad para compartirlo con nosotros esta aventura.
¿Cómo le pareció Neiva?
No la hemos recorrido mucho aún, pero se siente que es una tierra en evolución. Vemos una parte moderna, otra parte más antigua y como en todos estos países, grandes diferencias sociales y de renta. Pero esa es la historia propia de este país, que ha tenido tantas dificultades en los últimos años y que ahora todos queremos un futuro mejor.
