La Nación
EDITORIAL

Licores el gran debate

El régimen propio que se abrió paso en el Congreso para regular el monopolio rentístico de licores responde a una expectativa que se había mantenido desde la expedición de la Constitución de 1991.

Sin embargo, la iniciativa obedece principalmente a los compromisos adquiridos por Colombia en los tratados de libre comercio suscritos con la Unión Europea, Canadá y EE UU para equilibrar las cargas fiscales entre productores nacionales y extranjeros. Este compromiso, asumidos en el marco de la Organización Mundial del Comercio  no se venía cumpliendo y para evitar futuras demandas se propuso un impuesto uniforme para todos los licores a partir del año 2019. Esa es la realidad.

El proyecto mantuvo el monopolio rentístico de los departamentos cuyo desmonte se venía reclamando, supuestamente para evitar la discriminación frente a los licores importados.  Este era el ‘Talón de Aquiles’ de los departamentos.

El régimen propio de licores como arbitrio rentístico, definió algunas reglas de juego entre los diferentes actores tanto públicos como privados en el marco de la explotación y ejercicio de ese monopolio, pero no abordó los grandes temas para el fortalecimiento de las rentas departamentales.

Actualmente los departamentos tienen plena potestad para decidir si ejercen el monopolio rentístico de licores  destilados, cobrando correlativamente la participación que se deriva de la explotación del mismo, o si no lo ejerce. En este caso cobrará el impuesto al consumo sobre licores, vinos y aperitivos.

Desde tiempo atrás el gobierno ha pretendido desmontar el monopolio de licores, abrir las fronteras e incentivar la competencia. He ahí el dilema.

¿El Doble Anís, el productor bandera del Huila, tendrá mayores oportunidades en un escenario de libre competencia con los demás licores nacionales y extranjeros?

Las marcas propias terminarán indefectiblemente sacrificadas en un mercado sin fronteras, donde podrán venderse licores nacionales y extranjeros sin ninguna restricción. Sólo las grandes licoreras tendrían una mayor ventaja para posicionar sus productos en detrimento de los licores regionales.  

En este caso, las regiones podrán obtener mayores rentas por impuesto al consumo o por derechos de explotación, destinadas exclusivamente para educación y para salud. He ahí el dilema. O protegemos las marcas regionales en un mercado restringido o abrimos las fronteras para que puedan ingresar más productos apostándole a un mayor recaudo por consumo.

La iniciativa que pasó en la Cámara de Representante, aunque mantuvo el monopolio rentístico no es una victoria para las regiones. El desmonte sigue en la agenda, atendiendo los compromisos de la Organización Mundial del Comercio.
 
 

“El Doble Anís, el productor bandera del Huila, tendrá mayores oportunidades en un escenario de libre competencia”.

 
EDITORIALITO

El Consejo Directivo de Comfamiliar no puede equivocarse. Está previsto que hoy elegirá nuevo director para poner fin a la interinidad. La elección debe ser la mejor, ajena a las presiones políticas, como está ocurriendo. Una equivocación pondrá en vilo la estabilidad y viabilidad de la empresa.