La Nación
COLUMNISTAS

Felicidades, comerciantes

Mañana se celebra  en  Colombia el Día Nacional del Comerciante. Como otras efemérides importantes de nuestro calendario, esta fecha nos brinda una inmejorable oportunidad para decirle a los hombres y mujeres que ocupan su tiempo en la fascinante actividad del comercio que les reconocemos la entrega, el tesón, la vocación de servicio y el aporte inocultable a la economía de todos los pueblos. Comercializar, vender, es algo que se lleva de manera innata en la naturaleza humana. Todos en vida, alguna vez vendemos algo, por insignificante que sea, pero vendemos. Por supuesto, dedicarse de lleno a la comercialización de productos o servicios es algo que tiene múltiples exigencias. Hay que tener vocación para hacerlo  cotidianamente. La persistencia, la creatividad, la amabilidad con todos, la confianza y la seguridad de que se es capaz, el aprovechamiento de las herramientas tecnológicas, la capacitación, el  amor por lo que se hace y la convicción de que se oferta lo mejor y de mayor utilidad, son algunos de los insumos que deben estar en el menú laboral del comerciante. A lo anterior debe acompañarse la firmeza para resistir los embates que genera la dinámica  económica, la movilidad financiera, los cambios climáticos, las variables políticas. Debe tenerse vigor para salir adelante cuando se tienen altibajos.

El comerciante es un ejemplo para la sociedad en muchos campos. Él, no es una carga para la sociedad. Al contrario, es constructor de bienestar. Aparte de satisfacer las necesidades de una u otra índole del comprador, genera empleo, hace significativos tributos al Estado, en el orden nacional, regional o local y es sujeto activo de la economía.
Entonces, como directora ejecutiva de Fenalco Huila y gracias al medio  que me facilita La Nación, no puedo menos que, en nombre de la Junta Directiva y el mío, hacerle llegar a todos y cada uno de los comerciantes de nuestro  Departamento un mensaje de reconocimiento y gratitud por todo cuanto nos han dado. También va nuestro mensaje de esperanza por el mejor porvenir. A las nuevas generaciones, a la academia, invitarles para que promuevan y construyan más empresas y se siga el ejemplo de quienes les han precedido con sus ejemplares enseñanzas y demostraciones de que sí se puede ser independiente, autónomo y líder de la sociedad. Por último, invitarles a poner en práctica la asociatividad y el precepto de la competencia leal.