Cuando tenemos la amenaza de otro “paro” en el país alrededor de la crisis de la caficultura y del sector agropecuario en general, es bueno tener claro el papel que ha jugado la Federación Nacional de Cafeteros, que sin duda se ganó el respeto por lo que hizo en el pasado en la industria del café y sus caficultores.
Hoy la Federación no pasa por un buen momento, la realidad de la caficultura colombiana es otra, no pesa lo que pesaba frente al PIB Nacional, perdimos posición de productores a nivel mundial, no somos competitivos frente a unos nuevos actores y competidores, nos quedamos cortos para enfrentar los efectos del cambio climático. Pero el pecado grande de la Federación es no haber administrado bien los sagrados recursos del Fondo Nacional del café, y el pecado mayor es no haber desarrollado las recomendaciones hechas por la comisión de expertos para reestructurar la institución y reactivar la caficultura patria. Sigue la Federación dando “palos de ciego”, con información errática de la real situación al propio Gobierno y actuando como si estuviéramos en la época dorada y no ésta de “vacas flacas”.
No han percibido el cambio de la caficultura colombiana; ya no es el producto insignia de las exportaciones, los caficultores no son los grandes industriales que manejaban esta actividad desde los clubes sociales de Manizales o Medellín, el nuevo eje cafetero se trasladó al sur alrededor del Huila, y hay una nueva dirigencia que se comienza a visibilizar en cabeza de medianos y pequeños productores.
Hoy, alrededor de la protesta social, los caficultores expresan su inconformidad frente a la otrora poderosa Federación y clama a gritos una reestructuración a fondo. Contribuiría a mejorar el clima entre el gremio, agremiados y el propio Gobierno que el gerente diera “un paso al costado”, reconociera la crisis, propiciara una reingeniería institucional y con un liderazgo fresco permitan una etapa nueva donde se reencuentren todos los actores de la caficultura con la competitividad.
Llegó la hora de los cambios estructurales y hay que comenzar por el propio gremio. Es conveniente que el doctor Genaro Muñoz, facilite el remozamiento de la dirección gremial.
Adenda: tuve la fortuna de acompañar a la Representante Consuelo González y al doctor Genaro Losada en la gestión para el logro del registro calificado de apertura de la Facultad de Derecho de la Universidad Surcolombiana en la ciudad de Pitalito, mediante resolución 9105 del 16 de julio del presente año por el Ministerio de Educación Nacional. Felicitaciones, laboyanos.